Envejecer sin perder la cabeza

El Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA según las siglas inglesas) que forma parte de los Institutos Nacionales de la Salud ha realizado estudios que indican que la pérdida de la memoria no forma parte del proceso natural del envejecimiento. La memoria se mantiene cuando funciona y se pierde cuando se deja de utilizar. La clave para que el cerebro siga funcionando en la vejez ya la dieron los antiguos griegos: seguir activos. En cuerpo y en mente.

El ejercicio físico discreto previene muchos problemas de la vejez. Hay ancianos que se sientan a ver pasar la vida y cuando quieren levantarse no lo consiguen. Hay ancianos que dejan de hacer trabajar a su mente y cuando quieren que funcione no lo consiguen. La memoria y la musculatura se pierde de no usarlas.

Los estudios sobre la neuropsicología del envejecimiento realizados por el NIA tratan de derrocar los viejos mitos que asocian la ancianidad con la pérdida de memoria y con la disminución de las facultades mentales. Estudios se han llevado a cabo mediante las modernas técnicas de resonancia magnética funcional de imágenes que permiten ver lo que sucede en el cerebro de una persona mientras realiza una actividad o procesa una información. Y esto supone un paso adelante en el conocimiento de los mecanismos con los que aprendemos y con los que recordamos. Estos estudios son importantes para la prevención de enfermedades como el mal de Alzheimer. Se están llevando a cabo en numerosos centros de investigación situados en Estados Unidos y Canadá.

En Holanda se llevaron también a cabo estudios entre 1885 y 1995 entre distintos grupos de ancianos que determinaron que el ejercicio físico prolonga la vida ya que disminuye el riesgo de enfermedades vasculares.

Científicos canadienses han señalado también que la práctica regular de ejercicio físico protege frente al declive mental que aqueja a muchas personas al envejecer, especialmente a las mujeres. Según sus estudios, las mujeres mayores de 65 años que practican algún tipo de deporte o ejercicio físico tienen menor riesgo de padecer Alzheimer u otro tipo de demencia senil, reduciéndose el riesgo en un 40%. Al mismo tiempo la revista Jano Online de 29 de octubre de 1999 señalaba que el 40% de los españoles no practica ejercicio alguno en su tiempo libre.

Es muy importante mantener activa la mente practicando algún ejercicio mental, como la lectura, los crucigramas, el ajedrez o algún juego que requiera ejercitar la mente. Hay huegos de cartas como el Mus o la Canasta que precisan de agilidad mental. Tampoco hay que subestimar el ejercicio físico. Al fin y al cabo, la inteligencia está asociada al movimiento desde que nacemos. La primera señal de inteligencia  en un niño recién nacido es su respuesta motriz a los estímulos, es decir, a sus reflejos.

 

 

 

(Información extraída de Los errores del alma: convivir con personas difíciles / Ana Martos Rubio, 2004)

 

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