¿A qué se debe la pérdida de memoria?

El proceso por el cual se pueden recordar hechos pasados, tanto recientes como lejanos, tiene lugar en el cerebro. La información (palabras, imágenes, olores, sensaciones y otros muchos tipos de datos) llega al cerebro sobre todo a partir de los sentidos, asentándose en las células cerebrales, inicialmente en lo que se denomina “memoria reciente”, luego, con frecuencia mediante un proceso más o menos consciente, estos datos se organizan de forma lógica y se guardan en una “memoria a largo plazo”. Cuando recordamos, tiene lugar el proceso de buscar, por lo general por asociación de ideas, aquellos datos que se hallan almacenados en las células cerebrales.

Fallos

Olvidarse de algo que se creía recordar ocurre con frecuencia. Los fallos diarios de memoria no son, por lo general, debidos a ninguna dolencia, sino que forman parte del proceso normal de memorización. Por una parte, no todas las personas tienen la misma facilidad de recordar, si bien se sabe que casi nadie utiliza más allá de una décima parte de su posible capacidad memorística. Por otra parte, influye de forma considerable en estos “olvidos diarios” el temperamento y el grado de estrés de un individuo en un momento determinado. El proceso de recordar un dato puede verse entorpecido por un torbellino de ideas que acuden a la mente y que hace difícil o más lenta la recuperación del dato buscado. Por dicha razón, las personas de temperamento nervioso y muy ajetreado en su quehacer diario sufren más olvidos que las personas tranquilas y que gozan de un temperamento reposado.

No es posible aumentar la capacidad memorística de una persona mediante la administración de fármacos u otros remedios “milagrosos”, si bien en la actualidad existen técnicas de desarrollo de la memoria que, por medio de reglas mnemotécnicas y de asociación de ideas, pueden mejorar la facilidad para recordar los datos que nuestra memoria ya posee.

Por otra parte, parece ser que existen diversos tipos de memoria, en el sentido de que hay personas a las que les resulta muy fácil reconocer una cara y por el contrario, no logran recordar el nombre del individuo en cuestión. Otras recuerdan con mayor facilidad una melodía o un olor. Parece ser que la memoria es selectiva y que en unos individuos se muestran más eficaz con los datos percibidos por determinados sentidos y menos eficaces con otros.

Amnesia

Se denomina amnesia a la pérdida parcial o total de memoria, proceso más profundo que el ocasional olvido diario o momentáneo. La amnesia puede ser debida a muy diversas causas, siendo las más frecuentes las lesiones cerebrales producidas por un traumatismo craneal, o por tumores o hemorragias cerebrales. También pueden provocar amnesia los procesos infecciosos y las intoxicaciones.

A veces, la pérdida de memoria tiene un origen psíquico. Puede tratarse de un episodio muy desagradable o de una fuerte emoción que impacta profundamente al individuo. Ante estas circunstancias, el subconsciente puede reaccionar mediante un mecanismo de autodefensa, impidiendo que el individuo recuerde el hecho en sí o, incluso bloqueando sus recuerdos.

Las personas ancianas sufren un lento, pero progresivo deterioro de la memoria. Esto es debido a que las células cerebrales que envejecen y mueren no son sustituidas por nuevas células, con lo que, a medida que transcurren los años, quedan menos células capaces de retener los datos.

La enfermedades de Alzheimer (o mal de Alzheimer) que afecta más a las personas ancianas, causa un profundo deterioro de todas las células cerebrales y en particular de las que se hallan relacionadas con la memoria, por lo que el enfermo, en fases avanzadas, llega a ser incapaz de reconocer a sus parientes más cercanos.

(Información extraída de Guía médica familiar, 1994)

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