¿Qué significa el trabajo para las personas con Síndrome de Down?

El trabajo es una característica de la vida adulta para todas las personas discapacitadas o no. El tipo de empleo, el salario percibido y las oportunidades dadas afectan directamente a la forma en que nos percibimos a nosotros mismos y a la forma en que la sociedad nos valora, así como al grado de libertad que tenemos en el nivel económico y social. Todo el mundo aspira a conseguir un puesto de trabajo socialmente reconocido y a percibir un salario que te permita vivir con comodidad.

Partiendo de esta idea, podemos comprender la situación de la persona discapacitada que se encuentra en un centro de asistencia o centro ocupacional, rodeada solo de personas con discapacidades y sin la posibilidad de realizar ningún trabajo remunerado. Dar a esta persona una oportunidad de emplea significa no solo el salario percibido, sino también el reconocimiento de su valor social por parte de la familia y la aceptación en el seno de la comunidad. Otra ventaja importante es la oportunidad de hacer amigos y establecer vínculos afectivos con personas no discapacitadas.

El salario es un determinante importante de la calidad de vida, tanto en el ámbito emocional como maternal. Por lo general, cuanto mejor remunerada esté una persona, tanto mayor será su libertad para establecerse independientemente en la sociedad.

Las personas son lo que hacen. Es por eso que el trabajo da al individuo con Síndrome de Down la capacidad de tomar decisiones, lo trasforma en una persona activa, dignifica su situación económica, le permite obtener lo que desea y le da seguridad y responsabilidad.

Cualquier persona discapacitada cuya capacidad residual pueda ser convertida en valor útil debe ser considerada de por sí como un ser laboral. El valor social extraordinario de esta posibilidad significa que las personas con retraso mental pueden ser iguales a los no discapacitados en el trabajo allí donde sea posible que la tecnología compense las limitaciones humanas.

La falta de fe de la sociedad en la capacidad de las personas discapacitadas para realizar un trabajo provechoso es el principal obstáculo para su facultad de integración socio-laboral. La integración laboral es la clave para la integración social.

En un estudio llevado a cabo en las Islas Baleares (Asociación Síndrome de Down de Baleares, ASNIMO-SEMPRE VERD): Dieciséis sujetos con Síndrome de Down fueron controlados longitudinalmente durante cuatro años en el sector de la horticultura (cultivos en invernaderos). Mensualmente, profesionales responsables registraban datos sobre las familias y las personas para evaluar su progreso en el trabajo y sus logros en el campo de la autonomía económica social y personal. Veamos los resultados. Existe un marcado interés sobre las siguientes variables:

  1. Variables de tipo personal
    1. Autoestima y confianza en sí mismo
    2. Sensación de utilidad
    3. Definición de los rasgos de la propia personalidad
    4. Autonomía personal
    5. Capacidad de adaptación a lo nuevo
    6. Promoción de las capacidades
    7. Conciencia de la necesidad de realizar un esfuerzo
    8. Sentimiento de que el esfuerzo se traduce en nuevas capacidades y resultados
    9. Conciencia de las propias limitaciones
  2. Variables de tipo social
    1. Experiencia de integración
    2. Aprender a coexistir, compartir y relacionarse
    3. Aprender a competir
    4. Estatus social (participación en la vida comunitaria)
    5. Seguridad para el futuro (pensión-jubilación)
    6. Mejor conocimiento del valor del dinero
    7. Aumento en el nivel de aspiración
  3. Variables de tipo económico
    1. Dejar de ser sujetos pasivos (un cargo para la sociedad)
    2. Convertirse en sujetos productivos

Se llegan a las siguientes conclusiones:

  • Nunca es demasiado tarde para aprender en el caso de los adultos con Síndrome de Down. Aunque sean adultos, incluso aunque no haya asistido al colegio, aun cuando presenten daños significativos.
  • La falta de intervención redunda en un aumento del retraso. O, en otras palabras, la intervención debe ser constante, sistemática, adecuada y basada en una motivación personal y efectiva
  • Las personas con Síndrome de Down de cualquier edad y condición pueden trabajar:
    1. Si estudiamos sus limitaciones y sus posibilidades y capacidades especificas
    2. Si las preparamos adecuadamente

 

 

(Información extraída de Síndrome de Down: perspectivas psicológica, psicobiológica y socio educacional / Jean A. Rondal … [et al.], 1997)

 

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