Concepto de anorgasmia

Resulta impensable que una mujer de antes de 1950 tuviera preocupación porque las relaciones no culminaran con el orgasmo. La cultura de la época propiciaba que la sexualidad tuviera, entre otras, la función de débito conyugal, o sea, las satisfacciones de las necesidades del varón. Muchos quienes atribuyen un papel importante al informe Kinsey en la desmitificación de la pasividad de la mujer y la aparición subsiguiente de demandas sexuales propias, ajenas a los intereses del compañero. Pero de una reivindicación legítima se ha pasado a una auto exigencia, a veces cargada de ansiedad, lo cual está reproduciendo en la mujer muchos de los factores limitantes a los que ya se había adscrito el varón.

Definición

La décima revisión de la clasificación internacional de las enfermedades se refiere a  los trastornos sexuales en su capítulo 5 y hace referencia a la disfunción orgásmica cuando el “orgasmo no ocurre o está notablemente retrasado”. La definición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales es más completa: “ausencia o retraso persistente o recurrente del orgasmo tras una fase de excitación sexual normal. Las mujeres muestran una amplia variabilidad en el tipo o intensidad de la estimulación que desencadena el orgasmo. El diagnóstico de trastorno orgásmico femenino debe efectuarse cuando la opinión médica considera que la capacidad orgásmica de una mujer es inferior a la que le correspondería por edad, experiencia sexual y estimulación sexual recibida”.

En The Second International Consultation on Sexual Medicin se definió el trastorno del orgasmo como “a pesar de una adecuada excitación hay ausencia, notable disminución de la intensidad o retraso del orgasmo con cualquier tipo de estimulación”.

Para los amantes de las clasificaciones, sería conveniente establecer un periodo concreto durante el cual otorgarle una entidad clínica si la anorgasmia se mantiene, ya que a lo largo de la vida de la mujer son muchas las ocasiones en que la respuesta sexual no va a culminar con la sensación orgásmica, sin que se pueda considerar por ello patológico. Habría también que establecer un tiempo de aprendizaje, a partir del cual determinar que existe anorgasmia, porque para la mayoría de mujeres este aprendizaje acontece después de un tiempo de iniciadas las relaciones sexuales. Son las mujeres con experiencia en masturbación las que más fácilmente responden de forma satisfactoria.

En el Instituto Andaluz de Sexología y Psicología (IASP) casi el 98% de las mujeres que acuden a consulta quejándose de anorgasmia primaria no se ha masturbado con anterioridad. La forma más fácil de experimentar el orgasmo es por auto estimulación, especialmente del clítoris, un método utilizado por el 95,2% de las mujeres que se masturban. La inserción digital es uno de las formas menos facilitadoras de la respuesta y conduce al orgasmo solo al 0,9% de las mujeres. Otras fórmulas útiles para algunas mujeres, pueden ser la simple presión de las piernas 2,7% acariciarse los pechos 1,2% o únicamente fantaseando.

Entre las mujeres que acuden al IASP, la forma más fácil de acceder al orgasmo, además de la estimulación manual, es a través de la estimulación bucal, a continuación la penetración en cabalgada con estimulación manual al mismo tiempo, después la penetración a tergo (ella tendida boca abajo y él penetrando por detrás) con estimulación clitoridea, posteriormente, la penetración en cabalgada, sin estimulación y por último la postura del misionero.

La presión sociocultural, como ver escenas eróticas en el cine o leer revistas donde se refieren orgasmos explosivos, hace que quienes no experimentan esa sensación se sientan limitadas, interpretando su sexualidad como pobre, lo cual favorece la evitación y la falta de entrenamiento para acceder a una respuesta satisfactoria.

Clases de disfunciones orgásmicas

Masters y Johnson distinguían:

Disfunción orgásmica primaria: mujeres que nunca han tenido orgasmo

Disfunción orgásmica circunstancial o anorgasmia situacional, referida a mujeres que han conseguido el orgasmo pocas veces y bajo circunstancias concretas

Disfunción orgásmica fortuita: mujeres que rara vez han alcanzado el orgasmo

Disfunción orgásmica secundaria: mujeres que han tenido orgasmo pero a partir de cierto momento dejan de experimentarlo

Otros autores también consideran anorgasmia secundaria la posibilidad de experimentar orgasmo con la masturbación pero no con la pareja.

El DSM-IV-TR diferencia entre:

  • Anorgasmia de toda la vida: cuando nunca ha habido orgasmo, ni en pareja, ni por masturbación, que es la modalidad más frecuente
  • Anorgasmia adquirida: cuando tras una época de haber tenido orgasmos con normalidad, se deja de experimentarlos de forma sistemática. La experiencia propia señala que la anorgasmia adquirida o secundaria es de peor pronóstico que la primaria y casi siempre coincide con una mala relación de pareja más o menos encubierta. De hecho, es muy normal la aparición de molestias ante casi todas las iniciativas de la pareja, como cambios de ritmos, posturas, olores, además de aparecer ideas intrusivas, en el sentido de considerar que la relación no va a ir bien. En todo caso, ante una anorgasmia secundaria habrán que descartar factores orgánicos, especialmente ciertos fármacos o investigar la posibilidad de que haya ocurrido un hecho traumático.
  • Anorgasmia general: si la mujer es incapaz de sentir un orgasmo ya sea inducido por el coito o por la estimulación del clítoris, en ninguna circunstancia
  • Anorgasmia situacional: cuando se alcanza el orgasmo pero solo en determinadas circunstancias especificas.

En el IASP se detectan las siguientes formas de presentación:

  • Nunca ha habido orgasmo bajo ninguna circunstancia
  • Anorgasmia salvo en sueños
  • Orgasmo solo con auto estimulación
  • Solo por presión del chorro de agua de la ducha
  • Solo aprentando las piernas
  • Solo en estimulación manual propia
  • Solo por estimulación manual propia y de la pareja
  • Solo con estimulación oral
  • Solo por estimulación manual de la pareja, pero no con auto estimulación
  • Orgasmo con penetración y estimulación clitoridea al mismo tiempo
  • Con unas parejas pero no con otras
  • Unas cuantas veces en su vida
  • Orgasmo de baja intensidad
  • Que no quieren tener más de un orgasmo seguido
  • Que no están seguras de tener orgasmos

A estas distintas formas de presentación habría que añadirle el apellido de “con fácil excitabilidad o con difícil excitabilidad”

 

(Información extraída de Introducción a la sexología clínica / Manuel Lucas Matheu, 2007)

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