¿Qué esconde el trastorno del travestismo?

El diagnóstico del trastorno de travestismo no se aplica a todos los individuos que se visten del sexo opuesto, ni siquiera a aquellos que lo hacen habitualmente. Se aplica a los individuos cuyo travestismo o pensamiento de travestirse se acompaña a menudo o siempre de excitación sexual (Criterio A) y que sufren malestar emocional o deterioro social o interpersonal a causa de dicho patrón (Criterio B).

En el acto de travestirse se pueden utilizar tan solo una o dos prendas de vestir (p. ej., en los hombres, puede atañer tan solo a la ropa interior femenina), o puede implicar vestirse completamente con los atuendos externos y la ropa interior del sexo opuesto; también (en los hombres) puede incluir el uso de pelucas de mujer y maquillaje.

El trastorno de travestismo es un fenómeno comunicado casi exclusivamente en hombres. La excitación sexual, en su forma más obvia de erección del pene puede concurrir con el travestismo de varias maneras. En los hombres jóvenes, el travestismo a menudo lleva a la masturbación, después de la cual se retiran todos los atuendos de mujer. Los hombres mas mayores, en cambio a menudo aprenden a evitar la masturbación o hacer alguna cosa para estimular el pene de manera que se evite la eyaculación y ello les permite prolongar su sesión de travestismo. Los hombres con pareja de sexo femenino a menudo completan la sesión de travestismo manteniendo relaciones sexuales con su pareja. Algunos de ellos presentan dificultades para mantener una erección suficiente en el coito sin travestirse (o de fantasear privadamente con travestirse).

La valoración clínica del malestar o el deterioro, como la evaluación clínica de la excitación del travestismo sexual, suele depender de lo que el mismo individuo refiere. El patrón de conducta “adquirir y descartar” a menudo implica la presencia de malestar en los individuos con trastorno de travestismo. En ese patrón de conducta, un individuo (generalmente un hombre) que ha gastado una gran suma de dinero en ropa de mujer y en otro tipo de vestimenta (p. ej., zapatos, pelucas) desecha esos artículos (se deshace de ellos) para intentar superar el deseo irrefrenable de travestirse, pero acto seguido empieza a adquirir nuevamente vestimenta de mujer.

El trastorno de travestismo en hombres se acompaña a menudo de autoginofilia (la tendencia parafílica en los hombres a sentirse sexualmente excitados por pensamientos o imágenes de uno mismo como mujer). Las fantasías y comportamientos autoginofílicos pueden centrarse en la idea de tener funciones fisiológicas femeninas (p. ej., lactancia, menstruación), de realizar acciones de mujer estereotipadas (p. ej., hacer punto) o de poseer anatomía femenina (p. ej., pechos)

(información extraída de DSM-5 manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales / American Psychiatric Association, 2014)

 

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