Primer paso. Información sobre los alimentos y las calorías. En todas las librerías y kioscos usted podrá adquirir recetas sobre una alimentación racional y calorías obtenidas en cada alimento. Habrá que comprarlas y calcular, al final del día, la cantidad de calorías absorbidas y habrá también que informarse claramente antes de empezar el tratamiento. De esta manera, antes de tomar algún alimento, uno puede considerar que en lugar de este trozo de chocolate, podrá tomarse un filete con ensalada.
Segundo paso. Observación y registro del comportamiento alimenticio. Se puede comer de todo, se puede combinar a discreción toda clase de platos. Se ha observado que la limitación a algunos pocos alimentos provoca a menudo terribles sensaciones de hambre, lo que hace imposible el autocontrol. A este punto se debe fijar un objetivo de disminuir medio kilo de peso por semana. Este objetivo, muy modesto, se basa en el hecho de que la sensación de hambre que aparece cuando se limitan drásticamente los alimentos dificulta el autocontrol.
Tercer paso. Reducción de las situaciones alimenticias. Habrá que definir un solo lugar en la vivienda en donde se coma. No se podrá comer nada fuera de ese lugar. Así se pretende conseguir que la comida, se haga más difícil porque hay que dirigirse a este lugar cada vez que se desea comer. Además, cuando se come, solo se debe comer. Las actividades agradables que se suelen ejercer durante la comida, por ejemplo, ver televisión, leer, etc. intensifican la comida, es decir, incrementan la frecuencia de las comidas.
Cuarto paso. Reducción del tiempo dedicado a las comidas. Ahora se limitarán las pequeñas comidas intermedias. Todo lo que se quiere comer habrá de tomarse durante las tres comidas previamente establecidas. Si usted no logra desistir tan rápidamente de todas las comidas intermedias entonces coma pero hágalo a la hora y en el lugar previamente fijados
Quinto paso. Interrupción de la cadena de comportamientos “comida”. La cadena de comportamientos define una variedad de formas de comportamiento sucesivas en el sentido de un comportamiento específico que es el “comer”. Por ejemplo: si piensa en un pedazo de tarta en la nevera, el individuo se levanta y va a la cocina, se dirige hacia la nevera, abre la nevera, coge la tarta, corta un pedazo de tarta, se sienta con el pedazo de tarta en la mano, come. Esta cadena de comportamientos puede subdividirse en varios pasos.
Por supuesto que resulta más difícil interrumpirla poco antes del último paso que al principio. Cuanto más larga sea la cadena, tanto más fácilmente aparecen reacciones de autocontrol. Existe la posibilidad de alargarla artificialmente. Por ejemplo:
- Conservando los alimentos de manera que su acceso sea difícil
- No conservando alimentos preparados y listos para comer; solo se deberían de conservar en casa alimentos que tardan en ser preparados o cocidos
- Comprando alimentos solo para una comida
Sexto paso. Intensificación de formas de comportamiento incompatibles con la comida. Estas actividades ayudan a reducir la alimentación. Se trata de: leer, escribir, llamar por teléfono, ver televisión, ir de paseo, caricias, jugar, deporte, etc.
Estas actividades habría que ejercerlas en el momento en que usted desea comer. Lo importante es que a usted le guste ejercerlas y posiblemente las haya aplazado para que ofrezcan aun más atractivos. Por supuesto que este programa solo se destina a servir de directriz pudiendo por tanto ser individualmente modificado. Sin embargo, contiene las estrategias esenciales para el fomento del autocontrol. Durante toda esta actuación usted jamás se debe olvidar de seguir con su grafica, para que pueda conseguir la información de retorno necesaria para sus progresos. Se puede elaborar programas parecidos para otros problemas, por ejemplo el fumar o el beber.
(Información extraída de Stress y conflictos: métodos de superación: entrenamiento psico-fisiológico práctico para, directivos, médicos, psicólogos, psiquiatras, profesores y asistentes sociales / Gunther K. M. Huber; con la colaboración de Dorothea Huber-Krist, Angelika Wagner, Nicola Sclubach; [traducido por Anneliese Mosch Fernández], 1980)