El papel de la respiración en el pánico

La respiración es necesaria para sobrevivir. Cuando tomas aire, tus pulmones separan de él el oxigeno que pasa a la sangre, donde es trasportado por la hemoglobina que lo distribuye por todo el cuerpo para ser utilizado por las células.

Como resultado de esa utilización por las células, se produce un producto de desecho llamado anhídrido carbónico que pasa también a la sangre, es trasladado a los pulmones y desde allí se expulsa al tirar el aire

Así cada vez que respiras se produce el siguiente proceso:

  • Tomas aire que llega a tus pulmones
  • En los pulmones el oxigeno del aire pasa a la sangre, que lo lleva a todas las células del cuerpo
  • Las células toman ese oxigeno, lo utilizan y liberan un producto de desecho; el anhídrido carbónico
  • El anhídrido carbónico es trasportado por la sangre a los pulmones
  • Al expulsar el aire de tus pulmones, expulsas el anhídrido carbónico

La hiperventilación

Si respiramos demasiado rápido o tomamos demasiada cantidad de aire aumenta el nivel de oxigeno en la sangre porque tomamos mas oxigeno del que gastamos. Así se produce el estado de hiperventilación definido como respiración demasiado intensa o frecuente, para las necesidades del organismo en un momento dado.

La hiperventilación produce una serie de alteraciones físcas, destacando las siguientes:

  • Disminuye el anhídrido carbónico en la sangre
  • Reduce el contenido acido de la sangre, haciéndola más alcalina
  • Ambas llevan el estrechamiento de ciertos vasos sanguíneos, lo que disminuye la cantidad de sangre que lleva a diversas zonas del cerebro y del resto del cuerpo
  • También se produce un aumento de retención de oxigeno en la sangre, que tiene el efecto de disminuir la llegada de oxigeno a determinados lugares, incluyendo diversas áreas del cerebro.
  • Todo lo anterior puede producir una serie de sensaciones internas, siendo las más comunes las siguientes:
    • Disminución de oxigeno en ciertas áreas del cerebro: mareo, confusión, sensación de ahogo, visión borrosa, sensación de irrealidad
    • Disminución de oxigeno en otras partes del cuerpo: aumento del latido cardiaco, hormigueo, pinchazos en las extremidades, escalofríos, manos o pies fríos y húmedos. En ocasiones: rigidez muscular o sensación de ahogo, atragantamiento o asfixia
    • Esfuerzo que supone hiperventilar: calor, sofoco y sudor
    • mantenimiento de los músculos del tórax estirados y tensos durante mucho tiempo. Cansancio, agotamiento, dolores intercostales, sensación de opresión o tirantez o incluso dolores intenso en el pecho

La hiperventilación es una reacción normal de nuestro organismo cuando se activa la ansiedad o el pánico, o si hacemos ejercicio físico.

Cuando experimentamos una reacción de alarma acompañada de ejercicio físico intenso no se producen la mayoría de las sensaciones típicas de hiperventilación porque el exceso de oxigeno es consumido mediante el ejercicio. Los pacientes con pánico suelen hiperventilar sin darse cuenta, sobre todo si lo hacen ligeramente durante largos periodos de tiempo.

En muchos de estos casos, se produce un aumento de oxigeno y un descenso de anhídrido carbónico, compensados, que no llega a producir síntomas; pero que puede actuar “como el vaso lleno que es colmado por unas gotas”. Es decir, la hiperventilación puede mantenerse en un nivel tal, que un leve incremento de esta puede desencadenar las sensaciones temidas.

Pero hay  que tener en cuenta, que la hiperventilación no supone ningún peligro. De hecho, se utiliza en los tratamientos más eficaces para superar el pánico. Además la hiperventilación no desencadena el pánico. Solo da lugar a sensaciones que pueden malinterpretarse como señal de peligro. Recuerda que lo que da lugar al pánico es la interpretación catastrofista de esas u otras sensaciones internas, que crees que indican un peligro inminente.

Esa percepción de peligro es la que hace que se active el sistema de alarma y que aumenten las sensaciones y se inicie el círculo vicioso del pánico.

 

 

(Información extraída de Cómo superar el pánico (con o sin agorafobia) programa de autoayuda / Elia Roca, 2009)

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