¿Cuándo falla la memoria?

La memoria es una de las funciones cognitivas más sensibles al daño cerebral. El término se refiere a una pérdida parcial o total de la memoria, lo que la convierte en incapacidad para recuperar la información. Los trastornos de la memoria pueden ser graves que no solo se pierde la posibilidad de recuperar la información sino también toda noción de haber estado expuesto a ella. En los casos menos agudos, la evocación puede implicar únicamente pérdida de detalles, los cuales en ocasiones mejoran cuando se proporcionan claves o pistas.

Es importante enfatizar que en la memoria intervienen diversos procesos y es necesario que todos ellos estén intactos para que ésta funcione normalmente. Es necesaria una atención adecuada para que se puedan registrar los datos. Las alteraciones en la atención se producen por un estado confusional y una imposibilidad para recordar. Personas somnolientas, deprimidas o ansiosas pueden manifestar dificultades para almacenar y recuperar la información

Clínicamente es posible distinguir cuatro tipos de amnesia (Ardila y Ostrosky, 1991):

  • Amnesia anterógrada. Consiste en la incapacidad para retener nueva información como consecuencia de una perturbación cerebral
  • Amnesia retrógrada. Es la imposibilidad de evocación información aprendida previamente
  • Amnesia especifica. Se relaciona con la naturaleza de la información que ha de memorizarse. Una persona puede presentar dificultades para recordar caras o lugares, pero no para recordar palabras o textos; también puede darse el caso contrario
  • Amnesia inespecífica. Se presenta para todo tipo de material y se manifiesta en cualquier modalidad. Hay amnesia respecto a caras, lugares, palabras, textos, etc. La amnesia inespecífica con confabulación y amnesia inespecífica sin confabulación. La confabulación es la aparición de falsas huellas de memoria que probablemente se producen porque la persona es incapaz de hacer una evocación selectiva de sus recuerdos. Por ejemplo, cuando se le pregunta a un paciente qué hizo el día anterior, éste puede responder que estuvo en su casa, luego salió a pasear y se encontró con un amigo, cuando en realidad el paciente estaba hospitalizado. Lo que refiere es algo que pudo hacer sucedido y que podría responder a huellas de memoria que el paciente es incapaz de seleccionar apropiadamente.

La identificación de las características de los trastornos de memoria aporta información valiosa acerca de la naturaleza y la localización de un daño o disfunción cerebral. En este sentido, se ha postulado un sistema que memoria que incluye las siguientes estructuras cerebrales: los cuerpos mamilares del hipotálamo, el tálamo, los lóbulos frontales, el cíngulo y el hipocampo. Lesiones a diferentes estructuras cerebrales pueden generar directa o indirectamente fallos en la memoria. Por ejemplo, las lesiones en el tallo cerebral afectan al nivel de conciencia y puede afectar indirectamente el proceso de memoria puesto que carece el individuo de un estado suficiente de alerta para realizar el registro de información. Las lesiones en las estructuras del sistema límbico afectan al proceso de almacenamiento de información nueva, aunque se mantiene la habilidad para recordar hechos antiguos. El lóbulo frontal interviene en las estrategias de almacenamiento y la recuperación de los recuerdos, e inhibe a la vez la información que no viene al caso.

¿Cómo cambia la memoria con la edad?

Con la edad, las alteraciones de la memoria son causadas por cambios neuronales en el cerebro y por diferencias de procesamiento. Durante el envejecimiento surgen cambios en las neuronas del cerebro y en la eficiencia de los neurotransmisores que afectan la transmisión de información entre las neuronas, o se presentan deficiencias en la atención por alteraciones de los lóbulos frontales. Otras causas del deterioro de las neuronas incluyen: el uso de fármacos, las enfermedades crónicas como las cardiacas, la depresión, el alcohol, la vida sedentaria, la presión arterial alta, la falta de estimulación, la ausencia de deseo por aprender, la desnutrición y el exceso de grasa.

Las personas mayores presentan dificultades en la evocación. Por ejemplo, aunque conocer el nombre de la medicina, no pueden recordarlo en un momento dado. Sin embargo, la mayor parte de las personas no manifiesta problemas con el reconocimiento y frecuentemente afirmar reconocer la información al verla u oírla. La memoria sensorial no cambia con la edad y así, el registrar información, a través de los sentidos la memoria a corto plazo funciona en forma muy parecida a cuando se es joven.

Es conocido que ciertos factores pueden afectar al proceso de memoria en personas de cualquier edad. Sin embargo, el efecto de estos factores puede aumentar a medida que envejecemos; esto se debe a que las personas de mayor edad pueden experimentar mas al mismo tempo uno de estos factores. Los problemas de memoria se deben a cambios en los siguientes procesos (Ostrosky-Solís, 1998):

  • La atención dividida. Nos cuesta más trabajo prestar atención a dos cosas a la vez
  • La capacidad para aprender información nueva. Necesitamos hacer más esfuerzo para aprender información
  • La recuperación. Es más difícil recuperar a la información almacenada en la memoria a largo plazo
  • La evocación. Requerimos más tiempo para recuperar la información de la memoria a largo plazo.

(Información extraída de Rehabilitación neuropsicológica / Juan Carlos Arango Lasprilla; revisión técnica, Edgar Miranda Terrés; editor responsable, Emilio Márquez Orta, 2006)

 

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