TOC

¿La onicofagia está relacionada con otros trastornos compulsivos o de ansiedad?

La onicofagia, el morderse las uñas, es un problema muy extendido. Su prevalencia en el adulto se sitúa entre el 20 y 25%. En los niños el porcentaje se eleva al 28% entre los niños de 5 a 6 años y alcanza el 60% al inicio de la adolescencia. Aunque el morderse las uñas sea un fenómeno muy extendido a menudo se le quita importancia, pues quienes lo padecen disimulan frecuentemente sus consecuencias y sus gestos. La onicofagia incluye también el mordisqueo de las cutículas y de la piel alrededor de las uñas. De ello resulta que ciertos componentes no son identificados como propios de la onicofagia cuando en realidad forman parte de ella. Evaluación, diagnóstico y análisis funcional Este problema no es un trastorno psiquiátrico por lo que el DSM-III-R no plantea ningún criterio diagnostico para la onicofagia. Sin embargo, el morderse las uñas sigue siendo problemático para numerosos individuos. Habitualmente, no consultarán con el médico de cabecera por ello, sino que aprovecharán más bien una consulta por otro problema para plantear esta cuestión. El facultativo generalmente no sabe qué responder. La definición de onicofagia es la siguiente: “Acto de morder, estirar o arrancar las uñas (de las manos y/o de los pies) es irregular, pero razonablemente intacto. Onicofagia confirmada por el interrogatorio en la entrevista Ligera. El inicio de la uña es irregular, pero razonablemente intacto. Onicofagia confirmada por el interrogatorio en la entrevista Moderada. El inicio de la uña está ausente. Roído regular confirmado por el interrogatorio en la entrevista Grave. La uña está roída más allá de la parte que no está en contacto con la piel. El tejido normalmente oculto por la niña es visible Se puede dividir en dos categorías más a las personas que se muerden las uñas, según el numero de dedos implicados. Los pacientes que se muerden todas las uñas sin excepción se llamarán roedores definidos, mientras que aquellos para los que el problema solo afecta a entre 1 y 9 dedos se denominan roedores indefinidos. La medida empleada más frecuentemente ese el autorregistro. Con él se dispone de una línea base de la frecuencia del roído de las uñas y precisa la gravedad del caso. El paciente rellena diariamente una ficha a tal efecto. Esta costumbre se desarrolla gradualmente y se convierte rápidamente en automática. Es importante sensibilizar al cliente respecto a la cadena de comportamientos que le conduce a morderse las uñas. Además de las fichas, el cliente ilustrará los datos recogidos con la ayuda de un grafico que permitirá seguir la evolución del tratamiento. Este gráfico ayudará al paciente a tomar conciencia de su comportamiento. También se utilizan otros métodos para medir los cambios; por ejemplo, hacer una marca en la uña. Fotografías la uña resulta el más apropiado pues ofrece una medida permanente y objetiva. Se podrá examinar el aspecto de los dedos, contando el número de uñas mordidas con indicios de sangre o heridas cicatrizándose. Las cutículas no son buenos puntos de referencia pues pueden dañarse fácilmente. Durante las entrevistas, el terapeuta examinará los siguientes aspectos: ¿En qué situación se muerde las uñas el paciente? ¿Qué actividades son las más propicias para el mordisqueo de uñas? ¿Cuáles son los movimientos iniciales? ¿presentan movimientos asociados al mordido de las uñas? ¿Cuáles son los aspectos del mordido de las uñas que irritan? Tratamiento El tratamiento comprende dos partes: volver apto al paciente para reconocer la cadena de comportamientos causantes del mordido de las uñas y enseñar una respuesta incompatible con su problema. Este método, llamado inversión de hábito, es muy eficaz para resolver este problema. Para empezar, hay que concentrar al paciente sobre los diversos componentes. La persona se colocará delante de un espejo y se morderá las uñas observando y anotando los movimientos efectuados. Si las uñas son mordidas de diferentes formas, el individuo hará una lista de las diferentes conductas. Cada día, ante el espejo, el paciente describirá en voz alta la manera como se muerde las uñas. La segunda etapa consiste en aprender una respuesta incompatible con el mordido de las uñas. Se deben respetar ciertos criterios si se quiere seleccionar adecuadamente este nuevo comportamiento: La acción no debe interferir con las actividades cotidianas Esta respuesta puede repetirse durante varios minutos sin que parezca inhabitual Es incompatible con el mordido de uñas, es decir, impide a la persona efectuar dicho comportamiento Cuando se realiza esta respuesta, ello permite al paciente darse cuenta de la ausencia del mordido de uñas La respuesta permite reforzar los músculos antagonistas a los del mordido de uñas Entre los movimientos utilizados frecuentemente se encuentran el gesto de apretar el puño, dejar la mano sobre la rodilla, apretar ligeramente la pierna. Este movimiento incompatible se mantendrá alterador de tres minutos desde que el cliente se muerde las uñas o siente ganas de hacerlo. Antes de recurrir a la respuesta incompatible en el medio natural, el paciente practicar solo mentalmente estos ejercicios describiendo en voz alta los detalles del contexto. Tras imaginarse la secuencia en cuestión, debe iniciar los movimientos asociados al mordido y efectuar inmediatamente la respuesta antagonista. Cuando el paciente se siente confiado en poder hacer frente a este tipo de situaciones, ensayará otra. En algunos pacientes añadiremos el aprendizaje de la relajación para controlar el nerviosismo y las ganas de morderse las uñas. Se trata de enlentecer el ritmo de la respiración y efectuar unas respiraciones y espiraciones más profundas. Lo mismo para la musculatura que debe estar más distendida y relajada El apoyo de los amigos y de la familia también es importante. Es necesario felicitar al individuo por los esfuerzos y mejoras observados así como recordarle que debe practicar sus ejercicios. Eso ayuda a mantener la motivación del paciente. Para facilitar la disminución del deseo de morderse las uñas es importante limarlas y cuidar regularmente las cutículas y la piel en torno de las uñas.   (Información extraída de Terapia cognitiva y comportamental / Robert Ladouceur, Ovide Fontaine, Jean Cottraux, 1994)

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¿Cuál es la técnica de exposición y prevención de la respuesta y qué eficacia tiene en el tratamiento del T.O.C.?

El tratamiento psicosocial más eficaz para el trastorno obsesivo-compulsivo es la exposición y la prevención de la respuesta, consistente en exponer al paciente a un entorno o estimulo aversivo (como puede ser tocar un objeto “contaminado”: la tapa del wáter) y lograr que evite el ritual compulsivo de lavarse las manos. La hipótesis subyacente es que la ansiedad disminuye al efectuar el individuo suficientes contactos con un objeto que le repugna y comprobar que de ello no se siguen consecuencias nocivas. Los dos factores principales del tratamiento por exposición es que se haga in vivo (en una situación real) y que se evite la respuesta, fundamentalmente a base de que el paciente ejerza gran fuerza de voluntad y no lleve a cabo el ritual acostumbrado. Cuando no sea posible que el paciente experimente con el objeto real, se le indica que imagine la situación que desencadena la reacción compulsiva. Se ha demostrado por numerosos estudios que la prevención exposición/ritual da buenos resultados en menos de un mes, con retrocesos inferiores al 20%. Incluso con esta breve duración de tratamiento, los índices de recaída son relativamente bajos y los beneficios del tratamiento persisten hasta cinco años después. Se ha recurrido a combinar los efectos de la prevención exposición/ritual de diversos ensayos para analizar la eficacia general del tratamiento en distintos entornos. Los resultados de estos meta-análisis, sugieren que el tratamiento conductual es eficaz para controlar los síntomas del trastorno obsesivo-compulsivo y superiores al nulo tratamiento. Por los meta-análisis presentan inconvenientes: el primero es que, dada la combinación de ensayos, siempre se produce una mezcla en detalles específicos de un determinado experimento, como por ejemplo la manera en que se aplicaron los diversos tratamientos; o tal vez en uno de ellos se incluyeron ejercicios a domicilio y en otros no. Se han agrupado ensayos con diverso grado de control y éstos, por otra parte, difieren en duración, implicación del terapeuta, rigor del control del ritual y empleo de exposición imaginaria (cuando no es posible in vivo), por lo que hay razones para llegar a la conclusión de que los resultados de los meta-análisis no son concluyentes. No obstante, independientemente de la confusión de combinar los resultados de varios ensayos, se ha observado que los pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo mejoran si acuden semanalmente al terapeuta y practican además por su cuenta la exposición con prevención de respuesta. Tal vez la principal desventaja de este método sea la generalización de los resultados o el efecto que ejerce sobre el propio trastorno obsesivo-compulsivo. A veces, por ejemplo, el efecto del tratamiento queda restringido al estimulo concreto y al acto compulsivo asociado y no se generaliza a otros entornos y estímulos. Como sucede con casi todas las terapias, se trabaja constantemente para descubrir la mejor combinación de tratamientos. En el caso del T.O.C. se han probado diversos elementos combinados con variado grado de éxito. Alguno de ellos son: En general, con el empleo de exposición en imaginación (en la que el paciente se imagina la exposición a los estímulos), en contraste con la exposición real, se consigue paliar los síntomas y mantener los beneficios del tratamiento, pero no es tan eficaz como la terapia in vivo. La terapia auto dirigida, que incluye acceso a la información y ejercicios de relajación, no parece ejercer efectos positivos sobre los síntomas asociados al T.O.C. Con otro enfoque cognitivo se obtuvieron beneficios pero menos que los logrados con el grupo sometido a exposición y tratamiento exclusivo de prevención a la respuesta No aparece haber diferencia entre la terapia individual y la de grupo en cuanto reducción de síntomas en el T.O.C. y las dos parecen igualmente eficaces en el momento del tratamiento y seis meses después. El tratamiento en grupo es mucho más económico y eficaz, pues se llega a reunir mucho mayor número de pacientes por menos gasto. No hay diferencia en cuanto al resultado tratando a los pacientes individualmente o integrando a los miembros de su familia. La severidad del T.O.C. disminuye en ambos casos, pero con la exposición con prevención de respuesta combinada con un intenso programa de apoyo familiar se logró más mejoría.       (Información extraída de Tratamiento de trastornos mentales: una guía de tratamientos que funcionan / Peter E. Nathan, Jack M. Gorman, Neil J. Salkind ; traducción de Francisco Martin Arribas, 2005)

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¿Cuáles Son los Síntomas Clave del Trastorno de Rumiación?

La principal característica del trastorno de rumiación es la regurgitación repetida de alimentos después de alimentarse o comer, durante un periodo mínimo de un mes (Criterio A). La comida tragada previamente, que puede estar parcialmente digerida, se devuelve a la boca aparentemente sin náuseas, arcadas involuntarias ni desagrado. La comida se puede volver a masticar para después escupirse de la boca o tragarse. La regurgitación en el trastorno de rumiación debería ser frecuente y producirse por lo menos bastantes veces por semana, típicamente a diario. El trastorno no se explica mejor por una afección gastrointestinal u otra afección médica asociada (Criterio B) y no se produce exclusivamente durante el curso de una anorexia nerviosa, bulimia, trastorno de atracones o un trastorno de evitación/restricción de la ingesta de los alimentos (Criterio C). Si los síntomas se producen en el contexto de otro trastorno mental (p.j., discapacidad intelectual), deben ser lo suficientemente graves como para justificar una atención clínica adicional (Criterio D) y representar un aspecto primordial de la presentación del individuo que requiere la intervención. El trastorno se puede diagnosticar durante toda la vida, particularmente en los individuos que presentan también discapacidad intelectual. Muchas personas con trastorno de rumiación pueden ser observadas directamente por los clínicos mientras llevan a cabo dicho comportamiento. En otros casos, el diagnóstico puede realizarse en base a la información referida por el paciente o corroborada por los padres o cuidadores. Los individuos pueden describir el comportamiento como habitual o fuera de su control. Los niños pequeños con trastorno de rumiación muestran una postura característica, de esfuerzo y de arqueo de la espalda con la cabeza mantenida hacia atrás, mientras realizan movimiento de succión con la lengua. Pueden dar la impresión de que obtienen satisfacción con dicha actividad. Pueden estar irritables y hambrientos entre los episodios de regurgitación. La pérdida de peso y la no consecución del peso esperado son características comunes en los niños con trastorno de rumiación. Se puede producir malnutrición a pesar del hambre aparente del niño y de la ingestación de una cantidad grande de alimentos, particularmente en los casos graves en los que la regurgitación se produce inmediatamente después de cada ingesta y los alimentos regurgitados son expulsados. También se puede producir malnutrición en los niños más mayores y en los adultos, especialmente cuando la regurgitación se acompaña de una restricción de la ingesta. Los adolescentes y los adultos pueden intentar disminuir la regurgitación tapándose la boca con la mano o tosiendo. Algunos de ellos intentarán evitar comer con otras personas por el conocido rechazo social que existe hacia dicho comportamiento. Esto puede llevar a evitar comer en ciertas situaciones sociales, como el trabajo o la escuela (p.ej., evitar desayunar porque puede seguirse de una regurgitación). (información extraída de DSM-5 manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales / American Psychiatric Association, 2014)

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¿Cómo ayudar a una persona con trastorno obsesivo compulsivo?

Los síntomas característicos del TOC son la presencia de obsesiones y compulsiones (Criterio A). Las obsesiones son pensamientos (ej., contaminación), imágenes (p.ej., de escenas violentas o terroríficas) o impulsos (ej., de apuñalar a alguien) de naturaleza repetitiva y persistente. Es importante destacar que las obsesiones no son placenteras ni se experimentan como voluntarias: son intrusivas y no deseadas, y causan malestar o ansiedad en la mayoría de los individuos. El individuo intenta ignorar o suprimir esas obsesiones (ej., evitando los factores desencadenantes o mediante la supresión de pensamiento) o neutralizarlas con otro pensamiento o acción (ej., la realización de una compulsión). Las compulsiones o rituales son conductas (ej., el lavado, la comprobación) o actos mentales (ej., contar, repetir palabras en silencio) de carácter repetitivo que el individuo se siente impulsado a realizar en respuesta a una obsesión o de acuerdo con unas normas que se deben aplicar de manera rígida. La mayoría de los individuos con TOC tiene tanto obsesiones como compulsiones. Las compulsiones se realizan en respuesta a una obsesión (ej., pensamientos de contaminación que conducen a los rituales de lavado o cuando algo es incorrecto, se produce una repetición de rituales hasta que se siente “correcto”). El objetivo es reducir la angustia provocada por las obsesiones o prevenir un acontecimiento temido (p.ej., enfermar). Sin embargo, estas compulsiones o bien no están conectadas de forma realista con el evento temido (ej., disponer las cosas de forma simétrica para evitar el daño a otro ser querido) o excesivas (ej., ducharse durante horas todos los días). Las compulsiones no se hacen por placer, aunque algunos individuos experimentan un alivio de la ansiedad o la angustia. El Criterio B destaca que las obsesiones y las compulsiones deben consumir mucho tiempo (ej., más de una hora al día) o provocar un malestar clínicamente significativo o deterioro para justificar un diagnostico TOC. Este criterio ayuda a distinguir la enfermedad de los pensamientos intrusivos ocasionales o de las conductas repetitivas, que son comunes en la población general (ej., un doble control de que una puerta esté cerrada). La frecuencia y la gravedad de las obsesiones y las compulsiones puede variar entre los individuos con TOC (p.ej., algunas personas tienen síntomas de leves a moderados, pueden pasar 1-3 horas por día obsesionadas o haciendo las compulsiones, mientras que otros tienen casi constantemente pensamientos intrusivos o compulsiones que pueden ser incapacitantes. Características asociadas El contenido especifico de las obsesiones y compulsiones varía entre los individuos. Sin embargo, estos aspectos o dimensiones son frecuente, entre las que están la limpieza (obsesiones de contaminación y compulsiones de limpieza), la simetría (la obsesión por la simetría y las compulsiones de repetir, ordenar repentinamente y contar, los pensamientos prohibidos o tabú (ej. las obsesiones de agresión, sexuales y religiosas y las compulsiones relacionadas) y el daño (ej. el temor a hacerse daño a uno mismo o a otras personas y las compulsiones de comprobación). Algunas personas también tienen dificultades para desechar cosas y almacenar objetos (acumulación) como consecuencia de las obsesiones y compulsiones típicas como el temor a dañar a los demás. Estos aspectos que se repiten en las diferentes culturas son relativamente constantes en el tiempo entre los adultos con este trastorno y pueden estar asociados con diferentes sustratos neurales. Es importante destacar que los individuos a menudo tienen síntomas en más de una dimensión. Los individuos con este trastorno experimentan una variedad de respuestas afectivas cuando se enfrentan a las situaciones que provocan las obsesiones y compulsiones. Por ejemplo, muchos individuos experimentan una marcada ansiedad que puede incluir ataques de pánico recurrentes. Otros reportan un angustioso sentido de la “perfección” que genera malestar hasta que las cosas se ven, se sienten o parecen “correctas”. Es común que las personas con este trastorno tiendan a evitar personas, lugares y cosas que puedan desencadenar las obsesiones y las compulsiones. Por ejemplo, los individuos con preocupación por la contaminación podrían evitar las zonas públicas (ej. restaurantes, baños públicos) para reducir la exposición a los agentes contaminantes temidos; los individuos con pensamientos intrusivos referentes a causar daño, podrían evitar las interacciones sociales. (información extraída de DSM-5 manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales / American Psychiatric Association, 2014)

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¿Neurosis obsesiva es lo mismo que TOC?

Si bien es cierto que todas las personas sufren miedos y obsesiones en mayor o menor medida, la mayor parte de la gente consigue dominarlos sin que afecten en demasía su actividad diaria ni su estructura mental. No obstante, en algunas personas predispuestas, la ansiedad adquiere una intensidad considerable y llega a marcar sus pensamientos y sus comportamientos. Existe cierta predisposición a sufrir una neurosis en las personas hipersensibles, con una emotividad superior a la normal, por lo general, con un acusado sentido de culpabilidad y que se sienten muy afectadas por las tensiones emocionales y por los hechos impactantes, como disgustos, peleas, accidentes o por hechos o circunstancias banales a los que ellos otorgan mayor importancia de la que en realidad tienen y que les causan una fuerte alteración psicoemocional. Causas Por lo general, una neurosis se desarrolla o aparece en un individuo debido a situaciones o hechos que crean en él fuertes tensiones emocionales, pero casi siempre a esto se suma una cierta predisposición caracterológica. Está comprobado que la emotividad exagerada se puede adquirir a través de la educación de unos padres también muy emotivos. El individuo crece y se educa en un ambiente familiar proclive a las reacciones neuróticas ante situaciones tensas o emotivas y, por imitación subconsciente de los comportamientos paternos, se desarrolla de este modo una personalidad potencialmente neurótica, que se desencadenará cuando se encuentre en situaciones de fuerte tensión emocional Tipos Existen diversos tipos de neurosis, pero de ellos cabe destacar los más frecuentes Las fobias consisten en un miedo desproporcionado a determinadas situaciones, como el miedo a la oscuridad, a los espacios abiertos (agorafobia), a los lugares cerrados (claustrofobia); también el miedo a determinados objetos, de hecho, inofensivos y a algunos animales (gatos, arañas, pájaros, etc.). En tales casos, la persona afectada se da cuenta y acepta de modo racional, la inocuidad del objeto de su miedo, pero, no obstante, se siente incapaz de vencerlo. La hipocondría es la neurosis por la que una persona siente miedo insuperable de estar enfermo, cree padecer enfermedades imaginarias y se preocupa de un modo obsesivo por su salud, más allá de todo razonamiento. Las neurastenias, en las que el individuo muestra una fatiga y una debilidad crónicas, y una irritabilidad continua. La neurosis de ansiedad se presenta en aquellas personas que manifiestan una continuada sensación de exaltación física y psíquica que puede ser tolerada y deseada por el sujeto casi como una forma habitual de vida, hasta que, al ocurrir algún suceso que les produce una tensión emocional añadida, la ansiedad se hace insoportable. La neurosis histérica es una forma de neurosis en la que el paciente puede sufrir sonambulismo, amnesia, parálisis o anulación de alguno de los sentidos (ceguera o sordera histérica), de forma temporal e impredecible, sin que exista ninguna lesión orgánica que lo justifique, para estos casos, las cosas ocurren como si el subconsciente del individuo actuara para defenderse de una situación insoportable, negándose a ver, oír o sentir aquello que le resulta doloroso. Obsesiones Las obsesiones constituyen una forma especial de neurosis. La neurosis obsesiva consiste en la formulación de un pensamiento que se presenta de forma repetitiva y persistente, sin que el individuo pueda apartarlo de su mente. El pensamiento obsesivo puede adoptar diferentes formas. La duda obsesiva aparece cuando el individuo no puede convencerse de haber realizado un acto determinado, tal como cerrar la llave del gas o la puerta del piso, y de forma reiterada se siente obligado a cerciorarse de ello una y otra vez. El pensamiento obsesivo es aquel en el que la persona afectada realiza un discurso interminable, y con frecuencia cíclica, de forma reiterada, sin que ello le permita llegar a ninguna conclusión práctica ni desviar su atención del tema, lo que le impide centrarse en otros pensamientos o acciones. Cuando el individuo afectado se halla en un estado depresivo, con frecuencia los pensamientos obsesivos giran en torno al tema de la muerte y el suicidio. Compulsiones La compulsión es un acto que se realiza con frecuencia y de manera repetitiva, a modo de ritual, con el fin de reducir la tensión emocional y aliviar la ansiedad. En muchas ocasiones, los actos compulsivos son en sí, actos normales y habituales, como el hecho de lavarse las manos o de colocar en orden los objetos que se hallan encima de la mesa, pero lo que los convierte en compulsión es el hecho de presentarse de forma reiterada, con una frecuencia anormal y que sean vividos por el sujeto como algo cuya realización es ineludible. Tratamiento Casi todas las personas tienen un comportamiento neurótico en algún aspecto de su conducta: el orden o la limpieza exagerados, la preocupación excesiva por la salud o la alimentación, la tendencia a preocuparse y a polarizar la atención en ciertos hechos o circunstancias, entre otros. El problema se presenta cuando la neurosis alcanza tal grado de desarrollo que imposibilita al afectado para realizar los actos cotidianos más habituales o bien cuando compromete su relación y convivencia con otras personas, en tal caso, es aconsejable que se someta a un tratamiento. En principio, casi todas las neurosis responden bien a un tratamiento. Éste se orienta sobre todo a reducir el grado de tensión emocional de la persona afectada, enseñándole a relajarse y a adoptar actitudes constructivas. Asimismo, puede ser útil la administración de medicamentos sedantes o ansiolíticos, y de psicoterapia. (extraída información de Guía médica familiar, 1994)

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¿Cómo Afecta la Cleptomanía a las Relaciones Personales y Sociales?

La característica principal de la cleptomanía es la reiterada imposibilidad de resistir el impulso de robar objetos, aunque éstos no sean necesarios ni para el uso personal ni por su valor monetario (Criterio A). El individuo experimenta un aumento de la sensación subjetiva de tensión antes de cometer el robo (Criterio B) y siente placer, gratificación o alivio en el momento de cometerlo (Criterio C). El robo no se comete para expresar rabia ni venganza, ni se realiza en respuesta a un delirio o una alucinación (Criterio D) y tampoco se explica mejor por un trastorno de conducta, un episodio maníaco o un trastorno de la personalidad antisocial (Criterio E). Los objetos se roban a pesar de que suelen tener poco valor para el individuo, que podría permitir pagarlos y que a menudo los regala o los desecha. En ocasiones, el individuo puede acumular los objetos robados o devolverlos subrepticiamente. Aunque los individuos con este trastorno generalmente evitarán robar si pueden ser arrestados inmediatamente (p.ej. si están a la vista de un policía), normalmente no planean los robos ni tienen plenamente en cuenta la posibilidad de ser arrestados. El robo se realiza sin la asistencia o colaboración de otras personas. Características asociadas que apoyan el diagnóstico Los individuos con cleptomanía suelen intentar reprimir su impulso de robar y son conscientes de que el acto está mal y carece de sentido. El individuo con frecuencia teme ser arrestado y a menudo se siente deprimido o culpable por sus robos. Las vías de neurotransmisión asociadas con las adicciones conductuales, como las de los sistemas serotoninérgico, dopaminérgico y opioide, parecen jugar también un papel significativo en la cleptomanía Prevalencia La cleptomanía se produce en cerca del 4-24% de los individuos detenidos por robar en tiendas. Su prevalencia en la población general es muy rara, de aproximadamente el 0,3-0,6%. El número de mujeres supera al de hombres en proporción de 3:1. Desarrollo y curso La edad de inicio de la cleptomanía es variable, aunque el trastorno empieza a menudo en la adolescencia. Sin embargo, el trastorno puede empezar en la infancia, en la adolescencia o en la edad adulta, y en raras ocasiones en la edad adulta tardía. Hay poca información sistemática sobre el curso de la cleptomanía, aunque se han descrito tres cursos típicos: esporádico, con episodios breves y largos periodos de remisión; episódico, con largos períodos en los que se roba seguidos de períodos de remisión, y crónico, con algunos grados de fluctuación. El trastorno puede continuar durante años a pesar de las condenas por robo en tiendas. Factores de riesgo y pronóstico Genéticos y fisiológicos. No hay estudios controlados sobre los antecedentes familiares de la cleptomanía. Sin embargo, los familiares de primer grado de los individuos con cleptomanía pueden presentar unas tasas más altas de trastorno obsesivo-compulsivo que la población general. También parece haber una tasa de trastornos por consumo de sustancias, incluido el trastorno por consumo de alcohol más alta entre los familiares de los individuos con cleptomanía que entre la población general. Consecuencias funcionales de la cleptomanía El trastorno puede causar problemas personales, profesionales, familiares y legales Diagnóstico diferencial Robo ordinario. La cleptomanía debería diferenciarse de los actos ordinarios de robo y del robo en tiendas. El robo ordinario (ya sea planteado o impulsivo) es deliberado y está motivado por la utilidad del objeto robado o su valor monetario. Algunos individuos, especialmente los adolescentes, pueden también robar por desafío, como un acto de rebeldía o por un ritual de iniciación. El diagnóstico no se realiza a no ser que otras características típicas de la cleptomanía estén también presentes. La cleptomanía es extremadamente rara, mientras que el robo en tiendas es relativamente frecuente. Hacerse el enfermo. En este caso, los individuos pueden simular los síntomas de la cleptomanía para evitar un juicio penal. Trastorno de la personalidad antisocial y trastorno de conducta. El trastorno de personalidad antisocial y el trastorno de conducta se distinguen de la cleptomanía por el patrón general de comportamiento antisocial. Episodios maníacos, episodios psicóticos y trastorno neurocognitivo mayor. La cleptomanía debería distinguirse del robo intencionado o no intencionado que puede suceder durante un episodio maníaco, en respuesta a delirios o alucinaciones (p.ej. en la esquizofrenia) o como resultado de un trastorno neurocognitivo mayor. Comorbilidad La cleptomanía puede asociarse con las compras compulsivas, así como los trastornos depresivos y bipolar (especialmente el trastorno depresivo mayor), los trastornos de ansiedad, los trastornos de la conducta alimentaria (particularmente la bulimia nerviosa), los trastornos de la personalidad, el trastorno por consumo de sustancias (especialmente el trastorno por consumo de alcohol) y otros trastornos disruptivos, del control de los impulsos y de la conducta.  (información extraída de DSM-5 manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales / American Psychiatric Association, 2014)  

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¿Cómo se comportan las personas obsesivas?

Todo el mundo está más o menos obsesionado. Todo el mundo sabe lo que son las obsesiones, ¿quién no se ha sentido alguna vez “obsesionado” por una canción escuchada en la radio? ¿Quién no se ha despertado alguna vez durante la noche con una inquietud obsesionante, familiar o profesional? En realidad, todo esto es completamente normal. La obsesión autentica sin embargo resulta siempre penosa, bien sea simplemente molesta o torturante e insoportable. Se trata de un pensamiento que asedia literalmente (“obsesión” viene del latín obsidere que significa asediar), al individuo y que a pesar de sus constantes esfuerzos no puede evitarlo. A este pensamiento va asociada siempre una sensación sumamente terrible. El verdadero obseso está dispuesto a cualquier cosa con tal de liberarse de su tortura, pero el drama está en que no lo logrará sino sometiéndose a ella. La neurosis obsesiva A veces las obsesiones aparecen en la vejez ensombreciendo los últimos años de su vida. A veces también son consecuencia de una fractura de cráneo o una conmoción cerebral. Pero, en uno u otro caso, se trata de trastornos verdaderamente excepcionales que no hacen sino expresar concretamente tendencias latentes que existían con anterioridad. Igualmente, algunas mujeres son víctimas de obsesiones por la idea de robar o de tomar fuertes dosis de alcohol, incluso de matar. Pero se trata casi siempre de personas que anteriormente han tenido ya manifestaciones del mismo tipo. Por norma general, la obsesión constituye el elemento central de una de las cuatro neurosis actualmente catalogadas: la neurosis obsesiva. Frecuentemente tales pensamientos estériles paralizan la vida intelectual: ciertos enfermos se pasan todo el tiempo repitiendo mentalmente las tablas de multiplicación o la lista de las grandes fechas de la historia del país. El obseso es también un hombre lleno de pequeñas manías. Es presa de infinitos escrúpulos. Se siente obligado a alcanzar la perfección. Y tiene que estar continuamente haciendo comprobaciones e incluso comprobaciones de comprobaciones. A veces hay quien se despierta diez o doce veces durante la noche para asegurarse de que el gas está bien cerrado. En realidad sabe perfectamente que lo está; pero influido por una obsesión irrisoria, se siente obligado por una fuerza interior a ceder. Los terribles impulsos A veces, el enfermo se siente coaccionado a un acto que le parece particularmente monstruoso. Como, por ejemplo, asesinar a alguien. Estas tendencias agresivas se llaman obsesiones impulsos. Pueden inducir al suicidio, al robo a y las diversas formas de atentado a las costumbres y especialmente al exhibicionismo. En realidad, el paso a la acción es poco frecuente, salvo en los cleptómanos. En general, es el enfermo la única víctima de sus impulsos antisociales, condenado a combatirlos. El obseso está encerrado en un círculo vicioso. Para drenar las ideas y los impulsos obsesivos, pone en marcha mecanismos de defensa que no tardarán en convertirse, a su vez en obsesivos. Son los ritos conjuratorios. A menudo, estos ritos los lleva a acostarse. La persona da vueltas alrededor de su cama, golpeando en algunos lugares las paredes, recita fórmulas mágicas, procede a ablaciones complicadas y minuciosas, mira en todos los armarios y debajo de la cama, etc. Una debilidad constitucional Este aspecto clínico poco agradable se complica con otros síntomas. El obseso se ve asaltado por dudas, remordimientos, escrúpulos que inhiben su pensamiento y paralizan su acción, además es un hombre mal adaptado a la vida en sociedad, a la vida profesional. Le falta decisión y rendimiento. Es cierto que el obseso presenta síntomas de una cierta debilidad psíquica, efecto de las luchas llevadas a cabo contra los pensamientos y los impulsos intrusos pero, en cierta medida, es también su causa. El origen de las obsesiones es en parte constitucional. Se puede decir que en la  mayoría de los obsesos, la estructura básica de la personalidad está afectada. Por lo demás, el psicoanálisis descubre fácilmente en ellos cierta dosis patológica. (Extraída información de El médico informa, 1973)

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¿Qué es el TOC de contaminación y cómo curarlo?

Las Obsesiones se definen como: Pensamientos, imágenes o sensaciones recurrentes y persistentes que se experimentan como intrusivos, repetitivos e inapropiados, causando malestar emocional (duda, ansiedad, miedo, culpa, vergüenza…) gran duda, ansiedad y miedo en la persona. El sujeto intenta evitarlas, suprimirlas o neutralizarlas mediante otros pensamientos o actos. Son falsos mensajes que genera el cerebro del afectado. ¿Qué es el T.O.C. de contaminación física? El T.O.C. de contaminación principalmente está basado en el miedo a infectarse de VIH y a morir. La persona tiene frecuentes pensamientos que son involuntarios, repetitivos e irracionales que le generan un gran sufrimiento como por ejemplo por tocar el pomo de un aseo público voy a contagiarme de VIH. Ante ese pensamiento reacciona de manera errónea evitando tocar los pomos de los baños con la mano y en el caso de que los toca se lava excesivamente las manos y se ducha repetidas veces. Estas repeticiones son erróneas ya que se tratan de compulsiones que alimentan y mantienen el problema ¿Cuál es el objetivo de la técnica de exposición? El objetivo es perder la errónea credibilidad que genera el T.O.C. y aplicarse una vez trabajada la sobreexposición la parte cognitiva, la técnica de prevención de respuesta y elaborado una buena jerarquía de estímulos. ¿Qué pautas son recomendables en esta técnica? Es fundamental establecer una jerarquía de estímulos porque es importante empezar por las situaciones que generen menos malestar. De esta manera iremos realizando exposiciones de menos a mayor dificultad. Durante la exposición se irá observando el nivel de malestar y quedará finalizada cuando la ansiedad haya bajado hasta el 70%. Aunque las primeras exposiciones podemos terminarlas cuando el malestar haya bajado a la mitad. La persona no ha de estar muy medicada cuando le apliquemos esta técnica La técnica de la exposición con prevención de respuesta Cuando tienes la necesidad de compulsionar o te vienen esos pensamientos de que estás contagiada ahí es donde tienes que aplicar la técnica de prevención de respuesta. La prevención de respuesta consiste en seguir una serie de pasos donde tienes que identificar el pensamiento obsesivo, atribuirlo a tu T.O.C., aceptar que va a estar ese pensamiento e incluso ese malestar para poder reenfocar en el aquí y en el ahora. Reenfocar en el momento presente. De esta manera podrás reconducir tu vida cuando aparezca el T.O.C. En lugar de seguir el camino del T.O.C. hay que seguir el camino de la prevención de respuesta para que sea eficaz tu recuperación       La Terapia de Exposición TOC. Cómo exponerte. Trastorno Obsesivo Compulsivo. Asociación TOC Granada TELÉFONOS DE INFORMACIÓN Y AYUDA AL TOC: 626 39 70 77 – 958 958 062 PROTOCOLO ABREVIADO DE  TERAPIA INDIVIDUAL DE LA ASOCIACIÓN TOC GRANADA (ÚLTIMA REVISIÓN NOVIEMBRE DE 2022) Más información en https://tocgranada.com/

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