¿En qué consiste la confusión en personas mayores?

La confusión es una alteración mental que se presenta cada vez con más frecuencia entre las personas mayores. No es una enfermedad, sino un síndrome, es decir, un conjunto de signos y síntomas que pueden indicar la agravación de una enfermedad ya presente.

La confusión mental se caracteriza por en una alteración del reconocimiento del entorno y un inicio brusco, es decir, de un día para otro. Existe también pérdida de memoria: la persona mayor puede ser incapaz de reconocer a sus familiares, así como el lugar y el tiempo en el que está. Igualmente, puede tener lentitud de pensamiento. Suele aparecer a última hora de la tarde, cuando empieza a obscurecer o bien por la noche y esta disminución de la claridad del entorno, así como el desconocimiento de éste le conduce a un estado de gran ansiedad y agitación. Puede incluso sufrir alucinaciones, que harán que crezca más aun su estado de agitación. Otras veces presenta un aspecto extraviado, ausente, indiferente a lo que le rodea. Esta situación puede ir unida a otros síntomas tales como el insomnio.

¿Qué puede producir confusión?

Hay muchas causas que pueden llevar a un estado de confusión. Se puede hablar de causas orgánicas, debido a la enfermedad que padece el individuo. También influye un factor muy importante que puede precipitar la confusión en la persona mayor: el ambiente en que se encuentra.

Hay una extensa lista de problemas que aparecen muchas veces asociados a la persona mayor. Entre ellas se encuentran:

  • Problemas cardiovasculares y circulatorios: infarto cerebral, insuficiencia cardiaca, arritmias
  • Infecciones/fiebre: neumonías, infecciones urinarias
  • Problemas metabólicos: insuficiencia hepática, diabetes, déficit de vitamina B12 o ácido fólico
  • Ciertos fármacos: tranquilizantes, hipnóticos, antidepresivos
  • Anemia, hemorragias, digestivas
  • Deshidratación
  • Retención urinaria y/o fecal
  • Tumores
  • Traumatismos
  • Cirugía (cataratas, fractura de cadera, etc.)
  • Tóxicos (alcohol)

Muchas veces el problema aparece en el hogar y es bastante fácil de reconocer por la familia, pero no siempre es así. Se considera que el 40% de las personas mayores hospitalizadas sufren estados confusionales, que se deben a:

  • Situación de enfermedad, que suele ser la causa principal
  • El hecho de estar rodeadas de gente que no conocen (médicos, enfermeras, auxiliares, etc.) y que les someten muchas veces a técnicas cruentas
  • Los continuos cambios de turno del personal sanitario.
  • El lugar, que les es extraño y les causa ansiedad, más aún si se trata de unidades donde especialmente los pacientes desarrollan confusión, como son las unidades de cuidados intensivos.

¿Qué consecuencias puede tener?

Fugas. Una persona mayor que sufre un estado confusional se desorienta, se vuelve ansiosa, y puede extraviarse

Agresividad. Éste sería el mecanismo de protección ante una situación que no conoce. La persona mayor siente que el ambiente y las personas le son extrañas. Los intentos de acercarnos a él, así como las distintas pruebas a las que es sometido en el hospital puede interpretarlas como agresiones a su persona, por lo que intentará defenderse. Además, la persona mayor puede no colaborar con el profesional sanitario y esto dificultará su diagnóstico y tratamiento.

Empeoramiento del estado general. La confusión agrava los problemas de base que tenga el mayor

Problemas familiares. En la familia se produce gran tensión. Tener en casa a un ser querido con este estado de confusión, con el cual es difícil comunicarse y del que a veces se obtienen respuestas agresivas puede acusar gran dolor para los familiares y cuidadores. Esto conduce a una situación de estrés importante, que puede tener repercusiones sobre la atención que recibe la persona mayor. Otras veces, familiares desaprensivos responder de manera violenta a la agresividad de la persona mayor confusa. Ésta es una situación de malos tratos y, por tanto, denunciable.

Detección del síndrome confusional

Los síndromes confusionales que aparecen en los mayores ingresados son más difíciles de valorar, y esto se complica aun mas si tiene problemas de visión o de audición.

Es conveniente comparar la función mental del momento, con la que tenia antes de que apareciera el problema. La persona que se encargue de valorar esto debe recoger toda la información posible, por lo cual la familia y amigos de la persona mayor deberían prestar toda su ayuda. Interesa que conozcan y puedan informar sobre el modo en que se desarrolló la desorientación y el tiempo que ha pasado desde que ocurrió esto.

Cuidados de una persona mayor con confusión

Los cuidados que hay que prestar a una persona mayor con confusión son:

  • Es muy importante hablarla, con lenguaje sencillo y directo. También es conveniente no discutir con ella, para no crear un ambiente tenso.
  • Evitar realizar comentarios acerca de su trastorno creyendo que “no nos oye” porque pueden herir sus sentimientos
  • No forzarla, intentar convencerla de que está a salvo y tranquilizarla, debemos intentar comprenderla, saber escucharla, para evitar una confrontación. Cuando cometa errores, no reprenderla con dureza sino con suavidad o no reprenderla.
  • Procurar que no esté sometida a emociones excesivas ni situaciones de estrés
  • Control de los estímulos externos que recibe: crear a su alrededor un ambiente sosegado
  • Medidas de seguridad ambiental:
    • Barras de seguridad en la cama, para evitar caídas en estado de agitación
    • Evitar la oscuridad, que favorece la confusión; es aconsejable tener alguna luz de seguridad en los pasillos, habitación, etc.
    • No cambiar frecuentemente los muebles de lugar
    • Evitar los cambios bruscos del entorno
  • Facilitarle el contacto con un entorno conocido: familiares, amigos, objetos valiosos para ella, fotografías, etc.
  • Mantener a la persona mayor ocupada el mayor tiempo posible, intentar que su vida no sea una rutina
  • Es preciso que la persona mayor tenga conciencia del tiempo que pasa: debe tener a su alcance relojes, calendarios, etc.
  • Control adecuado de los medicamentos que toma y revisiones periódicas
  • Higiene y dieta adecuada a sus necesidades
  • No aislar a la persona mayor, sino hacerla partícipe de las actividades familiares y de su entorno.

 

 

(información extraída de Guía de cuidados de personas mayores / Andrés Pérez Melero (editor) ; [autores Álvaro Noguera Macarena … et al.], 1999)

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