El conflicto interpersonal en el escenario de la escuela obligatoria

El conflicto interpersonal o entre grupos que no cede con el esfuerzo espontaneo no solo es indeseable sino que es una situación crítica. Entendemos por situación crítica una posición de extrema tensión en la dinámica, siempre cambiante y diversa, de las relaciones entre las personas. Las relaciones sociales estables basadas en la vida en común deberían ser fluidas, afectivas y solidarias, pero también hay en muchas ocasiones en que no lo son.

La cotidianeidad y el trabajo conjunto crean sistemas de conocimiento compartido, afectos y emociones que pueden deteriorarse  a niveles mucho más profundos que aquellas que unen a las personas que no conviven. Los afectos y emociones que connotan las relaciones estables afectan en gran medida a la comunicación y al entendimiento mutuo, para bien y para mal. Las relaciones estables crean una suerte de expectativas respecto del interlocutor que con frecuencia es origen del buen entendimiento mutuo, pero también puede convertirse en la causa de malos entendidos que se hacen más y más profundos, produciendo estos conflictos críticos que se resuelven mal de forma espontanea.

Las relaciones interpersonales producen tensiones entre los grupos y las personas, cuando éstas deben acudir asiduamente a los mismos escenarios, someterse a normas comunes y realizar actividades compartidas, de forma cotidiana. La información que se comparte, los sentimientos que se crean y las emociones que emergen ante situaciones difíciles van creando tensiones que deterioran los formatos de comunicación, inhiben sentimientos, transforman la empatía en resentimiento, con el consiguiente deterioro de la red de vínculos sociales.

Aunque el sistema de relaciones interpersonales más cálido en afectos y emociones es el familiar, otros como el escolar en tiempos infantiles y juveniles y el laboral el resto de la vida, son también muy importantes en la vida de las personas. En ellos emergen afectos y emociones que pueden dar lugar a conflictos y tensiones que provocan un gran desgaste psicológico. La escuela es un escenario en el que la convivencia es literalmente una red de relaciones en la que es imprescindible disponer de instrumentos y recursos para resolver de forma espontánea los conflictos que emergen en el devenir diario de la vida en común.

Aunque la escuela ha buscado formas de resolver conflictos y para ello ha establecido los sistemas normativos y disciplinares, no siempre son eficaces, por distintas razones. Un problema estable es que el sistema normativo no siempre ha sido elaborado con la participación de todos; no siempre es bien entendido por todos o no siempre incluye vías de solución de lo divergente, lo poco común y lo que por tanto es impredecible. No todo se puede regular mediante normas, hay un espacio importante, para la espontaneidad que cada uno administra con relación a los otros, en estos espacios de libertad es en los que aparecen conflictos que son propios de la relación concreta de los que tienen que hacer cosas en común.

Los sistemas disciplinarios que emana de la construcción de normas y convenciones sociales deben realizarse mediante procesos negociadores que activen una visión positiva del conflicto, es decir, que asuman que el conflicto es positivo cuando estimula la comunicación y el dialogo constructivo; y muy negativo cuando la tensión emocional y el desafecto enturbian la comunicación o la hace inviable.

Un centro que construye y una cultura de diálogo y negociación ante la toma de decisiones y que dedica tiempo y espacio a ello, es de esperar que sea una comunidad en la que los conflictos interpersonales no se fijen ni paralicen la convivencia, pero incluso en centros que disponen de una ideología positiva ante el conflicto, surgen entre las personas y los grupos algunos que son visualizados por sus protagonistas como difíciles de resolver de forma espontanea; es en estos casos en los que hay que pensar en una estrategia de mediación.

 

(Información extraída de La violencia escolar: estrategias de prevención / Rosario Ortega, Rosario del Rey, 2003)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *