¿Cómo se trata la dependencia de la nicotina y con qué eficacia?

La dependencia de la nicotina es una potente adicción y muy difícil de tratar. A quienes empiezan a fumar antes de los veintiún años les cuesta más. El prescindir de la nicotina se caracteriza por irritabilidad, impaciencia, hostilidad, ansiedad, animo depresivo, dificultad para concentrarse, nerviosismo y aumento de peso.

En parte, la razón por la que es tan difícil dejar de fumar se debe a que, incluso en una época de menor tolerancia en general para los fumadores, sigue siendo un hábito socialmente aceptable poco prohibido y no muy mal visto. Por otro lado, existe un poderoso vínculo psicológico creado y reforzado constantemente entre fumar y experiencias sociales placenteras como son comer y estar con amigos.

No obstante, pueden contrarrestarse los síntomas de la abstinencia mediante el empleo de dos métodos de tratamiento. El primero consiste en absorber la nicotina que contiene un chicle  a través de la mucosa, y el segundo, directamente a través de la piel. El tercero y más reciente es un comprimido. Sin embargo, ninguno de los métodos procura el grado de nicotina que se absorbe al fumar que hace que la droga vaya directamente al torrente sanguíneo a través de los pulmones.

Aunque el chicle y el parche han dado buenos resultados y muchos fumadores han podido reducir su dependencia de la nicotina durante días o semanas, el deseo de experimentar los efectos psicoactivos de la droga no desaparecen. Los resultados de varios ensayos demuestran que los índices de abstinencia varían entre un 9 y un 40% seis meses después de interrumpir el tratamiento. No son unas cifras muy elevadas teniendo en cuenta la magnitud y el grave perjuicio que el tabaco causa sobre la salud y la gran cantidad de personas que padecen la enfermedad crónica por culpa de él.

El último esfuerzo para tratar esta adicción, se centra en el empleo de un comprimido sin nicotina que contiene bupropion, que se toma entre siete y doce semanas. Hay un ensayo en el que se demuestra que es más eficaz que el parche de nicotina, pero como es un medicamento que puede causar efectos secundarios el médico debe controlar la dosificación minuciosamente.

La investigación va orientada igualmente a la combinación de un parche de nicotina con un antagonista de la sustancia, la macamilamina. Se han empleado otros medicamentos como la clonidina y la naltrexona pero los resultados no son concluyentes. Como se ha asociado el fumar a la depresión, los antidepresivos como fluoxetina se han utilizado en combinación con la terapia de sustitución de nicotina. Los estudios provisionales demuestran que el empleo de antidepresivos en fumadores no deprimidos mejora notablemente los índices de abstinencia.

Aunque el chicle, los parches y la medicación con bupropion dan ciertos resultados, la práctica mas reciente consiste en recurrir a esta clase de medicación combinada con una terapia conductual.

 

(Información extraída de Tratamiento de trastornos mentales: una guía de tratamientos que funcionan / Peter E. Nathan, Jack M. Gorman, Neil J. Salkind; traducción de Francisco Martin Arribas, 2005)

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