¿Por qué algunas personas se enamoran de criminales?

La mente humana es compleja, y sus caminos hacia la atracción, el deseo y el amor pueden sorprender incluso a quienes creen conocerse bien. Uno de los fenómenos más desconcertantes —y poco conocidos— en el ámbito de la salud mental y la psicología de las relaciones es la hibristofilia: la atracción sexual o romántica hacia personas que han cometido crímenes violentos o actos moralmente condenables.

¿Qué es la hibristofilia?

La hibristofilia es un tipo de parafilia, es decir, una atracción sexual inusual que puede llegar a afectar la vida personal, social y emocional de quien la experimenta. En este caso específico, la excitación surge a partir de la vinculación con personas que han cometido delitos, especialmente de carácter violento, como asesinatos, violaciones o secuestros.

Este fenómeno se ha popularizado en los medios por casos como el de Ted Bundy, Charles Manson o Richard Ramírez, cuyas admiradoras —e incluso esposas— llenaban salas de juicio, enviaban cartas apasionadas a prisión e idealizaban a estos hombres a pesar de sus actos atroces.

¿Qué hay detrás de esta atracción?

Aunque no existe una única explicación, los psicólogos y expertos en conducta humana han identificado varias motivaciones que pueden influir:

  • Necesidad de control: Algunas personas sienten que, al relacionarse con alguien que está encarcelado, tienen una sensación de dominio o seguridad: saben dónde está, qué hace, y no hay riesgo de infidelidad.
  • Deseo de redención: El impulso por «salvar» o «cambiar» al otro puede activar el instinto maternal o protector en algunas mujeres, que creen que su amor será suficiente para transformar a un criminal.
  • Atracción por el poder: Para algunas personas, los actos violentos se interpretan erróneamente como signos de fuerza, liderazgo o masculinidad intensa.
  • Adicción al drama: Las relaciones con personas peligrosas pueden ofrecer una sensación de intensidad emocional constante que se confunde con amor apasionado.

¿Es necesario tratamiento?

No todas las personas que se sienten atraídas por criminales tienen un trastorno psicológico, pero cuando esta atracción interfiere con la vida cotidiana, genera sufrimiento, pone en riesgo la seguridad o impide establecer vínculos saludables, es importante buscar ayuda profesional.

El tratamiento puede incluir terapia cognitivo-conductual, exploración de traumas pasados, análisis del modelo de relaciones afectivas, y en algunos casos, abordaje de baja autoestima o dependencia emocional.

¿Por qué debemos hablar de hibristofilia?

Porque es un fenómeno que está más presente de lo que pensamos, especialmente en una época donde los crímenes se convierten en series, documentales y fenómenos virales. La romantización de los delincuentes en los medios puede reforzar ideas erróneas sobre el amor, el deseo y lo que significa una relación sana.

Hablar de hibristofilia es hablar de límites, de autoconocimiento, de salud emocional y de la necesidad de distinguir entre la fantasía y la realidad. Y sobre todo, es una invitación a construir relaciones basadas en el respeto, la igualdad y el bienestar mutuo.