¿Por qué algunas personas no pueden dejar de contar todo lo que ven?

La mente humana busca constantemente el orden y el control, pero cuando esa necesidad se convierte en una conducta repetitiva e incontrolable, puede transformarse en una obsesión. La aritmomanía, también conocida como compulsión por contar, es uno de los síntomas más característicos de algunos casos de trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). En este artículo te explicamos en qué consiste, por qué aparece y cómo se puede tratar.

¿Qué es la aritmomanía?

La aritmomanía es una compulsión relacionada con el conteo. La persona siente la necesidad irresistible de contar objetos, pasos, letras, sonidos o cualquier elemento de su entorno, incluso sin un motivo aparente. Este conteo puede realizarse mentalmente o en voz baja y suele estar asociado a rituales de control o prevención de una posible desgracia.

Por ejemplo, alguien con aritmomanía puede sentir que si no cuenta un número determinado de veces, algo malo sucederá. Aunque la persona sabe racionalmente que esa relación no tiene sentido, la ansiedad que experimenta si no lo hace es tan intensa que termina cediendo al impulso.

Ejemplos de comportamientos comunes

Algunos comportamientos frecuentes en personas con aritmomanía incluyen:

  • Contar los escalones al subir o bajar.

  • Repetir mentalmente una palabra un número exacto de veces.

  • Golpear o tocar objetos siguiendo una secuencia numérica.

  • Revisar o realizar tareas cotidianas en múltiplos de un número “seguro”.

  • Evitar ciertos números considerados “malos” o “peligrosos”.

Estas conductas pueden parecer simples manías, pero cuando interfieren en la vida diaria o generan malestar significativo, hablamos de un síntoma obsesivo-compulsivo.

Aritmomanía y TOC: una relación estrecha

La aritmomanía suele aparecer dentro del espectro del trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). En este contexto, el conteo actúa como una compulsión que busca reducir la ansiedad producida por pensamientos obsesivos.

Por ejemplo, alguien puede pensar: “si no cuento hasta 10 antes de salir de casa, algo malo le pasará a mi familia”. Contar se convierte así en un ritual de “protección” que, aunque alivia momentáneamente la ansiedad, refuerza el ciclo obsesivo-compulsivo a largo plazo.

Causas y factores asociados

No existe una única causa para la aritmomanía, pero sí varios factores que pueden contribuir a su aparición:

  • Predisposición genética o antecedentes familiares de TOC.

  • Desequilibrios neuroquímicos, especialmente en los niveles de serotonina.

  • Altos niveles de ansiedad o estrés prolongado.

  • Perfeccionismo o necesidad extrema de control.

  • Experiencias traumáticas que generen miedo a la pérdida de control o a la incertidumbre.

Consecuencias emocionales y sociales

Vivir con aritmomanía puede ser agotador. La persona siente que debe cumplir con los rituales numéricos para evitar consecuencias negativas, lo que provoca culpa, frustración y aislamiento.

A nivel social, la aritmomanía puede afectar la concentración en el trabajo o los estudios, retrasar actividades cotidianas y generar incomodidad en relaciones personales por los comportamientos repetitivos o “extraños”.

Tratamiento de la aritmomanía

El tratamiento más eficaz combina psicoterapia y, en algunos casos, medicación. Entre las terapias más utilizadas destacan:

1. Terapia cognitivo-conductual (TCC)

Es la más recomendada. Se centra en identificar los pensamientos irracionales y reemplazarlos por otros más realistas, además de exponer al paciente gradualmente a sus miedos sin permitir la respuesta compulsiva (técnica de exposición y prevención de respuesta).

2. Terapia farmacológica

En algunos casos, el psiquiatra puede recetar antidepresivos ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina) para reducir la intensidad de las obsesiones y compulsiones.

3. Mindfulness y técnicas de relajación

Aprender a tolerar la incertidumbre y reducir la ansiedad mediante la atención plena puede ser de gran ayuda en el proceso terapéutico.

Vivir con aritmomanía: un camino hacia el equilibrio

Superar la aritmomanía no significa dejar de contar para siempre, sino aprender a vivir sin depender de los números como fuente de control o alivio. Con el apoyo adecuado, es posible recuperar la calma mental y la libertad para disfrutar del presente sin rituales.

Conclusión

La aritmomanía puede parecer una simple curiosidad psicológica, pero para quienes la padecen es una carga emocional intensa. Reconocerla es el primer paso para buscar ayuda. Si sientes que contar o repetir números se ha vuelto una necesidad que no puedes controlar, consultar con un profesional de salud mental puede marcar la diferencia.