Si el factor clave para el desarrollo de las personas con un síndrome de Asperger es desarrollar su competencia social, hay tres áreas de desarrollo sobre las que se puede incidir para mejorar su integración y felicidad:
- Apego y seguridad
- Aprendizaje social instrumental
- Compartir experiencias
Apego y seguridad
El apego se inicia al formarse lazos entre el bebé y sus padres, un vínculo que se va ampliando y reforzando en la infancia. Los niños ven al padre como un refugio en momentos de ansiedad y como un apoyo para explorar y jugar en momentos tranquilos. Al pasar a la vida escolar ese vinculo se generaliza a otros adultos como los profesores. Ejemplos de esta relación son:
- El niño que se cae y se acerca a la madre para que le consuele
- El niño se agarra a las piernas de uno de los padres ante la presencia de un extraño
- El niño se confunde y llama “mamá” a su profesora, cuando le está atendiendo
- El niño está esperando a su madre que se retrasa y se dice a sí mismo “no te preocupes. Ahora viene mamá. Siempre viene y me lleva a casa”
Los niños con Asperger establecen vínculos de apego, aunque algunos pueden mantener un nivel elevado de inseguridad. Diferencian y reaccionan de manera diferente a sus madres y a extraños. También muestran comportamientos específicos, como los que se producen en un momento de separación y al volverse a juntar.
Aprendizaje social instrumental
Una acción social instrumental consiste en llevar a cabo algo para obtener un objetivo determinado en una situación social. De alguna manera usamos a las otras personas, como herramientas para conseguir un objetivo y sabemos de antemano lo que queremos conseguir y porqué estamos haciendo ese esfuerzo. Puede ser pedir algo, obtener ayuda, hacer turnos para compartir un juguete, portarse bien para que te premien, etc. el niño aprende cómo actuar relacionando acciones comunicativas con resultados específicos; por ejemplo, que si pide algo de forma educada tiene mas posibilidades que si gruñe. También se da cuenta que hay situaciones y momentos mas favorables y a ampliando un repertorio de acciones para aplicarlas en distintas circunstancias:
- Señalar para obtener un juguete que no puede obtener
- Portarse bien en clase para que le den un premio
- Estar en la cola del supermercado para conseguir que le den lo que ha metido al carro
- Pedir ayuda para que le expliquen algo y tener mejores notas
Los niños con Asperger desarrollan la habilidad para la interacción instrumental, piden cosas a los adultos de forma similar a los niños sin Asperger, usan gestos del mismo modo y establecen contacto visual para obtener ayuda o conseguir algo. Algunos niños con Asperger, sin embargo, no desarrollan un nivel de competencia social instrumental como los niños típicos. El querer compartir algo, lo que se llama una invitación social, es siempre mucho menos habitual en cualquier persona con un trastorno del espectro autista. En una persona con Asperger, se intenta iniciar la conversación como un medio para dar información. En comparación, los niños de la misma edad sin el trastorno tienen como prioridad el compartir juegos y buscar información (conocer la experiencia del otro)
Compartir experiencias
El tercer elemento de la competencia social incluye el deseo y la habilidad de establecer relaciones reciprocas, valorar el punto de vista de los otros, desarrollar una amistad y modular todo tipo de interacciones basadas en la emoción. No existe una recompensa especifica externa, sino que compartir es un fin en sí mismo. Las emociones y experiencias de un grupo se ajustan entre los distintos componentes. Algunos ejemplos:
- Después de perder un partido, todos los miembros del equipo se apiñan y se consuelan unos a otros
- Dos niños van en bici uno junto a otro, solo por esa sensación feliz, sin competir ni pretender ir a ninguna parte
- Al encontrarse con su amigo, un muchacho dice la misma broma que les hace reír a los dos sin ninguna razón aparente
- Hay un compañero nuevo en clase y se siente una excitación al ver que se comparten intereses u opiniones
- Tras un trabajo duro en grupo se celebra juntos con un sentimiento de unión
- Al enamorarse, quiere saber todo lo que siente y piensa la otra persona, para sentirse más cercano a ella.
Las personas con trastornos del espectro autista tienen problemas para compartir su excitación y sus intereses con otros. De los tres aspectos, la dificultad de compartir experiencias parece ser lo más definitorio de las personas con Asperger. Los problemas para compartir experiencias son evidentes hasta el final del primer año de edad. Al final del segundo año, estos niños pueden tener patrones de actuaciones sociales y emocionales anómalos, en los que no se una mejoría clara. Al no intervenir en el intercambio intuitivo de experiencias, el niño y adolescente con Asperger no lleva a cabo una búsqueda del vinculo emocional, los miles de situaciones e interacciones con las que un niño típico va construyendo y manteniendo sus relaciones interpersonales.
La amistad sería el ejemplo prototípico de compartir experiencia. En las personas con síndrome de Asperger se considera que el desarrollo de amistades reciprocas es una señal clave de que la intervención está teniendo éxito. Los elementos que permiten desarrollar y afianzar una amistad son los siguientes:
- Compartir entusiasmo y diversión. La respuesta cuando se le pregunta a un niño porqué le gusta estar con su amigo es “porque es divertido”, “porque me lo paso bien”. Las personas con trastornos del espectro autista suelen tener una menor implicación emocional y son menos expresivos que los niños y adolescentes típicos. De hecho, una señal temprana que permite la discriminación es que los niños con desarrollo normal rápidamente muestran su interés en compartir emociones, saludando, mostrando su excitación o respondiendo a las indicaciones de placer del otor. Es mas raro en niños con síndrome de Asperger.
- Coordinación social y emocional. A los 4 años, los niños saben ajustar su comportamiento al juego con otros niños sin que haya reglas muy marcadas. También aprenden pronto a prestar atención a las mismas cosas, para coordinar la percepción con otro niño y compartir esas nuevas experiencias. Exploran que cosas tienen en común con el otro niño. En general, se prefiere estar o jugar con el niño que ajusta sus acciones en función de las respuestas emocionales de los otros, mientras que se evita al que se entretiene en algo y se ríe sin prestar atención a lo que hacen los demás. Pronto también se establece un lazo de grupo, pandilla, donde unos se apoyan en otros, se cuentan sus cosas y se ayudan en situaciones problemáticas. Los niños con Asperger se fijan menos en el comportamiento de sus compañeros de clase y aunque usan gestos para pedir objetos o para entrar en rutinas sociales, no los usan para compartir interés en un objeto, un juguete o compartir experiencias.
- Mantenimiento y reparación de la relación. En una relación social hay posibilidades de confusiones, faltas de entendimiento y conflictos. Los buenos amigos regulan sus interacciones, aclaran los malentendidos y discuten para buscar un acuerdo. Quieren que las dos partes se impliquen en mantener y cuidar la relación, sentir que ambos ceden y que comparten la responsabilidad por la amistad. Las personas con Asperger no prestan atención al mantenimiento y reparación de las relaciones, pueden tener dificultades para reconducir una conversación o para ajustar sus mensajes a la respuesta que está recibiendo del interlocutor. Los adolescentes y adultos con Asperger no se dan cuenta aparentemente de la ausencia de coordinación en las conversaciones y no supervisan la comunicación para comprobar que están entendiendo y siendo entendidos correctamente. Además, no intenta ayudar al interlocutor cuando éste traslada su confusión ni regulan la conversación para asegurar que lo que se está hablando encaja con las ideas o intereses de su compañero de conversación.
- Apreciar las diferencias. Los buenos amigos valoran las peculiaridades del otro y tiene la excitación de ver nuevas formas de jugar a algo, ideas distintas, nuevos planes. Consideran que las percepciones y perspectivas del otro son tan “correctas” como las propias. Por el contrario, las personas con Asperger muestran errores que indican la poca sintonización con lo que está opinando su interlocutor, no saben hacia donde se dirige la conversación y muestran muy poca respuesta o empatía a la posible incomodidad o desinterés de la otra persona.
(información extraída de Autismo y síndrome de Asperger: guía para familiares, amigos y profesionales / José Ramón Alonso Peña, 2009)