¿Alguna vez has sentido que tu mente se “desconecta” de lo que sucede a tu alrededor? Como si estuvieras viendo tu vida desde fuera o que un pedazo de ti se pierde momentáneamente. Esto no es solo una sensación extraña, sino que puede ser un signo de un trastorno disociativo, un grupo de condiciones mentales poco conocidas pero que afectan a muchas personas en todo el mundo.
¿Qué son los trastornos disociativos?
Los trastornos disociativos son condiciones en las que la mente “se separa” o desconecta de ciertos pensamientos, recuerdos, emociones o incluso de la propia identidad. Es como si la persona experimentara un “corte” entre su conciencia y la realidad, para protegerse de situaciones extremadamente estresantes o traumáticas.
Esta desconexión puede variar desde episodios breves de “ausencia” hasta cambios profundos en la identidad o pérdida de memoria sobre eventos importantes. Es una forma en la que la mente intenta protegerse cuando el estrés o el trauma son demasiado difíciles de enfrentar directamente.
Tipos principales de trastornos disociativos
- Trastorno de despersonalización-desrealización: La persona siente que está fuera de su cuerpo (despersonalización) o que el mundo que la rodea no es real (desrealización). Imagina observarte a ti mismo como si fueras un actor en una película.
- Trastorno disociativo de la identidad (anteriormente llamado trastorno de personalidad múltiple): Se caracteriza por la presencia de dos o más identidades o “personalidades” que toman el control de la persona en diferentes momentos. Es un trastorno complejo y a menudo muy malinterpretado.
- Amnesia disociativa: Pérdida parcial o total de la memoria relacionada con eventos traumáticos o estresantes, que no puede explicarse por un olvido normal.
¿Por qué sucede la disociación?
La disociación suele ser una respuesta a experiencias traumáticas, especialmente cuando ocurren en la infancia, como abuso, violencia o abandono. Es una manera de escapar mentalmente de un dolor emocional insoportable. Aunque es un mecanismo de defensa, cuando se vuelve frecuente o persistente, puede afectar gravemente la vida diaria.
¿Cómo afecta a la vida diaria?
Quienes padecen trastornos disociativos pueden tener dificultades para mantener relaciones, trabajar o incluso cuidar de sí mismos, debido a esos “desconectes” mentales. Además, es común que coexistan con ansiedad, depresión o estrés postraumático.
¿Se puede tratar?
¡Sí! Aunque los trastornos disociativos pueden parecer misteriosos o aterradores, existen tratamientos efectivos. La psicoterapia, especialmente enfoques como la terapia cognitivo-conductual y la terapia centrada en el trauma, son fundamentales. En algunos casos, se complementa con medicación para aliviar síntomas asociados como la ansiedad o la depresión.
Lo más importante es buscar ayuda profesional si tú o alguien cercano presenta síntomas de disociación. Cuanto antes se atienda, mejores serán los resultados.
Rompiendo el tabú
Los trastornos disociativos aún están rodeados de mitos y desinformación. Es vital entender que no son un signo de “locura” ni de debilidad, sino una respuesta humana frente a situaciones muy difíciles. La empatía y la educación pueden ayudar a quienes viven con estos trastornos a sentirse comprendidos y acompañados.





