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¿Cómo Alteran las Drogas Nuestra Percepción de la Realidad?

Las alucinaciones inducidas por el consumo de drogas son experiencias sensoriales alteradas que pueden tener efectos devastadores tanto a corto como a largo plazo. Aunque algunas sustancias pueden generar estos efectos de manera temporal, otras pueden alterar permanentemente la percepción de la realidad. Este artículo explora ejemplos de alucinaciones provocadas por diversas drogas, cómo afectan al cerebro y qué consecuencias pueden tener para la salud mental y física de quienes las consumen. Alucinaciones Visuales por LSD El LSD (ácido lisérgico) es una de las drogas más conocidas en el ámbito de las alucinaciones psicodélicas. Las personas que consumen LSD pueden experimentar alucinaciones visuales intensas, como patrones geométricos en movimiento, objetos que parecen deformarse o cambiar de tamaño, y colores brillantes que no existen en la realidad. En algunos casos, las personas pueden ver «fantasmas» o figuras distorsionadas de personas o animales que no están presentes. Consecuencias: A pesar de ser temporales, estas alucinaciones pueden ser aterradoras y provocar ansiedad, miedo e incluso pensamientos delirantes. Las personas que consumen LSD pueden perder contacto con la realidad, lo que puede poner en peligro su seguridad y bienestar. Alucinaciones Auditivas por Psilocibina La psilocibina, el compuesto activo de los hongos alucinógenos, también puede inducir alucinaciones auditivas. Los consumidores pueden escuchar voces, sonidos distorsionados o incluso música que no está realmente presente. En algunos casos, las alucinaciones auditivas pueden ser agradables, pero en otros, pueden ser perturbadoras o aterradoras. Consecuencias: Estas alucinaciones pueden causar confusión y desorientación, y los efectos psicológicos pueden durar mucho más allá de la experiencia misma. A largo plazo, el consumo frecuente de psilocibina puede contribuir a la alteración del pensamiento y emociones inestables. Alucinaciones Táctiles por Cocaína La cocaína, un potente estimulante, puede inducir lo que se conoce como «paranoia táctil», en la que los usuarios sienten sensaciones físicas que no existen, como picazón o sensación de insectos caminando sobre su piel. Este tipo de alucinación es particularmente angustiante y puede llevar a los individuos a rascarse o intentar deshacerse de una sensación que no es real. Consecuencias: Las alucinaciones táctiles por cocaína pueden llevar a lesiones en la piel debido al rascado compulsivo. Además, la paranoia intensa puede empeorar la salud mental y contribuir a episodios de psicosis. El uso prolongado de cocaína puede tener efectos devastadores en la salud mental, incluyendo trastornos del ánimo y psicosis crónica. Alucinaciones Visuales y Auditivas por Ketamina La ketamina, un anestésico disociativo, puede inducir una amplia variedad de alucinaciones visuales y auditivas. Las personas que consumen ketamina a menudo experimentan una desconexión del cuerpo y del entorno, lo que puede llevar a distorsiones perceptuales significativas. Los usuarios pueden ver imágenes que no existen, escuchar voces o tener la sensación de estar fuera de su propio cuerpo. Consecuencias: El consumo de ketamina puede afectar la memoria y la cognición, además de tener efectos negativos a largo plazo en el sistema urinario y el hígado. Las alucinaciones, aunque temporales, pueden dejar a las personas sintiéndose desorientadas y ansiosas, y pueden aumentar el riesgo de comportamientos peligrosos. Alucinaciones Por Inhalantes (por ejemplo, tolueno) El consumo de inhalantes, como el tolueno o el gas de pintura, puede causar alucinaciones visuales, auditivas y táctiles. Las personas pueden experimentar distorsiones de la percepción, como ver colores brillantes o escuchar sonidos distorsionados. En algunos casos, el abuso de inhalantes puede inducir delirios y psicosis, que pueden persistir incluso después de que el efecto de la droga haya pasado. Consecuencias: El uso frecuente de inhalantes puede causar daño cerebral, problemas respiratorios y pérdida de la función cognitiva. Las alucinaciones causadas por inhalantes suelen estar acompañadas de un sentimiento de euforia, pero los riesgos a largo plazo son graves, y el abuso de estas sustancias puede ser fatal. Alucinaciones por DMT (Dimetiltriptamina) El DMT, un potente alucinógeno, genera efectos visuales y auditivos extremadamente intensos. Las personas que consumen DMT a menudo informan haber tenido «viajes» en los que interactúan con entidades o seres de otros mundos. Las alucinaciones pueden incluir visiones de paisajes surrealistas, figuras geométricas complejas, y encuentros con seres extraños. Consecuencias: Aunque la duración de los efectos del DMT es breve, el impacto psicológico puede ser profundo. Las experiencias pueden ser espirituales y transformadoras para algunas personas, pero también pueden ser perturbadoras o aterradoras, especialmente si la persona tiene predisposición a trastornos mentales.  

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¿Qué impacto tiene la automedicación con alcohol y drogas en el desarrollo de la adicción?

La experimentación con el alcohol y las drogas parece ser un rito de pasaje para los adolescentes pero, en algunos casos, esta primera toma de contacto puede llegar a tener efectos permanentes. El origen de la adicción de la mayoría de los alcohólicos y demás toxicómanos se remonta a la edad de diez años, aunque pocos de los que han experimentado con el alcohol y las drogas terminan convirtiéndose en alcohólicos o toxicómanos. Por ejemplo, más del 90% de los alumnos que concluyen la enseñanza secundaria ya han probado el alcohol, pero solo el 14% de ellos llega a transformarse en alcohólico. Del mismo modo, solo un porcentaje inferior al 5% de los millones de norteamericanos que han probado la cocaína se han convertido en adictos. ¿Qué es pues lo que determina la diferencia entre uno y otro caso? Algunos pueden llegar a hacerse adictos convirtiéndose en camellos ocasionales, simplemente debido a su facilidad de acceso o a una subcultura miope que mitifica el uso de las drogas; un factor este último que aumenta el riesgo del abuso de drogas en cualquier entorno e incluso entre los muchachos más acomodados económicamente. Pero todo ello no responde a la cuestión de cuáles son los chicos que se hallan más expuestos a este tipo de trampas y presiones. ¿Quiénes van a tener simplemente una experiencia ocasional y quienes por el contrario son más propensos, a convertirlo en un hábito permanente? Una teoría científica al uso afirma que las personas que dependen del alcohol y de las drogas están utilizando esas sustancias como una especie de medicación que les ayuda a mitigar su ansiedad, su enojo y su depresión, puesto que les permiten calmar químicamente la ansiedad y la insatisfacción que les atormentan. En un seguimiento efectuado sobre varios cientos estudiantes de séptimo y octavo curso a lo largo de un par de años, quienes acusaron mayores niveles de angustia emocional mostraron posteriormente las tasas más elevadas de abuso de drogas. Eso también podría explicar por qué hay tantos jóvenes que prueban el alcohol y las drogas sin llegar a convertirse en adictos, mientras que otros se hacen dependientes casi desde el comienzo. Las personas más vulnerables a la adicción parecen encontrar en las drogas y el alcohol una especie de varita mágica que les ayuda a sosegar las emociones que les han atormentado durante muchos años. Como señala Ralph Tarter, psicólogo del Western Psychiatric Institute and Clinic de Pittsburgh: “hay personas que parecen biológicamente predispuestas y cuya primera toma de contacto con la droga es tan recompensante que los demás no podemos ni siquiera llegar a sospechar. Muchas personas que han logrado recuperarse del abuso de las drogas confiesan que cuando la tomaron, se sintieron normales por primera vez en la vida. Así pues, al menos a corto plazo, la droga actúa como una especie de estabilizador psicológico. Y en esto se basa la principal tentación a la que recurre el demonio de la adicción, ya que es capaz de provocar una sensación de bienestar a corto plazo, aunque a la larga termine abocando al desastre permanente. También existen ciertas pautas emocionales que parecen determinar que las personas tiendan a encontrar consuelo emocional en unas sustancias más que en otras. Hay dos caminos diferentes que conducen al alcoholismo. El primero de ellos se inicia cuando una persona que ha tenido una infancia llena de tensión y ansiedad descubre que el alcohol le permite mitigar la sensación de ansiedad. Es frecuente que estas personas sean hijos de alcohólicos que también recurren a la bebida para tratar de calmar su nerviosismo. Uno de los indicadores biológicos de esta pauta es la hiposecreción de GABA, uno de los neurotransmisores que regulan la ansiedad. Cuanto menor es el nivel de GABA mayor es el índice de tensión que experimenta el individuo. Cierto estudio puso de manifiesto que los hijos de padres alcohólicos presentan un bajo nivel de GABA y en consecuencia son sumamente ansiosos. Pero cuando estas personas ingieren alcohol, su nivel de GABA aumenta en la misma proporción en que disminuye su sensación de ansiedad. Los hijos de alcohólicos beben principalmente para aliviar la tensión y descubren en el alcohol una sensación de liberación que no saben conseguir de otro modo. Este tipo de personas es asimismo muy vulnerable al abuso de sedantes combinados con el alcohol, que también potencian el descenso del nivel de ansiedad. Un estudio neuropsicológico llevado a cabo con hijos de alcohólicos que a la temprana edad de doce años evidenciaban ya claros síntomas de ansiedad demostró que estos niños presentaban un pobre funcionamiento del lóbulo frontal. Esto significaba que pueden confiar menos que otros chicos en aquellas áreas cerebrales que podrían ayudarles a paliar la ansiedad o a controlar la impulsividad. Esta búsqueda desesperada de calma parece ser el indicador emocional de una susceptibilidad genética hacia el alcoholismo. Un estudio efectuado con 1300 parientes de alcohólicos demostró que los hijos de éstos que presentaban un elevado índice de ansiedad crónica, son quienes mayores riesgos tienen de abusar de la bebida. La conclusión de los investigadores que llevaron a cabo este estudio fue que, en estas personas, el alcoholismo constituye una forma de automedicación que les permite combatir los síntomas de ansiedad. El otro camino emocional que conduce al alcoholismo está ligado a un elevado nivel de agitación, impulsividad y aburrimiento. Durante la infancia, esta pauta se manifiesta como un comportamiento inquieto, caprichoso y desobediente y en la escuela primaria asume la forma de nerviosismo, hiperactividad y búsqueda de problemas, una tendencia que como se apunta, puede empujarles a buscar amigos problemáticos y terminar abocándoles a la delincuencia o al diagnostico de “trastorno de personalidad antisocial”. El principal problema emocional de estas personas (sobre todo en varones) es la agitación; su principal debilidad, la impulsividad descontrolada y su reacción habitual ante el aburrimiento, la búsqueda compulsiva del riesgo y la excitación. Los adultos que presentan esta pauta de conducta son incapaces de soportar la monotonía y están dispuestos a probarlo

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¿Qué Diferentes Tipos de Drogas Existen y Cómo Se Clasifican?

Durante mucho tiempo hemos estado utilizando una clasificación que posiblemente les suene de algo a los iniciados en el tema sobre todo porque fue muy utilizado por los medios de comunicación y es la de drogas duras y drogas blandas. Los estudiosos de las drogas piensan que estos términos (duras y blandas) se prestan a malas interpretaciones, como por ejemplo pensar que las duras son drogas malas y las blandas son las drogas menos malas, cuando en realidad tenemos que insistir en que todas, absolutamente todas las drogas son malas (dañinas, perjudiciales, nocivas, peligrosas, etc.). Por todo ello, desde hace ya algunos años se habla de drogas legales e ilegales, que tampoco refleja la realidad del problema en toda su extensión, pero por lo menos evitamos que se pueda llegar a pensar que cualquiera de estas sustancias no es peligrosa. No obstante, habrá que matizar más aun esta forma de dividir las drogas, dado que las que denominamos legales no lo son para todo el mundo. La ley nos dicta en nuestro país que no pueden consumir alcohol, ni tabaco los menores de 16/18 años, dependiendo de la comunidad autónoma en la que nos encontremos. Tabaco Nombre: tabaco (nicotina) Apellidos: aumenta la actividad del sistema nervioso Fecha de nacimiento: época precolombina Lugar de nacimiento: civilización maya Padres: Cristóbal Colón (1492) lo introduce en Europa Enfermedad más característica: cáncer de pulmón Clasificación: droga legal (exceptuando menores de 16 años en general y determinados lugares en los que la ley prohíbe fumar) Forma de consumo: fumado, mascado o aspirado por la nariz Ejemplo de uso: fumar cigarrillos en cualquier situación sobre todo y equivocadamente buscando la relajación (no olvidemos que es excitante). El tabaco es otra de nuestras drogas por excelencia y se encuentra completamente introducida en nuestra cultura. Desde su descubrimiento fuimos los españoles los máximos difusores de esta sustancia, comercializándola e introduciéndola en todos los rincones del planeta. En los años sesenta es cuando se averiguó la relación existen entre fumar tabaco y el cáncer de pulmón. En la actualidad se pueden atribuir algunas causas de muerte además de la citada (como otros tipos de cáncer) Los riesgos de fumar dependen de la duración, la intensidad y el tipo de exposición al humo, además de otros factores (genéticos, tipo de tabaco, forma de fumar, etc.); pero muchos estudios médicos han determinado que la mortalidad es dos veces más alta en los fumadores que en los no fumadores y que el consumo de un paquete de cigarrillos diario acorta en unos seis años la expectativa de vida. En general, los efectos del tabaco en el organismo se reducen al aumento de la actividad de nuestro sistema nervioso y lo más comportamiento de fumar es el deseo constante de fumar en aquellos que han adquirido la dependencia del tabaco Riesgos por consumo de tabaco Enfermedades de corazón (infarto de miocardio y angina de pecho) Deficiencias en el riego sanguíneo Enfermedades respiratorias (irritaciones del apartado respiratorio, tos crónica, bronquitis) Diversos tipos de canceres (de boca, laringe, esófago, duodeno y de pulmón) En el caso de mujeres embarazadas: Niños de bajo peso Aumento de la frecuencia cardiaca Aumento de la probabilidad de sufrir malformaciones Mayor número de abortos Mayor riesgo de muerte al nacer Los efectos y riesgos del consumo de tabaco aumentan progresivamente con el tiempo y el consumo Heroína Nombre: heroína (sustancia derivada de la morfina) Apellidos: baja la actividad del sistema nervioso Fecha de nacimiento: 1874 Lugar de nacimiento: Laboratorios Bayer (Alemania) Padres: Dr. H. Dreser (técnico de los laboratorios Bayer) Enfermedad más característica: muerte por adulteración o sobredosis Clasificación: droga legal Forma de consumo: inyectada, fumada o aspirada por nariz Ejemplo de uso: normalmente se inyectan una dosis en solitario La heroína nace como un analgésico y se puede afirmar que es el más potente que se conoce (entre dos y cinco veces más poderoso que la morfina y en dosis más pequeñas). Cuando lo vemos en su estado puro, es como un polvo cristalino, blanco, inodoro y muy fino aunque su aspecto puede variar dependiendo de los procesos de purificación o manipulación a los que haya sido sometido. Los efectos de la heroína son más cortos (duran menos tiempo); esto hace de ella una droga altamente peligrosa, incluso controlada médicamente, desarrolla en pocas dosis la tolerancia y crea una importante dependencia psicológica y física. Al ser una droga ilegal que genera unos rendimientos económicos muy altos, se corre el riesgo constante de adquirir heroína en la calle en muy malas condiciones, pues lo  normal es que sea cortada (término que se emplea para decir que ha sido mezclada con alguna que otra sustancia para aumentar la cantidad de droga y conseguir más ganancias) en el mejor de los casos con azúcar o similares y en el peor con sustancias venenosas. Por este motivo es bastante usual que los adictos a la heroína mueran por adulteración (por consumirla cortada) o bien por sobredosis (dado que no se puede calcular la cantidad real de heroína que tiene una dosis, por lo que puede coincidir que sea demasiado pura y se inyecta más de la cuenta) Riesgos por consumo de heroína La heroína produce dependencia más rápidamente que la morfina y que otras muchas drogas, sea cual sea la forma de consumo La heroína provoca la pérdida de apetito y facilita la deshidratación del organismo La dependencia es tan fuerte que a las pocas horas de tomar la ultima dosis comienza el síndrome de abstinencia conocido con el sobrenombre de mono Alto riesgo de muerte por sobredosis y/o adulteración de la droga Cocaína Nombre: cocaína (sustancia elaborada a partir de la hoja de coca) Apellidos: aumenta la actividad del sistema nervioso Fecha de nacimiento: el cultivo de la coca cuenta con casi 7.000 años de antigüedad. Su consumo, alrededor de 2.800 años. La cocaína en 1860 Lugar de nacimiento: América del sur Padres: imperio inca (hoja de coca). Albert Niemann (la cocaína) Enfermedad más característica: depresión (normalmente de carácter grave, que

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¿Cómo afecta la drogadicción?

La drogadicción es un trastorno caracterizado por un deseo incontrolable de consumir una determinada sustancia, ya sea legal o no, a la cual una persona se ha acostumbrado tras un uso reiterado. Por lo general, se busca obtener un efecto gratificante, que puede ser la alteración de la actividad mental, de las actitudes o del grado de percepción. Adicción El término adicción se aplica especialmente a la dependencia psíquica y alguna física, de determinadas drogas. Si bien cualquier sustancia puede provocar una adicción, hay drogas que producen una dependencia física, que se manifiesta ante su falta: entre las más consumidas se hallan los barbitúricos, las bebidas alcohólicas, los opiáceos y todos sus derivados y las anfetaminas. Los peligros que encierra la drogadicción y el tratamiento que debe seguirse dependen, en cada caso, del grado de dependencia adquirido por el individuo y de la sustancia consumida. Puede ser necesario recurrir al médico o a los centros especializados, ya que ciertas drogas deben abandonarse de un modo gradual, en función del tiempo durante el cual se hayan consumido y de la gravedad de los síntomas ocasionados por el síndrome de abstinencia, ya que existen casos en que provoca más daño en el organismo el hecho de soportar ciertas abstinencias que el propio mantenimiento del hábito como en el caso de los alcohólicos, que cuando suspenden de un modo busco el consumo de alcohol se exponen a sufrir delirium tremens; o el caso de los adictos al tabaco, a las anfetaminas, al opio o a sus derivados, cuyos síndromes de abstinencia castigan de forma notoria al organismo. Cuando el paciente está convencido y lo desea, todos los hábitos se pueden abandonar; sin embargo, para evitar el síndrome de abstinencia en un consumidor empedernido, el procedimiento adecuado consiste en una disminución gradual de la dosis Tolerancia Se denomina tolerancia, en el aspecto toxicológico, a la capacidad del organismo para acostumbrarse a la administración de determinadas sustancias. Cuando el organismo se habitúa a una droga disminuye la intensidad de los efectos deseados y resulta cada vez menos tóxica y se deben consumir mayores cantidades para lograr el mismo efecto inicial, es decir, el organismo ha desarrollado tolerancia; ahora bien, se corre el riesgo de contraer una intoxicación crónica. Por un lado, algunas drogas presentan un factor de tolerancia alto, como es el caso del café y las bebidas alcohólicas y una persona puede familiarizarse con ellas con muy pocos riesgos de intoxicarse, si bien los efectos secundarios que producen en el organismo se evidencias tras largos periodos de administraciones regulares. Por otro lado, existen drogas con factores de tolerancia muy bajos, como los barbitúricos y otros somníferos, cuyo consumo repetido no disminuye el riesgo de sufrir intoxicaciones o efectos nocivos de una forma inmediata. El concepto opuesto a la tolerancia es el consumo incontrolado, en el que deja de importar el efecto buscado, y se sustituye por el deseo de tomar nuevas dosis, sin las cuales el individuo sufre un síndrome de abstinencia. Este síndrome consiste en una serie de reacciones, entre ellas la ansiedad, desencadenadas cuando dejan de consumirse drogas o fármacos adictivos, que tomados en dosis suficientes durante un largo periodo de tiempo provocan un cambio en el metabolismo. Cada droga o sustancia requiere diferentes dosis durante distintos periodos para alcanzar un nivel de habituación que a su vez también es diverso según las características de cada persona. Farmacodependencia Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) la farmacodependencia es el estado psíquico y físico causado por la acción reciproca entre un organismo vivo y un fármaco o droga, que se caracteriza por modificaciones del comportamiento y por otras reacciones, que implican siempre un impulso irreprimible de tomar el fármaco en forma continua o periódica. En la actualidad no es necesario ser un opiómano o un heroinómano para poder ser considerado un drogadicto, pues existen auténticos adictos a numerosos fármacos, como la aspirina o el optalidón. La amplia gama de calmantes, antidepresivos y otros psicofármacos que la industria farmacéutica ha lanzado al mercado ha dado lugar a la aparición de una toxicomanía de nuevas características. Los tranquilizantes, los barbitúricos y las anfetaminas constituyen los tres grupos de fármacos que más se prestan a su uso indebido o abuso, capaces de generar una adicción. Los factores comunes a este grupo de fármacos consisten en que todos tienen efectos perjudiciales para el organismo y generan una alta tolerancia con relativa rapidez, por lo que se necesita aumentar la dosis al cabo de poco tiempo para lograr los mismos efectos que la principio de su administración. Esto lleva a muchos consumidores al auto prescripción y la auto dosificación, con consecuencias graves para su organismo. Medicamentos naturales En ocasiones se puede recurrir a remedios naturales, como las infusiones medicinales o los zumos de frutas y hortalizas, para aliviar algunas dolencias, en lugar de optar por los medicamentos químicos; así la ingestión de tres tazas de tila o de melisa a lo largo del día produce los mismos efectos tranquilizantes que provocan un par de tabletas de somníferos por la noche. Una infusión de menta después de las comidas puede reemplazas las pastillas que favorecen la digestión. Y una dieta rica en fibras hará innecesario el uso de laxantes, que siempre presentan cierto grado de toxicidad. En los casos de resfriados o de algunas afecciones leves, se pueden hacer vahos de eucalipto y tomar zumo de limón caliente y caldos de tomillo, ajo y cebolla entre otros. De este modo, se aliviarán notablemente las molestias sintomáticas. Por otra parte, se puede prescindir de los antibióticos, ya que no son eficaces contra los virus, que pueden ser los agentes causantes de la mayoría de estas afecciones.   (Información extraída de Guía médica familiar, 1994)  

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