drogadicción

¿Cómo Alteran las Drogas Nuestra Percepción de la Realidad?

Las alucinaciones inducidas por el consumo de drogas son experiencias sensoriales alteradas que pueden tener efectos devastadores tanto a corto como a largo plazo. Aunque algunas sustancias pueden generar estos efectos de manera temporal, otras pueden alterar permanentemente la percepción de la realidad. Este artículo explora ejemplos de alucinaciones provocadas por diversas drogas, cómo afectan al cerebro y qué consecuencias pueden tener para la salud mental y física de quienes las consumen. Alucinaciones Visuales por LSD El LSD (ácido lisérgico) es una de las drogas más conocidas en el ámbito de las alucinaciones psicodélicas. Las personas que consumen LSD pueden experimentar alucinaciones visuales intensas, como patrones geométricos en movimiento, objetos que parecen deformarse o cambiar de tamaño, y colores brillantes que no existen en la realidad. En algunos casos, las personas pueden ver «fantasmas» o figuras distorsionadas de personas o animales que no están presentes. Consecuencias: A pesar de ser temporales, estas alucinaciones pueden ser aterradoras y provocar ansiedad, miedo e incluso pensamientos delirantes. Las personas que consumen LSD pueden perder contacto con la realidad, lo que puede poner en peligro su seguridad y bienestar. Alucinaciones Auditivas por Psilocibina La psilocibina, el compuesto activo de los hongos alucinógenos, también puede inducir alucinaciones auditivas. Los consumidores pueden escuchar voces, sonidos distorsionados o incluso música que no está realmente presente. En algunos casos, las alucinaciones auditivas pueden ser agradables, pero en otros, pueden ser perturbadoras o aterradoras. Consecuencias: Estas alucinaciones pueden causar confusión y desorientación, y los efectos psicológicos pueden durar mucho más allá de la experiencia misma. A largo plazo, el consumo frecuente de psilocibina puede contribuir a la alteración del pensamiento y emociones inestables. Alucinaciones Táctiles por Cocaína La cocaína, un potente estimulante, puede inducir lo que se conoce como «paranoia táctil», en la que los usuarios sienten sensaciones físicas que no existen, como picazón o sensación de insectos caminando sobre su piel. Este tipo de alucinación es particularmente angustiante y puede llevar a los individuos a rascarse o intentar deshacerse de una sensación que no es real. Consecuencias: Las alucinaciones táctiles por cocaína pueden llevar a lesiones en la piel debido al rascado compulsivo. Además, la paranoia intensa puede empeorar la salud mental y contribuir a episodios de psicosis. El uso prolongado de cocaína puede tener efectos devastadores en la salud mental, incluyendo trastornos del ánimo y psicosis crónica. Alucinaciones Visuales y Auditivas por Ketamina La ketamina, un anestésico disociativo, puede inducir una amplia variedad de alucinaciones visuales y auditivas. Las personas que consumen ketamina a menudo experimentan una desconexión del cuerpo y del entorno, lo que puede llevar a distorsiones perceptuales significativas. Los usuarios pueden ver imágenes que no existen, escuchar voces o tener la sensación de estar fuera de su propio cuerpo. Consecuencias: El consumo de ketamina puede afectar la memoria y la cognición, además de tener efectos negativos a largo plazo en el sistema urinario y el hígado. Las alucinaciones, aunque temporales, pueden dejar a las personas sintiéndose desorientadas y ansiosas, y pueden aumentar el riesgo de comportamientos peligrosos. Alucinaciones Por Inhalantes (por ejemplo, tolueno) El consumo de inhalantes, como el tolueno o el gas de pintura, puede causar alucinaciones visuales, auditivas y táctiles. Las personas pueden experimentar distorsiones de la percepción, como ver colores brillantes o escuchar sonidos distorsionados. En algunos casos, el abuso de inhalantes puede inducir delirios y psicosis, que pueden persistir incluso después de que el efecto de la droga haya pasado. Consecuencias: El uso frecuente de inhalantes puede causar daño cerebral, problemas respiratorios y pérdida de la función cognitiva. Las alucinaciones causadas por inhalantes suelen estar acompañadas de un sentimiento de euforia, pero los riesgos a largo plazo son graves, y el abuso de estas sustancias puede ser fatal. Alucinaciones por DMT (Dimetiltriptamina) El DMT, un potente alucinógeno, genera efectos visuales y auditivos extremadamente intensos. Las personas que consumen DMT a menudo informan haber tenido «viajes» en los que interactúan con entidades o seres de otros mundos. Las alucinaciones pueden incluir visiones de paisajes surrealistas, figuras geométricas complejas, y encuentros con seres extraños. Consecuencias: Aunque la duración de los efectos del DMT es breve, el impacto psicológico puede ser profundo. Las experiencias pueden ser espirituales y transformadoras para algunas personas, pero también pueden ser perturbadoras o aterradoras, especialmente si la persona tiene predisposición a trastornos mentales.  

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¿Conoces las 7 verdades que nadie te dice sobre las adicciones?

La adicción es una de las problemáticas más complejas y mal entendidas de la salud mental. Con frecuencia, se reduce a un simple comportamiento de abuso de sustancias, pero la realidad es mucho más profunda y abarca aspectos que suelen pasarse por alto. Si bien es importante hablar sobre la prevención y la recuperación, hay aspectos cruciales sobre la adicción que muchas veces quedan en la sombra. Aquí te contamos siete verdades impactantes que cambian todo lo que creías saber sobre este fenómeno. La adicción no discrimina Es fácil pensar que la adicción solo afecta a ciertos grupos de personas, como aquellos con un entorno de riesgo o antecedentes familiares. Sin embargo, la adicción puede afectar a cualquier persona, sin importar su edad, género, nivel socioeconómico o historial personal. Muchas veces, las personas que parecen tener «todo bajo control» pueden estar luchando en silencio con una adicción. Esto demuestra que la adicción no es una debilidad moral, sino una enfermedad compleja que puede afectar a cualquiera. La adicción no siempre está relacionada con el placer Aunque las sustancias o comportamientos adictivos a menudo generan sensaciones placenteras, la verdadera razón por la que una persona se vuelve adicta no es necesariamente la búsqueda de placer. En muchos casos, la adicción está vinculada a la necesidad de escapar de emociones difíciles, como la ansiedad, el dolor o el estrés. Las personas recurren a la sustancia o el comportamiento adictivo como una forma de calmar o anestesiar sus sentimientos, lo que las lleva a una dependencia psicológica y física. La adicción altera el cerebro de manera irreversible Uno de los mayores mitos sobre la adicción es que se puede «dejar de lado» con fuerza de voluntad. La adicción cambia físicamente el cerebro, alterando las áreas responsables de la toma de decisiones, el control de los impulsos y la motivación. A largo plazo, la estructura cerebral se ve modificada de manera que la persona ya no puede «volver a ser la misma» de forma natural. Esto hace que la adicción sea mucho más que un mal hábito: es una enfermedad que requiere tratamiento y apoyo a largo plazo. La adicción puede generar trastornos mentales El vínculo entre la adicción y los trastornos mentales es mucho más común de lo que se cree. La depresión, la ansiedad, el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y otros trastornos pueden ser tanto causas como consecuencias de la adicción. Es posible que una persona desarrolle una adicción como una forma de lidiar con el sufrimiento emocional o que su adicción agrave un trastorno preexistente. En muchos casos, tratar solo la adicción sin abordar los trastornos mentales subyacentes no es suficiente para lograr una recuperación completa. La recuperación no es lineal La mayoría de las personas cree que la recuperación de la adicción sigue un camino directo: se deja la sustancia, se pasan algunos meses o años sin recaídas, y la persona «se cura». La verdad es que la recuperación es un proceso no lineal, con altibajos, recaídas y avances. Muchas veces, las recaídas son parte del proceso de recuperación y no deben verse como fracasos, sino como oportunidades para aprender y fortalecer el compromiso hacia la sobriedad. La adicción afecta a las relaciones personales La adicción no solo afecta a la persona que la padece, sino que también tiene un profundo impacto en sus relaciones interpersonales. Familiares, amigos y parejas pueden verse atrapados en un ciclo de codependencia, en el que sienten la necesidad de proteger o salvar a la persona adicta. A menudo, la adicción crea una atmósfera de desconfianza, aislamiento y dolor, tanto para el adicto como para sus seres queridos. La recuperación implica también restaurar y sanar estas relaciones. El apoyo social es fundamental en la recuperación Es fácil pensar que la recuperación es un proceso individual, pero en realidad, el apoyo social juega un papel crucial. Las personas que atraviesan una adicción necesitan contar con una red de apoyo compuesta por amigos, familiares, terapeutas y grupos de apoyo. La interacción y el respaldo de quienes comprenden la lucha pueden marcar la diferencia entre el éxito y la recaída. Los grupos de apoyo como Alcohólicos Anónimos o Narcóticos Anónimos son ejemplos de cómo compartir experiencias y recibir ayuda mutua puede ser vital para la recuperación. Conclusión La adicción es una enfermedad que afecta profundamente a los individuos y a las comunidades. Entender que la adicción es mucho más que un problema de conducta y que requiere un enfoque integral puede cambiar la manera en que vemos este tema. Es importante acercarse a quienes padecen adicciones con empatía, comprensión y apoyo, recordando siempre que la recuperación es un camino posible, aunque no siempre fácil ni lineal. Si tú o alguien que conoces está luchando con una adicción, buscar ayuda profesional es un paso crucial hacia una vida más saludable y plena.  

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¿Quiénes son los famosos de Hollywood que vencieron la adicción?

El trastorno por consumo de sustancias afecta a personas de todas las edades y contextos, incluidos aquellos que viven bajo el escrutinio público. Muchas celebridades han hablado abiertamente sobre su lucha con la adicción, ofreciendo un testimonio de superación y esperanza para quienes enfrentan situaciones similares. A continuación, compartimos las historias de 10 famosos que han logrado superar el consumo de sustancias y ahora ayudan a otros con su experiencia. Robert Downey Jr. Robert Downey Jr. es uno de los casos más conocidos de recuperación de adicciones en Hollywood. A lo largo de los años, enfrentó problemas graves con las drogas y el alcohol, lo que le llevó a pasar por múltiples rehabilitaciones y encarcelamiento. Sin embargo, después de años de lucha, Downey Jr. encontró la sobriedad y, con la ayuda de su familia y terapeutas, logró un regreso impresionante, convirtiéndose en uno de los actores más exitosos de la industria, conocido principalmente por su papel como Iron Man en el universo de Marvel. Demi Lovato La cantante y actriz Demi Lovato ha sido muy abierta acerca de sus luchas con la adicción, la anorexia y la depresión. Después de varias recaídas y estancias en rehabilitación, Lovato ha estado en recuperación y se ha convertido en defensora de la salud mental y la sobriedad. Su honestidad y su activismo la han convertido en una fuente de inspiración para muchos, especialmente para los jóvenes que luchan con problemas similares. Eminem El famoso rapero Eminem, cuyo verdadero nombre es Marshall Mathers, luchó contra una grave adicción a las pastillas recetadas y el alcohol durante años. En 2007, pasó por un programa de rehabilitación y estuvo completamente limpio durante varios años. Eminem ha hablado abiertamente sobre su recuperación, y su música, que refleja tanto sus luchas personales como sus triunfos, ha servido como inspiración para muchas personas que atraviesan problemas de adicción. Oprah Winfrey Oprah Winfrey ha sido una figura influyente en el mundo de la televisión y los medios de comunicación durante décadas. En su juventud, Oprah luchó con el abuso de sustancias, lo que afectó tanto su carrera como su vida personal. Sin embargo, con el tiempo y la ayuda de la terapia, la meditación y el apoyo familiar, Oprah logró superar sus adicciones. Ahora, se dedica a promover la salud emocional y el bienestar a través de sus programas y sus escritos. Charlie Sheen Charlie Sheen ha sido un ejemplo controvertido en cuanto a la lucha contra la adicción. Después de años de abuso de drogas y alcohol, Sheen ha tenido varias recaídas, pero también ha estado en rehabilitación en numerosas ocasiones. A lo largo de su trayectoria, ha hablado abiertamente de sus problemas y, aunque su lucha ha sido larga, se ha mantenido sobrio en diversas ocasiones. Sheen sigue siendo una figura relevante en el debate sobre la adicción y la salud mental. Kirsten Dunst La actriz Kirsten Dunst, conocida por su papel en Spider-Man y Entrevista con el Vampiro, ha hablado de su experiencia con la adicción al alcohol durante sus años en Hollywood. Después de ser hospitalizada por agotamiento y problemas relacionados con el abuso de sustancias, Dunst decidió entrar en rehabilitación. Hoy, Dunst se ha mantenido en soberanía y ha continuado con una exitosa carrera en el cine y la televisión. Brad Pitt Brad Pitt ha hablado públicamente sobre su lucha con el alcoholismo, que le afectó durante años. Tras su separación de Jennifer Aniston y sus problemas personales, Pitt buscó ayuda para superar su dependencia y ha estado sobrio desde 2006. El actor ha hablado sobre cómo la sobriedad le ha permitido mejorar su salud mental y emocional, y ahora es un defensor de los programas de rehabilitación. Lindsay Lohan Lindsay Lohan ha sido una figura en el centro de los medios durante años debido a sus problemas con las drogas y el alcohol. A pesar de múltiples estancias en centros de rehabilitación y varios momentos difíciles, Lohan ha continuado su camino hacia la recuperación. A lo largo de los años, ha hecho esfuerzos por superar sus adicciones y regresar al mundo del cine, reconociendo la importancia de cuidar su salud. Matthew Perry Matthew Perry, conocido por su papel de Chandler Bing en Friends, ha tenido una vida llena de altibajos debido a su adicción a las pastillas y el alcohol. Perry ha estado en rehabilitación varias veces y ha hablado abiertamente sobre sus batallas con la adicción. En los últimos años, ha encontrado la sobriedad y ha utilizado su plataforma para ayudar a otros a superar sus luchas personales con las sustancias. Macaulay Culkin El actor de Mi Pobre Angelito (Home Alone), Macaulay Culkin, fue una figura popular en los 90s, pero más tarde se vio envuelto en rumores de abuso de sustancias. Culkin fue arrestado por posesión de marihuana en 2004, lo que encendió las alarmas sobre su posible adicción. Con el tiempo, Culkin ha estado en el camino hacia la sobriedad y ha hablado sobre la importancia de la vida saludable. Actualmente se mantiene alejado de los reflectores y vive una vida más tranquila. Estas historias de celebridades que han superado el trastorno por consumo de sustancias sirven como testimonio de que, sin importar lo famosa o exitosa que sea una persona, la lucha contra la adicción es universal. A través de la rehabilitación, el apoyo familiar y la determinación, es posible lograr la recuperación.  

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5 Señales de Alerta de que Alguien que Quieres Está Luchando con la Adicción (Y Cómo Ayudar)

La adicción puede ser un tema delicado y doloroso para abordar, especialmente cuando se trata de alguien a quien queremos y nos importa. Aunque las personas afectadas por la adicción a menudo intentan ocultarlo, hay señales que pueden indicar que están luchando con un problema serio. Reconocer estas señales a tiempo puede marcar una gran diferencia, ya que nos da la oportunidad de intervenir, apoyar y ayudar antes de que la situación empeore. Aquí te mostramos las 5 señales de alerta que indican que alguien podría estar lidiando con una adicción, junto con algunas ideas de cómo puedes ofrecer tu ayuda. Cambios de Comportamiento Notables Uno de los primeros signos de que alguien podría estar luchando con una adicción es un cambio de comportamiento drástico. Esto puede incluir cambios en su temperamento, actitudes, y acciones diarias. La persona puede volverse más retraída, irritada, o incluso agresiva. Si anteriormente era social, ahora podría aislarse; si solía ser responsable, podría comenzar a mostrar signos de desorganización. Cómo ayudar: Lo más importante es abordar estos cambios desde un lugar de compasión y no de juicio. Inicia una conversación honesta y abierta sobre tus preocupaciones, asegurándote de que se sientan escuchados y apoyados. Mentir o Negar el Problema Las personas que luchan con la adicción a menudo intentan ocultar su problema, lo que puede llevarlas a mentir sobre sus hábitos o a negar que tienen un problema en absoluto. Pueden restar importancia a las señales de su adicción o incluso justificar sus comportamientos. Negar la adicción es una estrategia común de defensa, ya que enfrentarse a la realidad puede ser abrumador. Cómo ayudar: Es crucial ser paciente y empático. En lugar de confrontar directamente, intenta hacer preguntas abiertas que les permitan reflexionar sobre su comportamiento. Evita ser confrontativo, ya que esto puede hacer que la persona se cierre aún más. Problemas Financieros o Legales El impacto de la adicción a menudo se extiende más allá de la persona misma e influye en otras áreas de su vida. Puede que comience a haber problemas financieros, como gastos excesivos o pedir dinero prestado con frecuencia, sin una explicación clara. En casos más graves, las personas pueden estar involucradas en actividades ilegales para mantener su adicción, lo que podría derivar en problemas legales. Cómo ayudar: Si notas estos problemas, trata de abordar la situación con tacto. Ofrecer ayuda práctica, como ayudar a crear un presupuesto o sugerir asesoramiento financiero, puede ser una forma de intervenir sin ser intrusivo. Además, si los problemas legales son graves, podrías recomendar que busque ayuda profesional. Cambios en la Salud Física y Mental El abuso de sustancias puede tener efectos devastadores tanto en la salud física como en la mental. Si notas que la persona está perdiendo peso rápidamente, tiene una piel opaca, parece constantemente fatigada o muestra signos de ansiedad o depresión, podría ser una señal de adicción. Estos síntomas pueden ser causados por el daño que las sustancias están infligiendo al cuerpo o como resultado de la presión psicológica de la adicción. Cómo ayudar: Anima a la persona a que busque atención médica. La intervención temprana puede prevenir problemas de salud graves. Si la persona muestra señales de depresión o ansiedad, es importante ofrecer apoyo emocional y sugerir que busque ayuda profesional. Falta de Responsabilidad y Descuido Personal A medida que la adicción se apodera de la vida de una persona, es común que pierdan interés en su higiene personal, en el cuidado de su hogar, en su trabajo o en sus relaciones. Pueden faltar a citas, incumplir responsabilidades laborales o familiares, o incluso descuidar su salud en general. Cómo ayudar: Apóyales mostrándoles que te importa su bienestar y que estás allí para ayudarles a retomar el control de su vida. Anímalos a establecer metas pequeñas y alcanzables para mejorar su rutina diaria. No olvides también recordarles la importancia de su salud física y emocional. ¿Cómo Puedes Ayudar? Si reconoces una o varias de estas señales en alguien cercano a ti, es importante que actúes con sensibilidad y apoyo. Aquí hay algunas formas de ofrecer ayuda: Escucha activa: Asegúrate de que la persona sepa que estás dispuesto a escuchar sin juzgar. Recursos profesionales: Ofrece información sobre centros de rehabilitación, terapeutas o grupos de apoyo. Acompañamiento emocional: A veces, solo estar allí y demostrarles que no están solos puede ser un gran aliciente para dar el siguiente paso hacia la recuperación. Apoyo incondicional: Asegúrate de que la persona sepa que la amas y que estás dispuesto a ayudarla en su proceso, sin presionar. Es fundamental recordar que la adicción es una enfermedad compleja, y que la persona afectada necesita apoyo, comprensión y, en muchos casos, intervención profesional para superar esta lucha. Si bien no puedes cambiar a alguien por ellos mismos, tu apoyo puede ser el primer paso hacia su recuperación. Conclusión Identificar las señales de una posible adicción y actuar con empatía y comprensión puede marcar la diferencia en la vida de alguien. Si crees que alguien cercano a ti está luchando con la adicción, no dudes en buscar la manera de ayudar y ofrecerle el apoyo que necesita. La intervención temprana y el apoyo constante pueden ser la clave para superar esta dura batalla.  

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¿Es seguro consumir algo de alcohol durante el embarazo?

El síndrome de alcoholismo fetal (SAF) es una condición que se produce en bebés cuando la madre consume alcohol durante el embarazo. El alcohol atraviesa la placenta y puede afectar el desarrollo del feto, lo que resulta en una variedad de problemas físicos, mentales y conductuales en el niño.    Características del Síndrome de Alcoholismo Fetal:   Defectos Físicos: – Rasgos faciales característicos, como ojos pequeños, labio superior delgado y surco nasolabial liso. – Crecimiento deficiente antes y después del nacimiento. – Anomalías en órganos internos, como corazón, riñones o huesos. – Problemas de visión u audición.   Problemas de Desarrollo y Conducta: – Retraso en el desarrollo cognitivo y del habla. – Dificultades en el aprendizaje y la memoria. – Problemas de atención y conducta, como hiperactividad o impulsividad. – Dificultades para regular las emociones.   Problemas de Salud Mental: – Mayor riesgo de trastornos psiquiátricos, como trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), trastorno del espectro alcohólico fetal (TEAF), y trastornos del estado de ánimo.   Causas y Factores de Riesgo   – Consumo de alcohol durante el embarazo, especialmente en etapas tempranas. – La cantidad de alcohol consumida y la frecuencia de consumo pueden influir en el grado de daño al feto. – Factores genéticos y ambientales pueden aumentar la susceptibilidad de un feto al SAF.   Diagnóstico y Tratamiento   – El diagnóstico del SAF se basa en la observación de características físicas y problemas de desarrollo y comportamiento. – No hay cura para el SAF, pero el tratamiento temprano y la intervención pueden mejorar la calidad de vida del niño. – El enfoque del tratamiento suele incluir terapias para abordar los problemas cognitivos y conductuales, así como el apoyo educativo y emocional.   Prevención   – La prevención primaria implica evitar por completo el consumo de alcohol durante el embarazo. – La educación y la conciencia sobre los riesgos del consumo de alcohol durante el embarazo son fundamentales para prevenir el SAF.   El SAF es una condición prevenible, y la prevención comienza con la toma de conciencia y la toma de decisiones saludables durante el embarazo. Siempre es importante buscar orientación médica adecuada y apoyo si estás embarazada o planeas concebir.

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¿Qué impacto tiene la automedicación con alcohol y drogas en el desarrollo de la adicción?

La experimentación con el alcohol y las drogas parece ser un rito de pasaje para los adolescentes pero, en algunos casos, esta primera toma de contacto puede llegar a tener efectos permanentes. El origen de la adicción de la mayoría de los alcohólicos y demás toxicómanos se remonta a la edad de diez años, aunque pocos de los que han experimentado con el alcohol y las drogas terminan convirtiéndose en alcohólicos o toxicómanos. Por ejemplo, más del 90% de los alumnos que concluyen la enseñanza secundaria ya han probado el alcohol, pero solo el 14% de ellos llega a transformarse en alcohólico. Del mismo modo, solo un porcentaje inferior al 5% de los millones de norteamericanos que han probado la cocaína se han convertido en adictos. ¿Qué es pues lo que determina la diferencia entre uno y otro caso? Algunos pueden llegar a hacerse adictos convirtiéndose en camellos ocasionales, simplemente debido a su facilidad de acceso o a una subcultura miope que mitifica el uso de las drogas; un factor este último que aumenta el riesgo del abuso de drogas en cualquier entorno e incluso entre los muchachos más acomodados económicamente. Pero todo ello no responde a la cuestión de cuáles son los chicos que se hallan más expuestos a este tipo de trampas y presiones. ¿Quiénes van a tener simplemente una experiencia ocasional y quienes por el contrario son más propensos, a convertirlo en un hábito permanente? Una teoría científica al uso afirma que las personas que dependen del alcohol y de las drogas están utilizando esas sustancias como una especie de medicación que les ayuda a mitigar su ansiedad, su enojo y su depresión, puesto que les permiten calmar químicamente la ansiedad y la insatisfacción que les atormentan. En un seguimiento efectuado sobre varios cientos estudiantes de séptimo y octavo curso a lo largo de un par de años, quienes acusaron mayores niveles de angustia emocional mostraron posteriormente las tasas más elevadas de abuso de drogas. Eso también podría explicar por qué hay tantos jóvenes que prueban el alcohol y las drogas sin llegar a convertirse en adictos, mientras que otros se hacen dependientes casi desde el comienzo. Las personas más vulnerables a la adicción parecen encontrar en las drogas y el alcohol una especie de varita mágica que les ayuda a sosegar las emociones que les han atormentado durante muchos años. Como señala Ralph Tarter, psicólogo del Western Psychiatric Institute and Clinic de Pittsburgh: “hay personas que parecen biológicamente predispuestas y cuya primera toma de contacto con la droga es tan recompensante que los demás no podemos ni siquiera llegar a sospechar. Muchas personas que han logrado recuperarse del abuso de las drogas confiesan que cuando la tomaron, se sintieron normales por primera vez en la vida. Así pues, al menos a corto plazo, la droga actúa como una especie de estabilizador psicológico. Y en esto se basa la principal tentación a la que recurre el demonio de la adicción, ya que es capaz de provocar una sensación de bienestar a corto plazo, aunque a la larga termine abocando al desastre permanente. También existen ciertas pautas emocionales que parecen determinar que las personas tiendan a encontrar consuelo emocional en unas sustancias más que en otras. Hay dos caminos diferentes que conducen al alcoholismo. El primero de ellos se inicia cuando una persona que ha tenido una infancia llena de tensión y ansiedad descubre que el alcohol le permite mitigar la sensación de ansiedad. Es frecuente que estas personas sean hijos de alcohólicos que también recurren a la bebida para tratar de calmar su nerviosismo. Uno de los indicadores biológicos de esta pauta es la hiposecreción de GABA, uno de los neurotransmisores que regulan la ansiedad. Cuanto menor es el nivel de GABA mayor es el índice de tensión que experimenta el individuo. Cierto estudio puso de manifiesto que los hijos de padres alcohólicos presentan un bajo nivel de GABA y en consecuencia son sumamente ansiosos. Pero cuando estas personas ingieren alcohol, su nivel de GABA aumenta en la misma proporción en que disminuye su sensación de ansiedad. Los hijos de alcohólicos beben principalmente para aliviar la tensión y descubren en el alcohol una sensación de liberación que no saben conseguir de otro modo. Este tipo de personas es asimismo muy vulnerable al abuso de sedantes combinados con el alcohol, que también potencian el descenso del nivel de ansiedad. Un estudio neuropsicológico llevado a cabo con hijos de alcohólicos que a la temprana edad de doce años evidenciaban ya claros síntomas de ansiedad demostró que estos niños presentaban un pobre funcionamiento del lóbulo frontal. Esto significaba que pueden confiar menos que otros chicos en aquellas áreas cerebrales que podrían ayudarles a paliar la ansiedad o a controlar la impulsividad. Esta búsqueda desesperada de calma parece ser el indicador emocional de una susceptibilidad genética hacia el alcoholismo. Un estudio efectuado con 1300 parientes de alcohólicos demostró que los hijos de éstos que presentaban un elevado índice de ansiedad crónica, son quienes mayores riesgos tienen de abusar de la bebida. La conclusión de los investigadores que llevaron a cabo este estudio fue que, en estas personas, el alcoholismo constituye una forma de automedicación que les permite combatir los síntomas de ansiedad. El otro camino emocional que conduce al alcoholismo está ligado a un elevado nivel de agitación, impulsividad y aburrimiento. Durante la infancia, esta pauta se manifiesta como un comportamiento inquieto, caprichoso y desobediente y en la escuela primaria asume la forma de nerviosismo, hiperactividad y búsqueda de problemas, una tendencia que como se apunta, puede empujarles a buscar amigos problemáticos y terminar abocándoles a la delincuencia o al diagnostico de “trastorno de personalidad antisocial”. El principal problema emocional de estas personas (sobre todo en varones) es la agitación; su principal debilidad, la impulsividad descontrolada y su reacción habitual ante el aburrimiento, la búsqueda compulsiva del riesgo y la excitación. Los adultos que presentan esta pauta de conducta son incapaces de soportar la monotonía y están dispuestos a probarlo

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Como padre, ¿tengo que preocuparme si mi hijo consume drogas?

Por más vueltas que le demos, desde el mismo momento en que nos planteamos tener un hijo aparecen las primeras preocupaciones. Nos preguntamos si estaremos preparados para su educación, su manutención y su posterior salida de nuestras vidas. Quizá nuestras preguntas sean aun mas primarias y tan solo nos planteamos si nacerá sin ningún problema físico o psicológico o por el contrario tendremos la fatalidad de que nazca con alguna malformación con las que a veces la naturaleza nos sorprende para decirnos que casi todo es posible en este mundo. No pensamos que la probabilidad de que nuestro hijo nazca con alguno de estos problemas es de hecho bastante baja, ya que es “normal” que nuestro hijo sea “normal”. Estos pensamientos pueden servir de paralelismo hacia otros aspectos de la vida. Lo normal es que nuestro hijo se eduque con unas normas de vida saludable y que no llegue nunca a ser consumidor de drogas, como tantos otros jóvenes de todo el mundo, pero cabe la posibilidad de que en algún momento se asome a esa otra cara de la vida donde consumir drogas es algo tan “normal” como cotidiano. Cuando nuestros hijos son pequeños tenemos la precaución de ir indicándoles todas aquellas cosas de su alrededor que pueden provocarles daño. Nos preocupamos de enseñarles que el fuego quema y es muy doloroso o que hay unos “agujeritos” muy surgentes y atractivos repartidos por las paredes de toda la casa que parecen estar diseñados para meter el dedo en ellos, pero al hacerlo se nos ponen todos los pelos de punta y pueden llegar a ser muy peligrosos. Estos primeros aprendizajes son fundamentales para ellos, pero también para nosotros, sobre todo porque estamos haciendo prevención y porque ganamos mucha credibilidad para las advertencias y consejos que les daremos en el futuro. Otras fuentes de preocupación que van surgiendo en el día a día son, sin duda, las que van ligadas a la alimentación, su aseo personal, la calidad del sueño, la sociabilidad, los estudios y un larguísimo etc. que hace que nos sintamos en más de una ocasión prisioneros de la educación. Constantemente nos están asaltando dudas acerca de cómo lo estamos haciendo con ellos: ¿somos buenos padres?, ¿le dedicamos el tiempo suficiente? ¿Estará viendo demasiada televisión? ¿Tengo que castigarlo cuando no me obedece? Todas estas cuestiones nos hacen dudar de nuestra capacidad de ser buenos padres y de estar actuando correctamente, pero quizá la clave de todas estas preguntas se encuentra en la información que realmente tenemos para poder educar y educar bien. Está claro que nuestro grado de preocupación ante los problemas va a estar siempre en función de nuestro nivel de información del mismo; si nuestra información sobre el problema ese las drogas es alto y de calidad, nuestro grado de preocupación será bajo o muy bajo y viceversa. Podemos compararlo con lo que nos sucede en el trabajo; si sabemos hacerlo, no nos crea preocupación alguna, lo malo es cuando no sabemos. A continuación puede someterse a una sencilla prueba de información donde su hijo de X años le plantea una serie de cuestiones a las que usted, en principio, solamente tiene que responder un SI o un NO. Prueba: Marque con un círculo la respuesta correcta. El ¿? Es para aquellas respuestas que no sepa contestar. ¿si tomo bebidas con alcohol de vez en cuando será malo para mí? SI NO ¿? Me han dicho que aunque empieces a fumar lo puedes dejar cuando quieras SI NO ¿? ¿La marihuana es una droga “blanda” que no es muy peligrosa? SI NO ¿? Eso que llaman “drogas de síntesis” ¿son unas pastillas estimulantes? SI NO ¿? Me han dicho mis amigos que solamente se enganchan a las drogas las personas con muchos problemas ¿es cierto? SI NO ¿? Tengo un colega que toma cocaína desde hace varios años, pero dice que solo los fines de semana y que el resto de la semana no la necesita ¿puede ser eso cierto? SI NO ¿? ¿el café es una droga? SI NO ¿? Me ha dicho un amigo que la heroína es tan peligrosa que con un par de veces que te chutes puede ser suficiente para engancharte SI NO ¿? ¿es verdad que algunos vinos abren el apetito? SI NO ¿? Los que fuman y beben dicen que pueden controlar su consumo sin ningún problema, fumar y beber cuando quieran y dejarlo cuando lo deseen SI NO ¿? Para obtener su nivel de preocupación hacia el problema de las drogas consulte la tabla siguiente Entre 0 y 3 aciertos. Nivel de preocupación ALTO. Debería estar muy preocupado. Necesita profundizar mucho en el tema Entre 4 y 6 aciertos. Nivel de preocupación MEDIO. Su preocupación debería ser moderada. Necesita profundizar un poco más en el tema 7 o más aciertos. Nivel de preocupación BAJO. Puede respirar tranquilo. En teoría es capaz de afrontar bien el problema. Conteste a la siguiente pregunta: ¿ha hablado alguna vez con sus hijos sobre el problema de las drogas? Es muy i importante que nos plantearemos cuando tenemos que abordar el tema. En principio, no deberíamos esperar a que ellos nos pregunten directamente aunque resulte más cómodo para nosotros esperar la pregunta: ¿Papá/Mamá qué es esto de las drogas? Parece que si no preguntan nada, es como si nuestros hijos no vivieran en este mundo, es decir, que podemos penas erróneamente que si no preguntan sobre un tema determinado, es que no hay ningún problema. Pero ¡cuidado! Cuando nuestros hijos nos hacen una pregunta directa, no están esperando una respuesta discurso ni una lección magistral, ni por supuesto que salgamos por peteneras. En el caso de que seamos nosotros los que tengamos la iniciativa y abordemos el tema de las drogas con nuestros hijos, será fundamental tener en cuenta la edad de cada uno. Partamos de la base de que tenemos los primeros 12 años de vida del niño a nuestra entera disposición para intentar formar y educar en materia de salud.

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¿Cómo afecta la drogadicción?

La drogadicción es un trastorno caracterizado por un deseo incontrolable de consumir una determinada sustancia, ya sea legal o no, a la cual una persona se ha acostumbrado tras un uso reiterado. Por lo general, se busca obtener un efecto gratificante, que puede ser la alteración de la actividad mental, de las actitudes o del grado de percepción. Adicción El término adicción se aplica especialmente a la dependencia psíquica y alguna física, de determinadas drogas. Si bien cualquier sustancia puede provocar una adicción, hay drogas que producen una dependencia física, que se manifiesta ante su falta: entre las más consumidas se hallan los barbitúricos, las bebidas alcohólicas, los opiáceos y todos sus derivados y las anfetaminas. Los peligros que encierra la drogadicción y el tratamiento que debe seguirse dependen, en cada caso, del grado de dependencia adquirido por el individuo y de la sustancia consumida. Puede ser necesario recurrir al médico o a los centros especializados, ya que ciertas drogas deben abandonarse de un modo gradual, en función del tiempo durante el cual se hayan consumido y de la gravedad de los síntomas ocasionados por el síndrome de abstinencia, ya que existen casos en que provoca más daño en el organismo el hecho de soportar ciertas abstinencias que el propio mantenimiento del hábito como en el caso de los alcohólicos, que cuando suspenden de un modo busco el consumo de alcohol se exponen a sufrir delirium tremens; o el caso de los adictos al tabaco, a las anfetaminas, al opio o a sus derivados, cuyos síndromes de abstinencia castigan de forma notoria al organismo. Cuando el paciente está convencido y lo desea, todos los hábitos se pueden abandonar; sin embargo, para evitar el síndrome de abstinencia en un consumidor empedernido, el procedimiento adecuado consiste en una disminución gradual de la dosis Tolerancia Se denomina tolerancia, en el aspecto toxicológico, a la capacidad del organismo para acostumbrarse a la administración de determinadas sustancias. Cuando el organismo se habitúa a una droga disminuye la intensidad de los efectos deseados y resulta cada vez menos tóxica y se deben consumir mayores cantidades para lograr el mismo efecto inicial, es decir, el organismo ha desarrollado tolerancia; ahora bien, se corre el riesgo de contraer una intoxicación crónica. Por un lado, algunas drogas presentan un factor de tolerancia alto, como es el caso del café y las bebidas alcohólicas y una persona puede familiarizarse con ellas con muy pocos riesgos de intoxicarse, si bien los efectos secundarios que producen en el organismo se evidencias tras largos periodos de administraciones regulares. Por otro lado, existen drogas con factores de tolerancia muy bajos, como los barbitúricos y otros somníferos, cuyo consumo repetido no disminuye el riesgo de sufrir intoxicaciones o efectos nocivos de una forma inmediata. El concepto opuesto a la tolerancia es el consumo incontrolado, en el que deja de importar el efecto buscado, y se sustituye por el deseo de tomar nuevas dosis, sin las cuales el individuo sufre un síndrome de abstinencia. Este síndrome consiste en una serie de reacciones, entre ellas la ansiedad, desencadenadas cuando dejan de consumirse drogas o fármacos adictivos, que tomados en dosis suficientes durante un largo periodo de tiempo provocan un cambio en el metabolismo. Cada droga o sustancia requiere diferentes dosis durante distintos periodos para alcanzar un nivel de habituación que a su vez también es diverso según las características de cada persona. Farmacodependencia Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) la farmacodependencia es el estado psíquico y físico causado por la acción reciproca entre un organismo vivo y un fármaco o droga, que se caracteriza por modificaciones del comportamiento y por otras reacciones, que implican siempre un impulso irreprimible de tomar el fármaco en forma continua o periódica. En la actualidad no es necesario ser un opiómano o un heroinómano para poder ser considerado un drogadicto, pues existen auténticos adictos a numerosos fármacos, como la aspirina o el optalidón. La amplia gama de calmantes, antidepresivos y otros psicofármacos que la industria farmacéutica ha lanzado al mercado ha dado lugar a la aparición de una toxicomanía de nuevas características. Los tranquilizantes, los barbitúricos y las anfetaminas constituyen los tres grupos de fármacos que más se prestan a su uso indebido o abuso, capaces de generar una adicción. Los factores comunes a este grupo de fármacos consisten en que todos tienen efectos perjudiciales para el organismo y generan una alta tolerancia con relativa rapidez, por lo que se necesita aumentar la dosis al cabo de poco tiempo para lograr los mismos efectos que la principio de su administración. Esto lleva a muchos consumidores al auto prescripción y la auto dosificación, con consecuencias graves para su organismo. Medicamentos naturales En ocasiones se puede recurrir a remedios naturales, como las infusiones medicinales o los zumos de frutas y hortalizas, para aliviar algunas dolencias, en lugar de optar por los medicamentos químicos; así la ingestión de tres tazas de tila o de melisa a lo largo del día produce los mismos efectos tranquilizantes que provocan un par de tabletas de somníferos por la noche. Una infusión de menta después de las comidas puede reemplazas las pastillas que favorecen la digestión. Y una dieta rica en fibras hará innecesario el uso de laxantes, que siempre presentan cierto grado de toxicidad. En los casos de resfriados o de algunas afecciones leves, se pueden hacer vahos de eucalipto y tomar zumo de limón caliente y caldos de tomillo, ajo y cebolla entre otros. De este modo, se aliviarán notablemente las molestias sintomáticas. Por otra parte, se puede prescindir de los antibióticos, ya que no son eficaces contra los virus, que pueden ser los agentes causantes de la mayoría de estas afecciones.   (Información extraída de Guía médica familiar, 1994)  

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