Depresión

¿Qué pasos tomar para seguir adelante después de una recaída en la recuperación?

La recuperación de la adicción es un camino largo, a menudo lleno de altibajos. Si bien muchas personas tienen la expectativa de que se trata de una línea recta hacia la mejora, la realidad es muy diferente. Uno de los temas más delicados y menos discutidos en el proceso de recuperación es la recaída. Pero, ¿es la recaída parte del proceso? En este artículo, desmitificamos este fenómeno y exploramos lo que realmente significa para las personas en recuperación. La Recaída No Significa Fracaso Una de las ideas más erróneas sobre la adicción es que la recaída significa que la persona ha fracasado por completo en su recuperación. Este pensamiento puede ser devastador y desalentador. Sin embargo, la recaída no debe verse como el fin del camino. En lugar de eso, es una señal de que la persona está lidiando con un desafío dentro de un proceso complejo. La adicción es una enfermedad crónica, y como ocurre con muchas enfermedades crónicas, los episodios de recaída pueden suceder. De hecho, según estudios, una gran parte de las personas en recuperación experimentan recaídas en su proceso. La clave está en cómo se maneja la recaída: en lugar de rendirse, es importante aprender de ella y usarla como una oportunidad para fortalecer la resiliencia y ajustar las estrategias de tratamiento. La Recuperación Es un Proceso No Lineal Recuperarse de una adicción es un viaje único para cada individuo. Algunas personas pueden pasar semanas, meses o incluso años sin recaídas, mientras que otras pueden enfrentar varias recaídas antes de alcanzar una estabilidad duradera. No hay un «tiempo estándar» para la recuperación. Lo importante es que cada paso hacia la sobriedad es una victoria, incluso si hay retrocesos en el camino. En lugar de esperar que la recuperación sea un proceso lineal, se debe ver como un ciclo de avance, aprendizaje y ajustes. A veces, el viaje incluye altibajos, y está bien. Lo fundamental es no perder de vista el objetivo de una vida libre de adicción. Identificar los Desencadenantes y Causas Subyacentes La recaída no ocurre sin una razón. En muchos casos, las recaídas están vinculadas a factores desencadenantes específicos, como el estrés, problemas emocionales no resueltos o entornos sociales que facilitan el uso de sustancias. Reconocer estos desencadenantes y trabajar para comprender por qué sucedió la recaída es esencial para el proceso de recuperación. La terapia y el apoyo de grupos como Narcóticos Anónimos o Alcohólicos Anónimos pueden ser cruciales para identificar y abordar estas causas subyacentes. La recuperación no se trata solo de abstenerse de la sustancia, sino de abordar la raíz del problema y crear un sistema de apoyo sólido que minimice los riesgos de recaídas futuras. El Estigma de la Recaída: Un Obstáculo Adicional A pesar de que la recaída es común, sigue siendo un tema tabú en muchas conversaciones sobre la adicción. Las personas que experimentan una recaída a menudo se sienten avergonzadas o temen ser juzgadas. Esto puede llevarlas a aislarse y evitar buscar el apoyo necesario, lo que empeora aún más la situación. Es importante recordar que la adicción no es una debilidad moral, sino una enfermedad compleja. La empatía y el entendimiento de amigos, familiares y profesionales de la salud mental son cruciales para evitar que el estigma y la vergüenza actúen como barreras en el camino de la recuperación. El Poder de la Persistencia: Aprender de las Recaídas Cada recaída ofrece una oportunidad para aprender. En lugar de ver la recaída como un fracaso, se puede abordar como una oportunidad de crecimiento personal. Reflexionar sobre lo que llevó a la recaída, identificar las áreas que necesitan más trabajo y hacer los ajustes necesarios es esencial para avanzar. La persistencia es clave en el proceso de recuperación. Recuerda que la recuperación no es un destino; es un proceso continuo de aprendizaje, adaptación y autocuidado. La Importancia de un Plan de Acción Sostenible Una parte crucial de la recuperación a largo plazo es tener un plan de acción sostenible. Este plan debe incluir una red de apoyo, actividades de autocuidado, terapia continua, y sobre todo, un enfoque flexible. La vida está llena de desafíos inesperados, por lo que tener herramientas para manejar la presión y los desencadenantes puede marcar la diferencia entre el éxito y la recaída. Un plan bien diseñado no solo se trata de evitar la recaída, sino también de reconocer que, si ocurre, hay recursos y mecanismos en su lugar para redirigir el camino hacia la recuperación. Conclusión: La Recaída No Es el Fin, Sino Parte del Viaje En última instancia, la recaída no es el final del proceso de recuperación. Es una parte natural del camino hacia la sobriedad, que puede ofrecer valiosas lecciones si se aborda con la mentalidad adecuada. Lo esencial es no perder la esperanza y seguir adelante, aprendiendo de cada experiencia, ajustando el enfoque y buscando el apoyo necesario para continuar en el camino de la sanación. Cada día es una nueva oportunidad para avanzar, y la recuperación es posible con determinación, apoyo y paciencia.  

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Las 7 Palabras de Aliento Que Cambian la Vida de Alguien con Depresión

La depresión es un trastorno mental que afecta a millones de personas en todo el mundo. Es una condición compleja y debilitante que puede aislar a quienes la padecen, dificultando incluso las interacciones más cotidianas. Sin embargo, dentro de este desafío, las palabras de aliento tienen el poder de marcar una diferencia significativa en la vida de alguien que lucha contra la depresión. Si bien no existe una fórmula mágica para sanar, el apoyo emocional puede ser un catalizador para la recuperación. El Poder de las Palabras: Un Respaldo Vital A menudo, aquellos que sufren de depresión se sienten incomprendidos o aislados. Las palabras de aliento pueden proporcionar una sensación de conexión y comprensión que resulta fundamental en el proceso de sanación. Expresiones como «estoy aquí para ti» o «no estás solo/a» pueden ayudar a que la persona se sienta respaldada y no rechazada por su entorno. A veces, un simple «te entiendo» puede ser más efectivo que cualquier consejo, ya que valida las emociones y experiencias de quien está pasando por la depresión. Frases que Ofrecen Esperanza Una de las emociones más prevalentes en la depresión es la desesperanza. Las personas que atraviesan este trastorno pueden sentir que no hay salida, que nunca mejorarán. Sin embargo, las palabras que transmiten esperanza y posibilidad de cambio pueden hacer una gran diferencia. Frases como «esto es temporal, y las cosas pueden mejorar» o «recuerda que los días malos no duran para siempre» pueden ofrecer un respiro y alentar a la persona a seguir adelante. Escuchar Sin Juzgar: El Valor del Silencio y el Apoyo Activo A veces, lo más poderoso no es decir algo, sino estar allí para escuchar. Las personas con depresión a menudo necesitan alguien que esté dispuesto a escuchar sin ofrecer juicios, consejos o soluciones rápidas. La frase «te escucho» puede ser profundamente sanadora, pues permite que la persona sienta que su dolor es validado. Estar presente en los momentos de vulnerabilidad crea un espacio seguro, lo que puede motivar a la persona a abrirse más. Fomentar la Autocompasión La autocrítica es común en quienes sufren de depresión, y a menudo esta tendencia puede empeorar el malestar emocional. Ayudar a alguien a practicar la autocompasión es fundamental. Frases como «eres más fuerte de lo que crees» o «mereces cuidado y amor, especialmente de ti mismo/a» pueden contribuir a mejorar la autoestima y a reducir la autocrítica destructiva. Las Palabras que Promueven la Acción: Apoyo y Motivación A veces, la depresión puede hacer que las personas se sientan incapaces de realizar incluso las tareas más simples. En este contexto, las palabras que fomentan la acción pueden ser útiles. Frases como «un paso a la vez» o «lo que hoy logres, por pequeño que sea, es un avance» son formas de recordarles que el progreso, aunque pequeño, es importante. Ayudar a alguien a enfocarse en lo que puede controlar y en lo que puede hacer en el momento presente puede ser una forma de combatir la parálisis emocional que a menudo acompaña a la depresión. Evitar las Frases Minimizantes Es importante tener en cuenta que no todas las palabras son útiles cuando se trata de alguien con depresión. Algunas frases, aunque bien intencionadas, pueden resultar minimizantes, como «solo tienes que pensar positivo» o «muchos tienen problemas peores que los tuyos». Estas expresiones pueden hacer que la persona se sienta incomprendida o incluso culpable por su sufrimiento. En lugar de minimizar su dolor, es crucial ofrecer empatía genuina y comprensión. El Poder del «Te Quiero» A veces, no es necesario decir nada complicado. Simplemente decir «te quiero» o «te aprecio» puede ser suficiente para hacer sentir a alguien apoyado y valorado. El amor incondicional y el reconocimiento genuino son señales de que la persona es importante, lo que puede contribuir a reducir la sensación de vacío y desesperanza que suele acompañar a la depresión. Conclusión: La Fuerza de las Palabras y la Empatía Las palabras tienen un impacto profundo, especialmente cuando se eligen con cuidado y empatía. Aunque la depresión es una condición compleja que requiere tratamiento profesional, el apoyo emocional de amigos y familiares puede ser un recurso fundamental. Las palabras de aliento, cuando son sinceras y apropiadas, pueden proporcionar consuelo, esperanza y la fuerza necesaria para seguir adelante. Si tienes a alguien cercano que está luchando contra la depresión, no subestimes el poder de tus palabras. A veces, lo que más necesita esa persona es saber que no está sola, y que, aunque el camino sea largo, siempre hay esperanza en el horizonte.  

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¿Sabías que la obesidad puede influir en la depresión?

Hay evidencias convincentes de que existe una relación causal entre obesidad y depresión. Son varios los mecanismos que explican la correlación entre las dos alteraciones, que pueden incluso interactuar entre sí. Las vías biológicas comprenden varios mecanismos que se consideran implicados, en primer lugar, a través de la activación de las vías inflamatorias que a menudo intervienen en la ganancia de peso. La obesidad puede considerarse un estado inflamatorio que a su vez se ha asociado con la depresión. El segundo lugar, la desregulación del eje hipotalámico-hipofisario-suprarrenal (HHS) y en especial su hiperactivación causante de hipercotisolismo, se observa a menudo en la depresión y se cree que es inducido por el estado propio depresivo. El hipercotisolismo que se considera uno de los signos fiables en psiquiatría biológica, es frecuente en la depresión, como consecuencia de las experiencias de estrés psicológico e induce diversos cambios metabólicos entre los que se cuentan los trastornos del metabolismo de las grasas. El tercer aspecto a considerar, un exceso de tejido adiposo en el cuerpo altera los niveles de secreción de neuropéptidos, como el neuropéptido Y e induce un estado de hipercotisolismo a través del eje hipotálamo-sistema nervioso simpático-sistema de inervación del tejido adiposo. Tanto los neuropéptidos como el cortisol afectan a la función del eje HHS y, por ende, al estado de animo con el consiguiente potencial desarrollo de un estado depresivo. Un cuarto elemento a tener en cuenta es que la obesidad está relacionada con la aparición de diabetes y aumento de la resistencia a la insulina. Por sus características, la hiperglucemia induce en ocasiones alteraciones cerebrales e incrementa el riesgo de depresión. En quinto y ultimo lugar, cabe citar la activación del sistema nervioso autónomo. El sistema nervioso simpatice como parte del SNA, desencadena episodios de señalización intracelular que provocan lipolisis, modificando las concentraciones de lípidos e induciendo composición de grasa corporal. Los patrones de alimentación alterados y los trastornos alimentarios, así como los signos y síntomas físicos experimentados como consecuencia directa de la obesidad, son también factores de riesgo de depresión. La falta de actividad social y física, el estilo de vida sedentario y una dieta deficiente son comunes tanto en la obesidad como en la depresión.  La investigación ha demostrado que la actividad física puede actuar como mediadora de la asociación entre depresión y obesidad Es necesario tener en cuenta los efectos de los medicamentos psicotrópicos sobre el metabolismo. Se sabe que no solo los ATC sino también algunos ISRS y la mirtazapina (antidepresivo tetracíclico) inducen ganancia de peso. Además, como consecuencia de factores psicológicos o conductuales, como una dieta deficiente o falta de actividad física, los efectos pueden ser sinérgicos dando lugar a largo plazo a obesidad. En resumen, la depresión es una alteración frecuente con una prevalencia a lo largo de la vida del orden del 20% que presenta un pronostico menos favorable en caso de recidiva frecuente y episodios de larga duración. El tratamiento difiere de caso a caso en función de la sintomatología presentada y de su gravedad. El tratamiento farmacológico es cualquier caso eficaz afecta en ocasiones al estado metabólico. Junto con la ECV, el TDM alcanza una de las primeras posiciones en la lista de carga de enfermedad, siendo ambas concomitantes con frecuencia. Debido a las alteraciones metabólicas, y en especial a la obesidad, que parecen desempeñar un papel relevante en las interacciones entre la depresión y ECV, la interacción de la depresión y la obesidad también se ha estudiado en profundidad. La evidencia muestra una relación obesidad y depresión, de modo que la obesidad causa depresión después de varios años y viceversa. En segundo lugar, la complejidad de la asociación entre ambas alteraciones no es fácil de desentrañar, debido a los diferentes mecanismos subyacentes a ella, por una parte y a la heterogeneidad de la depresión en sí misma. A pesar de que existen evidencias de diversos factores biológicos, conductuales, psicológicos y farmacológicos que influyen en la asociación, los mecanismos de interacción subyacentes entre la obesidad y la depresión deben analizarse con más detalle.   (información extraída de Guía práctica de la medicina de la obesidad / Jolanta Urszula Weaver, 2019)

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Vivir el Presente: Supera la Ansiedad y la Depresión

Si en algo se caracteriza el pensamiento de estas personas es por una pertinaz, insistente y rutinaria insistencia en NO OLVIDAR determinadas sensaciones, pensamientos, actos, sucesos, que por una u otra razón constituyen precisamente el amplio abanico de causas a las cuales ellos atribuyen su problema. Esa insistencia en no olvidar no es meditada y consciente, es simplemente automática. Lo que supone que se ejecuta de modo poco consciente, dedicando amplísimos periodos de tiempo a recrearse en imágenes y recuerdos, o bien reproduciendo sensaciones, para comprobar una y otra vez que su mal persiste y está ahí y ellos no pueden seguir en ese estado. El olvido es necesario para la mente. Quien no olvida no puede atender a los aspectos nuevos de la realidad, que le ayuden a valorar los acontecimientos de otro modo. A veces el olvido es muy difícil, como por ejemplo en una situación de olvido. Sin embargo, por mucho que se quiera a una persona que se pierde, llega un momento en el cual es necesario tener algunos momentos en el que el ser humano olvide que no está. Ello no supone en absoluto que sea necesario borra real recuerdo. Sí parece preciso, sin embargo,  a través del tiempo acostumbrarse a vivir de forma que cada sensación, acto o pensamiento no haga referencia  a la persona que no está. Siendo fácil, es necesario diseñar otro modo de vida que implique volver a hacer cosas agradables, sin llenarse de culpa por ello. La evitación Otra característica esquemática del comportamiento de las personas ansiosas y/o depresivas, es la tendencia a la evitación. En los ansiosos, evitación significa no afrontar las situaciones que generan ansiedad y como consecuencia no permanecer en ellas. Si es un fóbico, evitará cualquier objeto o situación que motive su sintomatología. Si es un obsesivo, evitará cualquier acto que previamente no lleve implícito el ritual o la compulsión. Si es una ansiedad generalizada, evitará la distracción. Si es un hipocondriaco, evitará despreocuparse de su dolencia, etc. y todos ellos evitarán afrontar anticipadamente con el pensamiento estas situaciones. En realidad actuarán contrariamente. En los depresivos se evitará evitación a cualquier estimulo agradable, grande o pequeño, para no avergonzarse por “sentirse bien” siquiera un momento. Esta evitación que se manifiesta no solo en los actos, se presenta cognitivamente aludiendo imágenes e idea, así como sensaciones que el sujeto prevé que le causará malestar. La preocupación La tercera característica notable y destacada es desde luego la Preocupación. Si la energía psíquica es algo limitado que podemos usar para atraer aspectos positivos de la vida, las personas ansiosas y depresivas la utilizan únicamente para preocuparse en exclusiva por los aspectos más angustiosos, negativos y tristes de sus propias respuesta, de las de los demás y de las de la sociedad en general. La desorganización Producida acaso por su desinterés por todo lo que no sea sufrimiento y su pena permanente y circular. Desorganización que se observa en su propio pensamiento y que se da también en los otros dos sistemas de respuestas. Estilo perceptivo no centrado en el presente La última característica que define a estas personas es un estilo perceptivo centrado en el pasado y en el futuro que, por supuesto, elude sistemáticamente el presente. Los acontecimientos de pasado y futuro dan toda la interpretación vital a su existencia, lo que hace difícil que valoren cualquier valoración o cambio positivo de su presente, de forma que les sea útil y valioso. Pensamientos des adaptativos En las personas con ansiedad sucede que no solo utilizan en exceso el pensamiento circular, sino que se suma a este hecho la realidad de que muchos de sus pensamientos, partiendo de premisas ciertas, terminan en conclusiones erróneas. Una  vez detectados nuestros pensamientos erróneos más comunes, según las técnicas de evaluación expuestas es preciso valorar si en el pensamiento personal e individual de tipo circular en el que nos vemos reflejados se encuentra alguna distorsión cognitiva. Si ello sucede, además de utilizar el esquema circular anti-ansiedad debemos eliminar los pensamientos erróneos flexibilizando más nuestras creencias y expectativas, con razonamientos más lógicos ¿qué evidencia tengo de que mis creencias sobre mí mismo, el mundo y los demás son ciertas? ¿Hasta qué punto esas creencias están condicionando mi forma de estar en el mundo? Cómo cazar los pensamientos erróneos Si hubiera una sola regla a dar en este caso, sería algo así como domina tu tendencia a la exageración. Leonor I. Lega y Ellas nos hablan del no puedo “soportantitis”, como una de las expresiones más graficas y afortunadas al respecto para “darnos cuenta” de que dedicamos mucha más energía psíquica a elaborar nuestras quejas que a descubrir cómo soportarlas y enfrentarlas. En ese sentido funciona el “¿Y qué?” Hay que enseñar a nuestros hijos que el aburrimiento, la tristeza, el cansancio, el abatimiento, el desanimo son emociones normales que los humanos debemos aprender a reevaluar de otros modos mas flexibles y menos polarizados. Lo no adaptativo es EXAGERARLAS. El maniqueísmo o tendencia a evaluar todo como bueno o malo nos perjudica mucho y supone que deseemos un Mundo armónico, equilibrado, justo, perfecto y bueno de forma permanente. Las personas e incluso el mundo inmaterial de las cosas, parece que debemos aspirar porque por algo nos educan para ello, a esa siempre inalcanzable perfección y si no lo logramos es catastrófico. La táctica más útil al respecto pudiera ser reducir la tendencia  a la exageración de todo lo malo que nos ocurre en la vida y tratar de iniciarnos en el aprendizaje lento, difícil y tortuoso, pero sumamente eficaz de valorar los aspectos pequeños, positivos y agradables de uno mismo, del mundo y de los demás. Se trata en concreto de iniciarse en un aprendizaje hacia una mayor flexibilidad y tolerancia que nos permita, de la misma manera que proponíamos para los síntomas, OLVIDAR lo malo y penoso que nosotros mismos, el mundo o los demás nos presenten en la vida: RESISTIR lo inevitable procurando no huir y luego volver a olvidar y NO

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¿Qué es la Clinofilia y Por Qué Deberías Prestarle Atención?

En la era actual, donde el estrés y la agitación son moneda corriente, un fenómeno que ha captado la atención de psicólogos y sociologistas es la clinofilia. Pero, ¿qué es exactamente la clinofilia y por qué debería interesarte? Definición de Clinofilia La clinofilia es el término utilizado para describir una atracción o deseo intenso por permanecer en la cama. No se trata solo de disfrutar de un buen descanso, sino de un anhelo profundo por la comodidad que proporciona el estar en la cama, a menudo acompañado de una resistencia a levantarse. Síntomas y Manifestaciones La clinofilia puede manifestarse de diversas formas: Preferencia Excesiva por Estar en la Cama: Las personas con clinofilia pueden encontrar excusas para pasar la mayor parte del tiempo en la cama, incluso durante el día. Dificultad para Levantarse: Un síntoma común es la dificultad para abandonar el lecho, incluso cuando hay responsabilidades o compromisos importantes. Búsqueda de Confort y Seguridad: La cama se convierte en un refugio donde se busca comodidad y seguridad, lejos de las presiones externas. Causas y Factores Contribuyentes Varios factores pueden contribuir a la clinofilia, entre ellos: Estrés y Ansiedad: La cama puede convertirse en un lugar de escape frente a situaciones estresantes o ansiedad. Trastornos del Sueño: Condiciones como la depresión o el insomnio pueden llevar a una preferencia exagerada por estar en la cama. Falta de Motivación: La falta de motivación o propósito en la vida diaria puede hacer que el estar en la cama se vuelva una forma de evasión. Impacto en la Vida Diaria Aunque la clinofilia puede ofrecer una sensación temporal de alivio, puede tener un impacto negativo en la vida diaria: Productividad Reducida: Pasar demasiado tiempo en la cama puede afectar negativamente la productividad y el cumplimiento de responsabilidades. Relaciones Sociales: La tendencia a quedarse en la cama puede reducir el tiempo y la energía dedicados a interactuar con amigos y familiares. Salud Física y Mental: El sedentarismo prolongado puede contribuir a problemas físicos como dolores musculares y problemas metabólicos, así como a trastornos mentales como la depresión. Cómo Abordar la Clinofilia Si sientes que la clinofilia está afectando tu vida, aquí hay algunos pasos que puedes seguir para abordar el problema: Establece Rutinas: Crea una rutina diaria que te motive a levantarte y a estar activo. Busca Apoyo Profesional: Un psicólogo o terapeuta puede ayudarte a explorar las causas subyacentes y a desarrollar estrategias para superar el deseo de permanecer en la cama. Fomenta Actividades Agradables: Encuentra actividades que te resulten placenteras y que te animen a levantarte y participar en la vida cotidiana. Ejercicio y Alimentación Saludable: Mantenerse físicamente activo y seguir una dieta equilibrada puede mejorar tu energía y motivación.

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¿Es posible salir de la depresión tomando pequeñas decisiones?

Las personas no solo piensan, también actúan, de modo que no es sorprendente el hecho de que pueda modificar su modo de sentir cambiando su manera de actuar. Existe solo un inconveniente: cuando está deprimido, no tiene ganas de hacer nada. Uno de los aspectos mas destructivos de la depresión es la manera en que paraliza su voluntad. Cuando se trata de la forma más leve, es posible que postergue la realización de algunas tareas fastidiosas. A medida que se intensifica su falta de motivación, prácticamente toda la actividad parece tan difícil que se siente abrumado por el deseo de no hacer nada. Como no consigue hacer casi nada, se siente cada vez peor. No solo se aparta de sus fuentes normales de estimulo y placer, además, su falta de productividad acrecienta el odio que siente por sí mismo, lo cual se traduce en un mayor aislamiento. Si no advierte la prisión emocional en la que está atrapado, esta situación puede seguir durante semanas, meses e incluso años. Su inactividad será mucho más frustrante si alguna vez se enorgulleció de la energía que tenia para vivir. Su no hacer nada puede afectar también a su familia y amigos, quienes al igual que usted no pueden comprender su conducta. Pueden llegar a decir que quiere estar deprimido o de lo contrario “despegaría el trasero de la silla”. Un comentario de este tipo solo sirve para acrecentar su angustia y su parálisis. La inactividad constituye una de las grandes paradojas de la naturaleza humana. Algunas personas se lanzan a la vida naturalmente con gran vehemencia, mientras que otras siempre se quedan atrás, retrocediendo ante cada cambio de situación como si conspiraran contra sí mismos. ¿alguna vez se ha preguntado por qué? Si una persona fuese condena a pasar meses de aislamiento, separada de todas las actividades y relaciones interpersonales normales, caería en una considerable depresión. Incluso los monos entran en un estado de retraso si son separados de sus pares y confinados en una pequeña jaula. ¿Por qué se impone voluntariamente un castigo similar? ¿quiere sufrir? Si aplica las técnicas cognitivas podrá descubrir las razones precisas de las dificultades que experimenta para motivarse. La dilación de las cosas y la conducta contraproducente pueden parecer graciosas, frustrantes, intrigantes, exasperantes o patéticas, según sea la perspectiva. Ha habido escritores, filósofos y estudiosos de la naturaleza humana que han tratado a través de la historia de formular alguna explicación de la conducta contraproducente como las teorías más conocidas: Usted es perezoso: es simplemente su naturaleza Usted “desea” hacerse daño y sufrir. Le gusta sentirse deprimido, o bien tiene un impulso autodestructivo, un “deseo de muerte” Usted es pasivo-agresivo y quiere frustrar a las personas que le rodean no haciendo nada Usted debe de estar obteniendo alguna “compensación” por el hecho de postergar las cosas y no hacer nada. Por ejemplo, disfruta llamando la atención de los demás cuando está deprimido. Cada una de estas famosas explicaciones representa una teoría psicológica diferente y todas son inexactas. La primera es un modelo de “rasgos”; su inactividad es contemplada como un rasgo fijo de la personalidad y se origina en su “lado perezoso”. El problema de esta teoría es que solo etiqueta el problema, pero no lo explica. Ponerse a sí mismo la etiqueta de perezoso es inútil y contraproducente porque crea la falsa impresión de que la falta de motivación es una parte innata e irreversible de su constitución. Este tipo de pensamiento no constituye una teoría científica valida; por el contrario, es un ejemplo de una distorsión cognitiva. El segundo modelo implica que desea lastimarse y sufrir, porque postergar las cosas tiene algo agradable o deseable. Esta teoría es muy absurda. Si se imagina que a usted o a cualquier otra persona le gustar estar deprimido y no hacer nada, recuérdese entonces que la depresión es la forma mas agóbiate del sufrimiento humano. ¿Qué tiene de maravilloso? Todavía no se ha conocido a un paciente que realmente sea feliz con la desgracia. Si no está convencido y piensa que realmente disfruta con el dolor y el sufrimiento, hágase la prueba del clip sujetapapeles. Enderece uno de los extremos del clip e introdúzcalo debajo de una de sus uñas. A medida que lo va clavando mas y mas profundo, usted podrá notar cómo el dolor se hace cada vez mas intolerante. Ahora pregúntese: ¿es agradable? ¿realmente me gusta sufrir? La tercera hipótesis constituye el pensamiento de muchos terapeutas, que creen que la conducta depresiva puede explicarse sobre la base de la colera internalizada. Su tendencia a postergar las cosas puede contemplarse como una expresión de esa hostilidad reprimida, porque su inacción suele molestar a las personas que lo rodean. Un problema con respecto a esta teoría es que la mayoría de los individuos deprimidas o proclives a postergar las cosas no se sienten irritados. El resentimiento puede contribuir a su falta de motivación, pero por lo general no es lo fundamental del problema. Si bien su familia puede sentirse frustrada por su depresión, seguramente no es su propósito que ellos reaccionen así. En realidad, es más frecuente que uno tema disgustarlos. La connotación que usted no hace nada intencionalmente para frustrarlos es insultante y falsa; este tipo de sugerente hará que se sienta peor. La ultima teoría se refiere a una psicología más reciente, de orientación conductista. Se considera que sus estados de ánimos y sus acciones son el resultado de las recompensas y los castigos establecidos en su ambiente. Si usted se siente deprimido y no hace nada para superarlo, se deduce que su conducta será recompensada de algún modo. Las personas deprimidas reciben a veces mucho apoyo y palabras tranquilizadoras de los demás que tratan de ayudarlas. Sin embargo, la persona deprimida rara vez goza de toda la atención que recibe a causa de su fuerte tendencia a descalificarla. Si usted está deprimido y alguien le dice que le quiere, es probable que usted piense: “no sabe lo malo que soy. No merezco este

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¿Qué deberías saber (y nunca te dijeron) sobre la depresión y el suicidio?

El doctor Aarón T. Beck informó que los deseos suicidas estaban presentes en un tercio de los individuos con casos de depresión moderada y en cerca de tres cuartos de las personas que se encontraban gravemente deprimidas. El cinco por ciento de los pacientes deprimidos muere como resultado del suicidio. Esto significa el 25% del índice de suicidios en el conjunto de la población en general. En realidad, cuando muere una persona por enfermedad depresiva, las posibilidades de que el suicidio fuese la causa de la muerte son una entre seis. Ningún grupo de edad, ni clase social o profesional, está exento del suicido; piensa en la gente famosa que conoce que se ha suicidado. Es particularmente sorprendente y grotesco el suicido entre los mas jóvenes. El suicidio es innecesario y el impulso puede superarse y eliminarse rápidamente mediante técnicas cognitivas. ¿Por qué los individuos deprimidos piensan tan frecuentemente en el suicidio y qué se puede hacer para prevenir estos impulsos? Se entenderá si analiza el pensamiento de la gente que es suicida en potencia. Una visión penetrante y pesimista domina sus pensamientos. La vida no parecer ser más que una pesadilla infernal. Cuando miran al pasado, todo lo que recuerdan son momentos de sufrimiento y depresión Cuando se siente melancólico, también puede sentirse mal por pensar que nunca fue feliz y nunca lo será. Si un amigo o un familiar le puntualiza que ha sido bastante feliz, quizá pueda pensar que están equivocado o solo tratan de animarlo. Esto se debe a que cuando usted está deprimido en realidad distorsiona sus recuerdos del pasado. No puede evocar ningún recuerdo correspondiente a periodos de satisfacción o jubilo y por lo tanto concluye erróneamente que no existieron. No importa lo mal que se sienta, siempre podrá soportarlo si tiene la convicción de que las cosas mejorarán. La decisión crítica de suicidarse proviene de la convicción ilógica de que su estado de ánimo no puede mejorar. Se siente seguro de que el futuro solo le traerá más dolor y agitación. Al igual que algunos pacientes deprimidos, puede apoyar su predicción pesimista con una abundancia de datos que le parecerá abrumadoramente convincentes. Estudios de investigación han demostrado que un sentido irreal de la desesperanza constituye uno de los factores más cruciales en el desarrollo de su deseo suicida. Debido a su pensamiento tortuoso, usted se ve a sí mismo en una trampa de la cual parece no haber escape. Así llega a la conclusión de que sus problemas son insolubles. Debido a que su sufrimiento es intolerable y parece interminable puede creer erróneamente que el suicidio es la única forma de escape. Si ha tenido tales pensamientos en el pasado o si lo piensa seriamente ahora, permítame manifestarle el mensaje con voz fuerte y clara: “Usted está equivocado al creer que el suicidio es la única o la mejor solución para su problema” Está equivocado cuando piensa que se siente atrapado y sin esperanza, su pensamiento es ilógico, distorsionado y desviado. No importa de qué manera se haya convencido ni si otras personas están de acuerdo con usted: está equivocado al creer que siempre es aconsejable suicidarse debido a una enfermedad depresiva. Esta no es la solución más racional para su desgracia. (Información extraída de Sentirse bien una nueva fórmula contra las depresiones / David D. Burns, 1996)

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¿Cómo explican Humphreys y Revelle la relación entre activación y motivación?

Humphreys y Revelle (1984) han propuesto un modelo en el que sugieren que individuos reaccionan de forma diferente a distintos factores estresantes dependiendo de la naturaleza de la tarea que se esté realizando, no solamente en función de las diferencias de ansiedad, sino también de motivación y extraversión. El modelo incorpora dos sistemas: activación y esfuerzo. La primera se contempla como una dimensión conceptual definida como el factor común a varios indicadores de alerta. El segundo sería el estado motivacional generalmente interpretado como “trabajar duro” y se incrementaría cuando la tarea es importante y difícil o existen incentivos para trabajar mejor. Los autores del modelo consideran la existencia de dos tipos de tareas o habilidades. El primero (denominado SIT) requiere una “transferencia mantenida de información”, pero no se requiere una retención aplicable de la misma. El segundo tipo, denominado “de memoria a corto plazo” (STM) requiere un mantenimiento de la información en una situación utilizable o la recuperación de la información en una situación utilizable o la recuperación de la información que no ha sido utilizada durante un periodo de tiempo corto. El rendimiento en tareas de tipo SIT se incrementaría al hacerlo la activación fisiológica, mientras que el rendimiento en tareas de tipo STM se vería reducido. El componente motivacional resulta especialmente importante en este modelo. La motivación es un constructo que se ha utilizado para describir y explicar diferencias en la intensidad y dirección de la conducta. La motivación de ejecución, tal y como se ha entendido tradicionalmente, sería la comparación subjetiva del rendimiento ante una tarea concreta con una norma de efectividad máxima. No se trataría simplemente de una mera exploración, de una inspección del ambiente, sino de una búsqueda dirigida hacia la solución de los problemas planteados (Pelechano, 1973). Según el planteamiento de Humphreys y Revelle (1984) el rendimiento de los sujetos con un grado de motivación alto sería mas elevado que el de los sujetos con un bajo grado de motivación en aquellas tareas que presentasen una dificultad moderada y que se relacionase con las habilidades del tipo SIT. La dimensión introversión/extroversión también seria de importancia. Eysenck (1976,1981) ha sugerido que la principal diferencia entre introvertidos y extrovertidos se encontraría en la activación basal. Esta hipótesis predice que la ejecución de los introvertidos y extrovertidos podría modificarse en forma diferente por manipulaciones de las activaciones. Según Humphreys y Revelle (1984) se podría establecer una relación mas especifica con los estados de impulso, sin considerar el componente de sociabilidad de la introversión/extroversión de los sujetos. El concepto de impulso podría interpretarse en términos de un energetizador o activador inespecífico de la conducta o como un facilitador en el establecimiento de conexiones. Las interacciones entre nivel impulsivo y conducta serían complejas, pudiendo existir factores facilitadores o perturbadores de la ejecución (Pelechano, 1975). Parece que al menos durante las mañanas los individuos con un nivel impulsivo bajo estarían mas activados que los que presentan un nivel impulsivo alto, ejecutando mejor en tareas de tipo SIT y peor en las del tipo STM. La situación se invertiría por la tarde. En cuanto a la ansiedad la situación seria mas compleja. Un incremento de ansiedad somática puede llevar a una mayor activación y a la mejora de la ejecución en tareas SIT. A la inversa, la ansiedad cognitiva, se relacionaría con la motivación de evitación y con una reducción del esfuerzo, produciendo normalmente una disminución del rendimiento en este tipo de tareas. Los resultados obtenidos por algunos autores que han estudiado la relación entre distintos componentes de la ansiedad y ejecución en jugadores de voleibol y baloncesto, se podrían explicar, al menos parcialmente, según estas consideraciones (Parfitt y Hardy, 1987; Parfitt 1988) y un estudio experimental llevado a cabo mediante un protocolo de ejercicio en cicloergómetro se ha comprobado que los niveles elevados de activación incrementan la cantidad de recursos de tipo SIT. Aunque el modelo Humphreys y Revelle (1984) ofrece interesantes perspectivas al abrir la posibilidad de relacionar diferentes dimensiones de la personalidad con la ejecución y el rendimiento, aun no se ha realizado una investigación experimental detallada que permita comprobar la validez y utilidad del mismo. Especialmente problemático al respeto resulta el hecho de que se basa parcialmente en una serie de supuestos difíciles de confirmar, como son el que los recursos sean limitados y pueden compartirse entre dos o mas tareas o que la curvilinearidad, cuando está presente, puede derivarse de las acciones opuestas de dos o más procesos monotónicos. Existe un factor inherente al modelo, que lleva a albergar dudas sobre su posible aplicación al campo del rendimiento deportivo. Se asume que la interrelación entre distintas capacidades de ejecución puede expresarse en términos de las demandas sobre los recursos de tipo SIT y STM, lo que llevaría implícito que todas las tareas podrían describirse en términos de sus requerimientos de uno u otro tipo. Parece improbable en el campo del deporte, que todas las tareas puedan definirse en un espacio bidimensional. (información extraída de Ansiedad, estrés y deporte / Sara Márquez Rosa, 2004)

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¿Cómo planificar tu día para ser más organizado y menos estresado?

La sobreocupación mantenida en el tiempo puede ser una importante fuente de estrés a la que muchos les es difícil sustraerse por el tipo de trabajo que desempeñan y que les tiene agobiados y de mal humor. Algunos se ven lanzados al ritmo de vida que caracteriza al patrón tipo A y que puede suponer un riesgo de enfermedad coronaria. Un modo de afrontar el estrés en estos casos es reorganizar tempos y tareas de manera que podamos reducir la sobreocupación laboral y adoptar un estilo de vida que nos permita ocuparnos de otras muchas cosas que también nos importan en la vida. Los días tienen solo 24 horas: guía práctica para planificar y dar sentido “no va a dar tiempo” es una expresión que en la vida laboral y personal está asociada a menudo a la experiencia de estrés. Pero el tiempo no se detiene, corre inexplorablemente en días que solo tienen 24 horas y podemos perderlo tratando de meternos prisa y de precipitarnos para ganarlo. “no sé por dónde empezar” o empezar una tarea y sin terminarla, pasar a otras sin concluir ninguna también puede ser una fuente de estrés, precipitación, enfado y ansiedad que puedo afrontar con una adecuada gestión de las actividades y tiempos. Utilizo una adecuada planificación, organización y gestión de la agenda diaria para programar el tiempo disponible y dar sentido a mi actividad, que es un modo de dárselo a mi vida también. La agenda me puede ayudar a lograr un buen ajuste entre tiempo disponible y tareas y entre esfuerzo realizado y esfuerzo obtenido, a redistribuir las cargas de trabajo, a evitar la sobrecarga por acumulación de tareas y demandas imprevistas y dar vueltas a la cabeza sin sentido y sin saber por dónde empezar y a qué darle prioridad, el sentimiento de urgente y de insatisfacción, a aumentar mi motivación, a reducir el cansancio y la ansiedad y a incrementar mi eficacia y eficiencia Tomo en consideración los objetivos que quiero alcanzar con las actividades que planifico y los valores que dan sentido a mi actividad diaria y a mi desempeño profesional Anoto la víspera las tareas fijas y habituales del día siguiente, tanto del ámbito domestico como del ámbito laboral y social: compras, despachos de gestiones, reuniones de trabajo, entrevistas, visitas. Hoy dormiré mejor y mañana aprovecharé más el tiempo Sitúo en momentos fijos del día los trabajos rutinarios y habituales. Cuando se trata de actividades complejas, programo la realización gradual de tareas parciales, lo cual me facilita finalizar la actividad en los tiempos fijados y disfrutar la sensación de haberlas completado Priorizo actividades, tal vez con adhesivos o con colores diferentes, según sean obligatorias, muy importante, importantes y menos importantes, para asignarles el tiempo correspondiente y no malgastar tiempo y esfuerzo en tareas triviales, lo que sería una fuente de estrés añadida a la carga de la propia tarea Planifico de manera realista y proporcionada, de acuerdo con el tiempo disponible, con mis posibilidades y recursos, y con los del equipo humano con el que trabajo. Establezco un adecuado equilibrio entre las tareas que asumo y los recursos humanos y materiales con los que cuento. Equilibrio tareas fáciles con aquellas otra que exijan mayor esfuerzo Considero la posibilidad de que surjan imprevistos que podrían ser prioritarios y obligarme a reconsiderar la planificación del día Considero la posibilidad de que alguna de las actividades planificadas no pueda realizarse para tener previstas las alternativas No asumo actividades o responsabilidades que no me corresponden. Digo asertivamente no a demandas que no puedo o no quiero asumir Hago una cosa cada vez y no todo al mismo tiempo, focalizando la atención y la energía en el aquí y en el ahora de esa cosa y no en las cosas que no he podido hacer o que me quedan todavía por atender. Experimento la satisfacción por lo que voy completando y evito dejarme llevar por la urgencia y el agobio Evito dispersarme saltando de una cosa a otra sin concluir ninguna de ellas En la realización de las tareas y en particular de aquellas que me resultan más desagradables, práctico la relajación, la respiración abdominal y la atención consciente y plena. No postergo, no dejo para mañana las actividades inaplazables y que pueda hacer hoy, evitando así la acumulación progresiva de asuntos pendientes, los atrasos y la sobrecarga permanente que supone “no sacar el trabajo adelante” y sentirme ineficaz. Me ayudo con monólogos orientados a la acción: “cuando antes me lo quite mejor, ahora tengo unos minutos disponibles y los voy a aprovechar para evitar dilaciones” Al mismo tiempo, después de priorizar, decido qué actividades se pueden postergar para otro día y cuáles incluso pueden dejarse sin hacer sin que ocurra nada Hago previsibles y predecibles las actividades de la agenda. Establezco marcas e hitos que señalen con suficiente antelación las fechas límite y las tareas prioritarias en el horizonte temporal para evitar que me “cojan por sorpresa” actividades y tareas que debería haber previsto y tal vez he olvidado Reviso mi planificación y compruebo el ajuste tiempo-tarea logrado y aquellas actividades que tenía previstas o que me apetecía hacer pero que no he podido resolver por falta de tiempo Compruebo el grado de eficacia de motivación y de satisfacción logrado en las actividades realizadas y el impacto de lo que hecho en mi calidad de vida Aprendo a vivir cada jornada que ya no vuelve, disfruto cada día con el balance de los resultados logrados y me digo monólogos de reconocimiento por ello, porque eso hará mas probable que mañana sea también una buena jornada, puede que con carga, pero menos estresante. Pausas para poner a punto las herramientas Para poner a punto las herramientas de trabajo y para ponerme yo mismo a punto, compruebo cada día mi nivel de activación y rendimiento optimo y acompaso el ritmo de trabajo con pausas periódicas cuando compruebo que he rebasado ese nivel, que tengo fatiga y que mi rendimiento desciende a pesar de los

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¿Cómo se evalúa la sintomatología depresiva en pacientes con esquizofrenia?

Se presentan diferentes instrumentos dirigidos a evaluar sintomatología depresiva en psicosis según una perspectiva dimensional. Esta aproximación facilita cuantificar la intensidad y la frecuencia de los principales síntomas que constituyen el trastorno. Esto favorece llevar a cabo una descripción del cuadro clínico mucho más compleja e individualizada, facilitando la evaluación longitudinal, la selección de técnicas de tratamiento y el establecimiento de criterios de las técnicas terapéuticas aplicadas. Existen algunos instrumentos de evaluación psicopatológica de la esquizofrenia que también incluyen síntomas que evalúan la dimensión afectiva. Entre ellos destacan la Escala de evaluación psiquiátrica breve (BPRS) y la Escala de los síntomas positivos y negativo (PANSS). Escala de evaluación psiquiátrica breve (BPRS) La Brief Psychiatric Rating Scale (BPRS) es una entrevista semiestructurada con gran predominancia de síntomas afectivos. La versión más conocida y usada es la de los 18 ítems, aunque existe una versión breve de 10 y otra expandida de 24. Esta escala se dirige a evaluar gravedad psicopatológica mediante una escala tipo Likert de 7 puntos. Contiene seis ítems que evalúan la dimensión depresiva: preocupación somática, ansiedad psíquica, auto desprecio y sentimientos de culpa, ansiedad somática, humor depresivo y enlentecimiento psicomotor. En una meta análisis de la BPRS de 18 ítems se encontraron cinco factores centrales: síntomas positivos, síntomas negativos, resistencia, activación y afecto, formada esta última por los ítems de ansiedad psíquica, sentimientos de culpa, humor depresivo y preocupación somática. Otro meta análisis con la versión extendida de 24 ítems halló una estructura similar en el factor afectivo, pero sustituyendo la preocupación somática por tendencia suicida. En cuanto a sus propiedades psicométricas y según una magnifica revisión de Lako et al. centrada en promediar las características psicométricas de varios instrumentos de medición de la depresión en esquizofrenia en un conjunto de 48 publicaciones, se refieren los siguientes datos de fiabilidad para la subescala de la depresión de la BPRS. Escala de síndromes positivos y negativo (PANSS) La Positive and Negative Syndrome Scale destaca por ser un instrumento de amplísima difusión que también recoge fenomenología depresiva. Entre entrevista permite evaluar dimensionalmente tres áreas psicopatológicas de la esquizofrenia mediante 30 ítems. Los síntomas de la dimensión afectiva se encuentran distribuidos en la subescala de la psicopatología general de 16 ítems. Cada síntoma debe ser puntuado en una escala de gravedad de 7 puntos según la última semana. Los estudios dirigidos a contrastar la validez factorial de la PANSS han encontrado un modelo pentagonal compuesto por los factores de síntomas positivos, negativos, desorganizados/cognitivos, excitación y depresión/ansiedad. Los síntomas que suelen conformar el factor depresión/ansiedad corresponden a los ítems de depresión, sentimientos de culpa y ansiedad, aunque otros estudios también han incluido las preocupaciones somáticas y la tensión motora. Es interesante contrastar que el estudio de Emsley et al (2003) analizó la estructura factorial de la PANSS en una muestra de primeros episodios de psicosis, en lugar de la acostumbrada muestra de pacientes con esquizofrenia crónica, consiguiendo separar el factor depresión/ansiedad en dos, uno para ansiedad y otro para depresión. Aunque la PANSS está más focalizada en las dimensiones psicóticas de la esquizofrenia, también es una herramienta útil para evaluar otras áreas psicopatológicas de los trastornos psicóticos como la depresión y la ansiedad. No obstante, resulta recomendable incluir otras medidas específicas para la depresión que permitan refinar la evaluación de este constructo tan rico con matices. Las escalas enfocadas en la evaluación cuantitativa de la dimensión depresiva, haciendo énfasis en aquellas que han sido ampliamente utilizadas en el ámbito de la esquizofrenia. La mayoría de las escalas disponibles fueron diseñadas para la evaluación de la dimensión depresiva en el contexto de los trastornos afectivos, no psicóticos, lo que puede afectar a la validez de la medida por el posible solapamiento entre síntomas depresivos y síntomas negativos o los efectos secundarios de los tratamientos farmacológicos. Son las siguientes: Escala de depresión de Calgary para la esquizofrenia (CDSS) Es una escala hetero aplicada para adultos diseñada para evaluar sintomatología depresiva en el contexto de la esquizofrenia, mejorando así los problemas de validez encontrados en otros instrumentos de evaluación de la depresión no específicos para la psicosis. Contiene un total de nueve síntomas puntuados en una escala de gravedad de 4 puntos según las dos últimas semanas: humor depresivo, desesperanza, autodespreciación, ideas culpables de referencia, culpa patológica, depresión matutina, despertar precoz, ideación de suicidio y un ítem de depresión observada. Ofrece una puntuación dimensional total de gravedad (0-27) y un punto de corte orientativo de posible presencia de trastorno depresivo (puntuación igual o superior a 5). Un aspecto muy relevante de la CDSSS es que sus ítems están muy centrados en la vivencia cognitiva de la depresión. Escala de evaluación de la depresión de Hamilton (HDRS) Es probablemente la escala heteroadministrada mas difundida teniendo también un gran protagonismo en los estudios con muestras de pacientes esquizofrénicos. La versión de 17 ítems es la más usada y contiene los siguientes síntomas: humor deprimido, sensación de culpabilidad, suicidio, insomnio precoz, insomnio medio, insomnio tardío, trabajo y actividades, inhibición, agitación, ansiedad psíquica, ansiedad somática, síntomas somáticos gastrointestinales, síntomas somáticos generales, síntomas genitales, hipocondría, pérdida de peso y conciencia de enfermedad. Escala de evaluación de la depresión de Montgomery-Asberg (MADRS) Es una escala heteroaplicada concebida como medida sensible al cambio en pacientes con trastorno depresivo. Se estructura en diez síntomas evaluados según una escala de gravedad tipo Likert de 7 puntos. Los ítems abarcan las siguientes áreas: tristeza observada, tristeza declarada por el paciente, tensión interna, sueño reducido, apetito reducido, dificultades para concentrarse, lasitud, incapacidad para sentir, pensamientos pesimistas y pensamientos suicidas. La puntuación posible es de 0 a 60 puntos. De 0 a 10 se considera ausencia de depresión. Los síntomas que conforman la MADRS están muy focalizados en el estado de ánimo y la experiencia cognitiva de la depresión. Escala de evaluación de la melancolía de Bech-Rafaelsen (BR-MES) Es una escala heteroadministrada basada en la HDRS concebida para evaluar y cuantificar sintomatología grave de la depresión. Evalúa 11 áreas: actividad social e intereses, humor disminuido, trastornos

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