autoestima

¿Qué son los comportamientos autolesivos y cómo prevenirlos eficazmente?

Los comportamientos autolesivos son aquellos actos en los que una persona se causa daño a sí misma de manera intencional, como cortarse, quemarse o golpearse. Estos comportamientos son a menudo una manifestación de un dolor emocional profundo o de una lucha interna, y pueden estar asociados con trastornos de salud mental como la depresión, la ansiedad, el trastorno límite de la personalidad, entre otros. Entender estos comportamientos es crucial para ofrecer apoyo adecuado y evitar consecuencias graves. ¿Qué son los comportamientos autolesivos? Define qué son los comportamientos autolesivos (como cortarse, quemarse, rascarse hasta sangrar, entre otros) y cómo se diferencian de otros tipos de comportamiento destructivo. Menciona la importancia de reconocer que no siempre son un intento de suicidio, sino una forma de lidiar con el dolor emocional. Causas y factores de riesgo Explora los factores que pueden contribuir a los comportamientos autolesivos: Trastornos mentales: Depresión, trastorno límite de la personalidad, trastornos de ansiedad, etc. Factores biológicos: Alteraciones en la regulación emocional y en el sistema nervioso. Trauma y abuso: Experiencias pasadas de abuso físico, emocional o sexual pueden aumentar el riesgo. Entorno social: Aislamiento social, falta de apoyo emocional y estrés interpersonal. Problemas familiares: Conflictos familiares graves o disfunción en el hogar. Señales de advertencia Explica las señales de advertencia que podrían indicar que alguien está involucrado en comportamientos autolesivos: Cambio en el comportamiento (aislándose, pérdida de interés en actividades cotidianas). Lesiones inexplicables o ocultas. Expresiones frecuentes de desesperanza o de «no poder soportar más». Cambios en el estado emocional, como irritabilidad, tristeza profunda o ansiedad extrema. ¿Por qué las personas recurren a comportamientos autolesivos? Aclarar que las personas que se autolesionan no lo hacen porque quieran morir, sino como una forma de gestionar emociones intensas. Algunas razones pueden ser: Liberación emocional: El dolor físico puede servir como una forma de liberar o enfocar el dolor emocional. Control: Puede ser una manera de recuperar el control sobre su vida cuando todo lo demás parece fuera de control. Alivio temporal: Un intento de calmar la angustia emocional de manera inmediata, aunque no resuelve el problema subyacente. Prevención y tratamiento Aborda cómo prevenir y tratar los comportamientos autolesivos: Psicoterapia: Terapias como la terapia cognitivo-conductual (TCC) o la terapia dialéctico-conductual (TDC) son eficaces en la reducción de estos comportamientos. Apoyo social: El papel fundamental de amigos, familiares y profesionales de salud mental para ofrecer apoyo emocional y escuchar sin juzgar. Estrategias de afrontamiento saludables: Fomentar el desarrollo de habilidades para gestionar el estrés y las emociones de manera efectiva sin recurrir al autodaño. Medicamentos: En algunos casos, los medicamentos pueden ser necesarios para tratar trastornos subyacentes como la depresión o la ansiedad. Cómo apoyar a alguien que se autolesiona Proporciona recomendaciones sobre cómo las personas pueden ayudar a alguien que está lidiando con comportamientos autolesivos: Escuchar sin juzgar: Mostrar empatía y comprensión sin hacer comentarios que minimicen su sufrimiento. Animar a buscar ayuda profesional: Ayudarles a encontrar un terapeuta o un consejero con experiencia en el manejo de estos comportamientos. Evitar la confrontación: No insistir en que dejen de hacerlo sin proporcionar un plan para recibir ayuda. Reitera la importancia de tratar el comportamiento autolesivo con seriedad, apoyo y compasión. Además, recuerda que la prevención y la intervención temprana son esenciales para reducir el riesgo de daño más grave y mejorar la salud mental a largo plazo. Llamado a la acción: Invita a los lectores a compartir el artículo, a buscar ayuda si experimentan estos comportamientos o a apoyar a personas cercanas que los estén viviendo. Este enfoque no solo educa sobre el tema, sino que también proporciona recursos útiles para quienes enfrentan o apoyan a alguien con estos desafíos.  

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¿Por qué es importante dejar de castigarte y empezar a aprender de tus errores?

Aun cuando su culpa no sea sana y esté basada en la distorsión, una vez que empiece a sentirse culpable, quedará atrapado en una ilusión que hará que la culpa parezca legitima. Esas ilusiones pueden ser poderosas y convincentes. Sus razonamientos son estos: Me siento culpable y merecedor de una condena. Esto significa que he sido malo Puesto que soy malo, merezco sufrir En consecuencia, su culpa lo conviene de su maldad y le produce mas sentimientos de culpa. Esta conexión cognitiva-emocional enlaza sus pensamientos y sus sentimientos entre sí. Y termina atrapado en un sistema circular que se denomina el ciclo de la culpa. El razonamiento emocional alimenta este ciclo. Supone automáticamente que, porque se siente culpable, debe de haber hecho algo malo y merece sufrir. Se dice “me siento mal, por lo tanto, debo de ser malo”. Esta conclusión es irracional porque su auto aborrecimiento no prueba necesariamente que haya hecho algo mal. Su culpa solo refleja el hecho de que usted cree que se ha comportado mal. Podría ser así, pero a menudo no lo es. Si realmente he hecho algo inadecuado o hiriente, ¿piensa que merece sufrir? Si cree que la respuesta a esta pregunta en sí, pregúntese: ¿durante cuánto tiempo debo sufrir? ¿un día? ¿un año? ¿Durante el resto de mi vida? ¿Qué sentencia elegirá para imponerse a sí mismo? ¿Está dispuesto a dejar de sufrir y de sentirse desdichado cuando su sentencia haya expirado? Este modo de castigarse sería por lo menos responsable, porque tendría un limite de tiempo. Pero ¿qué sentido tiene abusar de sí mismo con los sentimientos de culpa? Si realmente ha cometido un error y ha actuado de un modo hiriente, su culpa no borrará su equivocación por arte de magia. Tampoco acelerará sus procesos de aprendizaje para reducir la probabilidad de comer el mismo error en el futuro. Otras personas no lo amarán ni respetarán mas porque se sienta culpable y se degrade de ese modo. Ni siquiera sus sentimientos de culpa le harán llevar una vida productiva. Entonces ¿qué sentido tiene? Muchas personas preguntan: pero ¿Cómo podría comportarme moralmente y controlar mis impulsos si no me siento culpable? El cambio y el aprendizaje se producen mucho más fácil cuando: Usted reconocido que ha habido un error Desarrolla una estrategia para solucionar el problema. Una actitud de egoísmo y relajamiento hace las cosas más fáciles mientras que la culpa siempre es un obstáculo Usted puede preguntarse ¿cómo sé que he hecho algo mal si no me siento culpable? ¿No me entregaría a un ciego ataque de egoísmo destructivo e incontrolado si no fuese por mis sentimientos de culpa? Puede reemplazar su culpa por un fundamento más sensato de conducta moral: la empatía. La empatía es la capacidad de visualizar las consecuencias buenas y malas de su conducta. Es la capacidad de conceptualizar el impacto de lo que usted se hace a sí mismo y a la otra persona y de sentir una tristeza y remordimientos adecuados y genuinos sin ponerse a sí mismo etiqueta de inherentemente malo. La empatía crea el clima emocional y mental necesario para guiar su conducta de un modo moral y auto enriquecedor sin el látigo de la culpa. Aplicando estos criterios, puede determinar si sus sentimientos contienen una sensación normal y sana de remordimiento o una sensación de culpa contraproducente y distorsionada. Hágase las siguientes preguntas: ¿consciente y voluntariamente he hecho algo malo, injusto o innecesariamente hiriente que no debería haber hecho? ¿o acaso espero de un modo irracional ser perfecto, omnisciente y todopoderoso? ¿me estoy poniendo la etiqueta de mala persona a causa de esta acción? ¿mis pensamientos contienen otras distorsiones cognitivas como magnificación, generalización excesiva, etc.? ¿estoy sintiendo un pesar o un remordimiento realistas, originados en un conocimiento empático del efecto negativo de mi acción? La intensidad y la duración de mi dolorosa respuesta emocional, ¿corresponden a lo que realmente he hecho? ¿Estoy aprendiendo de mi error y creando una estrategia para cambiar o estoy abatiéndome y rumiando e incluso castigándome de un modo destructivo? Métodos que le permitirán liberarse de los sentimientos inadecuados de culpa y elevar al máximo su autorrespeto Registro diario de pensamientos disfuncionales. Este método da muy buenos resultados en el caso de una serie de emociones indeseadas, entre ellas la culpa. Registre el hecho desencadenante de la culpa en la columna titulada SITUACION. Técnicas para eliminar los debería. El primer paso es preguntarse ¿Quién dice yo debería? ¿Dónde está escrito que yo debería? Esto tiene por objeto que usted tome conciencia de que se está criticando innecesariamente. Puesto que en definitiva es usted quien formula sus propias reglas, una vez que decide que una regla no es útil puede corregirla o liberarse de ella. Al decidir sobre la utilidad de una regla puede ayudarle la formulación de la siguiente pregunta: ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de aplicarme esta regla a mi mismo? ¿Cómo me ayudará a creer que siempre debería ser capaz de hacer feliz a los demás? Otra manera simple para eliminar los “debería” consiste en utilizar el contador de la pulsera. Una vez que se ha convencido de que los debería no le convienen, puede contarlos. Cada vez que emite una enunciación debería, accione el contador. Si lo hace, asegúrese de establecer un sistema de recompensas basado en el total diario. Y otra efectiva de combatir los debería es preguntar: ¿por qué debería? Aprenda a mantenerse en sus trece. Una de las grandes desventajas de ser proclive a los sentimientos de culpa es que los demás pueden usar y lo harán, ese sentimiento de culpa para manipularlo. Si se siente obligado, a complacer a todos, podrán coaccionarlo para que usted haga muchas cosas a la vez que tal vez no sean lo que mas le conviene. Su obsesión de complacer a los demás se vuelve más trágica cuando sus obsesiones llegan a estar tan dominadas por la culpa que termina sintiéndose atrapado y desdichado. La ironía es que las consecuencias de dejar que

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¿Cómo superar la humillación y recuperar tu autoestima de manera efectiva?

¿Se ha sentido alguna vez humillado por el comentario hecho por alguna persona sobre su físico, su forma de vestir, su estilo de vida, sus maneras, su trabajo o su forma de hablar? Estas humillaciones acaso le han hecho sentirse deprimido, avergonzado, sin valor alguno, incompetente o incapaz aun cuando estas características no le describan Tipos de humillaciones Los cuatro tipos que existen son: Verbal directa Verbal indirecta No verbal Infligida a uno mismo Humillación verbal directa. La verbal es quizá la más fácil de identificar debido a que va dirigida directamente a usted. ¿Cómo responder? Permita que la persona hable de sus sentimientos Si está enfadada la otra persona, admítalo Diga que comprende cómo se siente su interlocutor. Utilice palabras como entiendo o veo que estás disgustado Pide una aclaración si es necesario Actúe con asertividad ante la reacción de su interlocutor explicando lo que siente acerca de su comportamiento Haga una afirmación corta con objeto de dar por zanjada la situación Humillación verbal indirecta. La clave reside en determinar la verdadera intención de la otra persona Pida una aclaración Utilice afirmaciones como: No entiendo lo que quieres decir Haga preguntas como ¿Qué estás diciendo? Humillación no verbal. Resulta más difícil de proceder ante las humillaciones no verbales porque tal vez cueste comprender el mensaje no verbal. En vez de tener que proceder ante las palabras, puede ser que tenga que actuar ante una mala cara, una sonrisa maligna o un suspiro. ¿Cómo proceder? Pedir una aclaración siempre que no se comprenda una expresión no verbal Utilizar afirmaciones en primera persona (empiece con la palabra yo, exprese sus sentimientos, identifique el comportamiento y lo que desea en ese momento en adelante) Humillación infringida a uno mismo. Implican la existencia de un monólogo interno negativo. Los conflictos internos y las dudas sobre uno mismo pueden dar como resultado dicha conducta. En este caso, usted se convierte en su peor enemigo interesando dichos pensamientos negativos. Debe tener cuidado y practicar el habla interna positiva. Sea honesto, abierto y directo consigo mismo y sea asertivo en sus pensamientos, en sus sentimientos y necesidades. Cuando responda a halagos: No se apresure en devolver el mismo Piense en éste; luego, responda directa o indirectamente a través de su lenguaje corporal Sonría y establezca un buen contacto visual Las humillaciones le dejan avergonzado, le hacen sentirse poco apto y deprimido. Fomente su autoestima procediendo ante las mismas con asertividad.     (información extraída de Haga oír su voz sin gritar / Nelda Shelton y Shanon Burton, 2004)

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¿Cómo soltar el pasado para seguir adelante y encontrar la paz interior?

Si en algo se caracteriza el pensamiento de estas personas es por una pertinaz, insistente y rutinaria insistencia en NO OLVIDAR determinadas sensaciones, pensamientos, actos, sucesos, que por una u otra razón constituyen precisamente el amplio abanico de causas a las cuales ellos atribuyen su problema. Esa insistencia en no olvidar no es meditada y consciente, es simplemente automática. Lo que supone que se ejecuta de modo poco consciente, dedicando amplísimos periodos de tiempo a recrearse en imágenes y recuerdos, o bien reproduciendo sensaciones, para comprobar una y otra vez que su mal persiste y está ahí y ellos no pueden seguir en ese estado. El olvido es necesario para la mente. Quien no olvida no puede atender a los aspectos nuevos de la realidad, que le ayuden a valorar los acontecimientos de otro modo. A veces el olvido es muy difícil, como por ejemplo en una situación de olvido. Sin embargo, por mucho que se quiera a una persona que se pierde, llega un momento en el cual es necesario tener algunos momentos en el que el ser humano olvide que no está. Ello no supone en absoluto que sea necesario borra real recuerdo. Sí parece preciso, sin embargo,  a través del tiempo acostumbrarse a vivir de forma que cada sensación, acto o pensamiento no haga referencia  a la persona que no está. Siendo fácil, es necesario diseñar otro modo de vida que implique volver a hacer cosas agradables, sin llenarse de culpa por ello. La evitación Otra característica esquemática del comportamiento de las personas ansiosas y/o depresivas, es la tendencia a la evitación. En los ansiosos, evitación significa no afrontar las situaciones que generan ansiedad y como consecuencia no permanecer en ellas. Si es un fóbico, evitará cualquier objeto o situación que motive su sintomatología. Si es un obsesivo, evitará cualquier acto que previamente no lleve implícito el ritual o la compulsión. Si es una ansiedad generalizada, evitará la distracción. Si es un hipocondriaco, evitará despreocuparse de su dolencia, etc. y todos ellos evitarán afrontar anticipadamente con el pensamiento estas situaciones. En realidad actuarán contrariamente. En los depresivos se evitará evitación a cualquier estimulo agradable, grande o pequeño, para no avergonzarse por “sentirse bien” siquiera un momento. Esta evitación que se manifiesta no solo en los actos, se presenta cognitivamente aludiendo imágenes e idea, así como sensaciones que el sujeto prevé que le causará malestar. La preocupación La tercera característica notable y destacada es desde luego la Preocupación. Si la energía psíquica es algo limitado que podemos usar para atraer aspectos positivos de la vida, las personas ansiosas y depresivas la utilizan únicamente para preocuparse en exclusiva por los aspectos más angustiosos, negativos y tristes de sus propias respuesta, de las de los demás y de las de la sociedad en general. La desorganización Producida acaso por su desinterés por todo lo que no sea sufrimiento y su pena permanente y circular. Desorganización que se observa en su propio pensamiento y que se da también en los otros dos sistemas de respuestas. Estilo perceptivo no centrado en el presente La última característica que define a estas personas es un estilo perceptivo centrado en el pasado y en el futuro que, por supuesto, elude sistemáticamente el presente. Los acontecimientos de pasado y futuro dan toda la interpretación vital a su existencia, lo que hace difícil que valoren cualquier valoración o cambio positivo de su presente, de forma que les sea útil y valioso. Pensamientos des adaptativos En las personas con ansiedad sucede que no solo utilizan en exceso el pensamiento circular, sino que se suma a este hecho la realidad de que muchos de sus pensamientos, partiendo de premisas ciertas, terminan en conclusiones erróneas. Una  vez detectados nuestros pensamientos erróneos más comunes, según las técnicas de evaluación expuestas es preciso valorar si en el pensamiento personal e individual de tipo circular en el que nos vemos reflejados se encuentra alguna distorsión cognitiva. Si ello sucede, además de utilizar el esquema circular anti-ansiedad debemos eliminar los pensamientos erróneos flexibilizando más nuestras creencias y expectativas, con razonamientos más lógicos ¿qué evidencia tengo de que mis creencias sobre mí mismo, el mundo y los demás son ciertas? ¿Hasta qué punto esas creencias están condicionando mi forma de estar en el mundo? Cómo cazar los pensamientos erróneos Si hubiera una sola regla a dar en este caso, sería algo así como domina tu tendencia a la exageración. Leonor I. Lega y Ellas nos hablan del no puedo “soportantitis”, como una de las expresiones más graficas y afortunadas al respecto para “darnos cuenta” de que dedicamos mucha más energía psíquica a elaborar nuestras quejas que a descubrir cómo soportarlas y enfrentarlas. En ese sentido funciona el “¿Y qué?” Hay que enseñar a nuestros hijos que el aburrimiento, la tristeza, el cansancio, el abatimiento, el desanimo son emociones normales que los humanos debemos aprender a reevaluar de otros modos mas flexibles y menos polarizados. Lo no adaptativo es EXAGERARLAS. El maniqueísmo o tendencia a evaluar todo como bueno o malo nos perjudica mucho y supone que deseemos un Mundo armónico, equilibrado, justo, perfecto y bueno de forma permanente. Las personas e incluso el mundo inmaterial de las cosas, parece que debemos aspirar porque por algo nos educan para ello, a esa siempre inalcanzable perfección y si no lo logramos es catastrófico. La táctica más útil al respecto pudiera ser reducir la tendencia  a la exageración de todo lo malo que nos ocurre en la vida y tratar de iniciarnos en el aprendizaje lento, difícil y tortuoso, pero sumamente eficaz de valorar los aspectos pequeños, positivos y agradables de uno mismo, del mundo y de los demás. Se trata en concreto de iniciarse en un aprendizaje hacia una mayor flexibilidad y tolerancia que nos permita, de la misma manera que proponíamos para los síntomas, OLVIDAR lo malo y penoso que nosotros mismos, el mundo o los demás nos presenten en la vida: RESISTIR lo inevitable procurando no huir y luego volver a olvidar y NO

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¿Cómo la baja autoestima está relacionada con la dependencia emocional?

Se pueden dividir en tres áreas relevantes del ser humano y de las personas afectas de este problema como son el área de las relaciones de pareja, de relaciones con otras personas y el de la autoestima y estado anímico. Como es obvio, no es preciso que se cumplan todas y cada una de las siguientes características para poder afirmar que alguien sufre de dependencia emocional. Área de las relaciones de pareja Necesidad excesiva del otro, deseo de acceso constante hacia él Deseos de exclusividad en la relación Prioridad de la pareja sobre cualquier otra cosa Idealización del objeto Relaciones basadas en la sumisión y la subordinación Historia de relaciones de pareja desequilibradas Miedo a la ruptura Asunción del sistema de creencias de la pareja Área de las relaciones con el entorno interpersonal Deseos de exclusividad hacia otras personas significativas Necesidad de agradar Déficit de habilidades sociales Área de autoestima y estado anímico Baja autoestima Miedo e intolerancia a la soledad Estado de ánimo negativo y comorbilidades frecuentes Área de las relaciones de pareja Sin lugar a duda, ésta es el área más relevante y manifiesta en los dependientes emocionales. También es el contexto más frecuente en el que están inmersos a pesar de que pueden tener situaciones de soledad, más o menos deseada o incluso relaciones de pareja ficticias, como determinados noviazgos por internet o a distancia, que son mas fruto de su propia ilusión que de la realidad. Las características de los dependientes emocionales que se producen dentro de las relaciones de pareja: Necesidad excesiva del otro, deseo de acceso constancia hacia él. Es la expresión de la necesidad psicológica que el dependiente tiene hacia su pareja. Se puede traducir en deseos constantes del hablar con él, llamadas continuas al teléfono, mensajes de texto en el móvil, apariciones inoportunas en lugares como el trabajo o el gimnasio, realizar cualquier actividad junto a la otra persona sea de trabajo o de ocio, ser incapaz de hacer algo solo sin sentir la necesidad de tener contacto con la pareja, etc. Los dependientes describen en ocasiones esta sensación como de “hambre” de la pareja, una necesidad insaciable que recuerda a la de los adictos a sustancias. La reacción de los objetos suele ser de agobio. Esto puede traer consecuencias de diferentes tipos, como puede ser la ruptura precoz de la relación, o la más frecuente, la demarcación de límites estrictos. Poco a poco, la pareja restringe las continuas invasiones del dependiente basándose en amenazas mas o menos explicitas, con lo que a éste no le queda más remedio que aceptar las reglas y contenerse en su afán desmedido del otro. Es muy usual también que los objetos aprovechen este tipo de ocasiones en el que el agobio es muy evidente para establecer sus reglas generales sobre la relación, afirmando, por ejemplo, que su idea es la de tener una pareja libre o abierta o que simplemente son amigos. El dependiente aceptará estas reglas muy a su pesar. Por tanto, a nivel conductual el dependiente puede no aparentar esta necesidad excesiva hacia la otra persona, pero sin duda la está sintiendo con toda su fuerza como algo que le impulsa hacia ella y que produce un torrente de ideas obsesivas alrededor de la pareja.   Deseos de exclusividad en la relación. La exclusividad se extiende aquí en ambos sentidos, en el del propio dependiente, que voluntariamente se aísla en mayor o menor medida de su entorno para dedicarse por entero a su pareja y en el del anhelo de que el objeto haga lo propio. No obstante, esto último le resulta más difícil por la reacción de la pareja, que en lugar de participar en esa burbuja imaginaria en la que ambos se fusionarían y se distanciarían de los demás, intentará marcar sus propias pautas. Existe una modalidad de dependencia emocional en la que el sujeto que la padece sí consigue imponer sus deseos al otro. Obviamente, la exclusividad es una de las reglas que se imponen consiguiendo que la pareja se aísle casi por completo de su entorno. Si hubiera alguna frase que pudiera ilustrar con claridad los deseos de exclusividad del dependiente emocional hacia su pareja, podría ser “yo soy solo para él y el es solo para mi, nosotros nos bastamos mutuamente”. La exclusividad aparecerá también en las relaciones con otras personas significativas. Por ejemplo, los dependientes emocionales se encuentran más cómodos en las relaciones de amistad con una sola persona perdiéndose en las situaciones de grupo   Prioridad de la pareja sobre cualquier otra cosa. Es una de las características más frecuentes y mas observables por el entorno social, entre otros motivos porque éste está directamente afectado al sentirse minusvalorado o simplemente despreciado. El dependiente emocional considera a su pareja el centro de su existencia, el objeto predilecto de su atención, el sentido de su vida. no habrá nada más importante, incluyéndose a sí mismo o incluso a sus hijos. Si la pareja considera que algo debe hacerse se hará sin dudar, si ella piensa que habría que mudarse de casa o que el dependiente debería cambiar de trabajo, también se procederá a hacerlo porque la otra persona es lo más importante. Ocupará continuamente el pensamiento con él, reproduciría sus frases, se esperará con exceptuación cualquier gesto, movimiento o palabra porque el objeto se habrá convertido en lo más importante y necesario de la vida, pasado todo lo demás a un segundo plano mucho más discreto.   Idealización del objeto. El dependiente suele idealizar enormemente a su pareja a lo largo de la relación a pesar de ser consciente con el paso del tiempo de sus defectos. El objeto representa todo aquello que no tiene el dependiente, como es seguridad en sí mismo, auto aprecio y una posición de superioridad sobre los demás; por esto supone su tabla de salvación, la persona a la que tiene que aferrarse para encontrar lo que le falta. Esta carencia, la del afecto de los demás y la de su propia

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¿Cómo Puedes Alcanzar la Felicidad en tu Vida Diaria?

Perdonarnos hechos del pasado Muchas personas conservan en su mente imágenes y comentarios de situaciones poco afortunadas vividas a lo largo de los años. En algunos casos, se tratará de episodios en los que alguien les llamaba la atención por algo que supuestamente habían hecho mal. En otros momentos, revivirán situaciones en las que se sintieron tratados de forma injusta y heridos en lo más profundo de su ser. Lo habitual es que la intensidad del dolor sea proporcional a la edad que tuviéramos cuando ocurrieron esos hechos y a la etapa vital que transitáramos. En la infancia, nuestro bienestar y nuestra seguridad dependen de nuestros progenitores y de las principales personas de referencia de nuestra vida. Algo parecido ocurre con nuestros estados emocionales. Si nos sentimos fuertes, los acontecimientos nos influirán menos que si estamos atravesando una etapa de debilidad. También nuestro carácter desempeñará un papel determinante. No es lo mismo el niño que presenta un temperamento muy débil y muy dependiente del entorno desde que nace, que el típico niño que se muestra muy seguro desde bebé. De pequeños tenemos pocas defensas y asumimos lo que nos dicen. Esas vivencias, acumuladas a lo largo de los años, terminan condicionando nuestra vida. El entorno cultural y religioso también será determinante. Si nos educaron para aceptar todo lo que nos decían, sin posibilidad de razonamiento o validación, nuestro espíritu crítico quedó poco desarrollado por no decir anulado y lejos de aprender a perdonar y perdonarnos, cada día nos empujaron a sentirnos más inseguros y más débiles. Esa educación es la responsable de que nos cueste tanto perdonarnos. Esa educación es la que ha hecho que infinidad de personas no sepan quererse, ni valorarse. Personas que se han quedado “pequeñas” y que no han sabido crecer ante las dificultades. Por el contrario, si desde el principio nuestra educación estuvo basada en una serie de valores, en los que primaba que los niños aprendieran a escuchar, a observar, a pensar, analizar y valorar todo lo que ocurría a su alrededor, el resultado habrá sido muy distinto. Habrá favorecido el desarrollo de personas que se sentirán libres para pensar y seguras para adoptar sus propias decisiones. Personas generosas que habrán aprendido a perdonarse y a perdonar, sin dejarse manipular El resultado de esa educación serán niños, jóvenes y adultos con criterio propio, con espíritu crítico propio, con espíritu crítico, con capacidad para poder analizar con objetividad y juzgar con criterio propio. Esas personas habrán aprendido la importancia de perdonar y perdonarse. Perdonar sin claudicar de sus principios y perdonarse sin provocar su inseguridad, ni potenciar sus miedos. La principal clave estará en que nos cuesta mucho perdonarnos porque, en algún momento de nuestro desarrollo, no nos enseñaron que detrás de un error casi siempre hay una posibilidad de rectificación, que la equivocación puede ayudarnos a ver el aprendizaje que estaba oculto y que es la confianza la que genera seguridad, mientras que el miedo nos lleva a la debilidad y al fracaso. En definitiva, ¡aprendamos a perdonarnos hechos del pasado! Si nos arrepentimos de algo que hemos vivido, no nos bloqueemos dándole vueltas y vueltas. Por mucho que lo hagamos, no seremos capaces de cambiar la historia de lo ocurrido. Lo que sí que podemos hacer es reflexionar sobre los hechos, aprender las enseñanzas que encierran, asumir nuestra responsabilidad, perdonarnos por aquello que hoy nos gustaría que no hubiera pasado y, si aun podemos hacer algo por repararlo ¡hacerlo! Lo que no tiene sentido es que “paremos nuestra vida” y no nos perdonemos hechos sobre los que ya es imposible hacer nada en el presente por subsanarlos o compensarlos. Muchas personas se sienten responsables de lo que ocurre a su alrededor y muchos padres sufren y se sienten culpables de lo que hacen sus hijos o de lo que omiten; culpables de la agresividad que pueden tener o de la falta de control que manifiestan; culpables del fracaso que sufren en los estudios o de la falta de esfuerzo y motivación que padecen. Culpables, en suma, de sentirse impotentes ante la problemática que muestran sus hijos. Los padres por mucho que lo intenten, no pueden controlar todas las variables, fuentes de información y circunstancias que rodean a sus hijos. Es cierto que el estilo educativo de los progenitores condiciona bastante la forma de ser y actuar de los hijos, pero también es una realidad que, en algunos casos y con determinados vástagos, su influencia es menor. A veces ocurre que dos hermanos, incluso dos gemelos monocigóticos, que han compartido útero materno, que tienen la misma carga genética, que nacen a la vez, escuchan y viven las mismas experiencias con sus padres, pueden tener caracteres muy diferentes. Uno de ellos llega a ser un ejemplo de sensibilidad, reflexión y generosidad, mientras que el otro, por el contrario, puede manifestar conductas agresivas, hostiles y egoístas. Es lógico que un padre se sienta preocupado y disgustada ante ciertas conductas y actitudes de su hijo con las que no se identifica; pero una cosa es no compartir la forma de actuar de su vástago y otra muy distinta es sentirse culpable y responsable de sus pensamientos y actuaciones. Cuando algo de nuestros hijos nos preocupa, intentaremos analizar los hechos con objetividad y si nos sentimos desbordados pediremos ayuda profesional. Pero una cosa es pedir ayuda, y otra dejarnos lleva por una culpabilidad que nos hunde y nos debilita. Ser nuestros mejores amigos El concepto de amistad es bastante subjetivo, pero la mayoría de las personas coinciden en que amistad es un regalo único e impagable. Los amigos son clave para que las personas se sientan valoradas, reconocidas, apoyadas, acompañadas, mimadas y queridas. Los amigos auténticos, los de verdad, son generosos y disfrutan ayudando a las personas que quieren y aprecian. Los amigos, con mayúsculas, no pasan factura ni nos reclaman que les compensemos por los esfuerzos y su entrega. Uno de los principales elementos que dificultad esa amistad interna es el sentimiento de culpabilidad. Con frecuencia

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¿Cómo Aprender a Perdonarte a Ti Mismo?

¿Qué ocurre cuando no estamos tranquilos y pensamos que actuamos de manera frívola?¿debemos perdonarnos también en aquellas ocasiones en las que nuestros fines no eran tan intachables?¿cuándo hicimos algo sabiendo que podía ir en detrimento o perjuicio de alguien?¿cuándo actuamos incluso con la intención de aprovecharnos de las circunstancias?¿cuándo abusamos del cariño o de la confianza que nos tenían?¿Qué hacemos cuando pensamos que no merecemos el perdón? Si analizamos lo que ocurrió, seguro que encontramos una explicación a los hechos. El análisis objetivo de lo que sucedió nos puede facilitar las claves que nos permitirán descubrir tanto las respuestas a los principales interrogantes de aquellos sucesos como las motivaciones últimas que nos impulsaron a actuar de determinada manera. La psicología es una ciencia que analiza las conductas e identifica las motivaciones que subyacen e impulsan nuestra forma de actuar. Hay que señalar que muchas personas pueden confundir perdonar con olvidar, y perdonar y perdonarnos no implica necesariamente olvidar lo ocurrido. Podemos perdonarnos algo que hicimos, pero eso no significa que lo borremos de nuestra mente, al contrario, si queremos aprender y no cometer los mismos fallos, convendrá que no olvidemos lo que no debió suceder o aquello que no debimos hacer. Además, ser sensibles y buenas personas no significa que dejemos nuestra vida en manos de los demás, que les concedamos la potestad de dirigir y gobernar nuestras emociones ni que sean ellos quienes con su dictamen puedan favorecer nuestra felicidad o provocar nuestro sufrimiento. El perdón autentico es interno, personal e intransferible. Si nos sentimos culpables de determinados hechos, por mucho que nos perdone los demás, hasta que no nos perdonemos nosotros mismos, su perdón no nos servirá. Cuando nos hemos perdonado algo, no debería condicionarnos el juicio contrario o la calificación negativa que puedan hacer otros de nosotros, pero la reacción y la emoción dependerá de la seguridad o la inseguridad que tenga cada persona. Solo nosotros conocemos en profundidad cómo vivimos cada situación: lo que sentimos, lo que nos condiciona, lo que está en la raíz de nuestras conductas y en el origen de nuestras emociones; por ello, si dejamos que quienes nos rodean sean nuestros jueces, nuestra vida dependerá de su veredicto. Conviene recordar que: Reconocer nuestra culpa no supone que no podamos perdonarnos. El perdón no justifica nuestra mala acción, pero nos ayudará a reparar, en lo posible, el perjuicio que hayamos causado. Asumir e identificar los errores del pasado para no repetirlos en el futuro es necesario, ya que a veces no tenemos posibilidad de repararlos. Recuperar en el presente el control perdido en el pasado es imprescindible cuando alguien ha cometido errores. Únicamente así tendrá la fuerza, el coraje y la determinación para perdonarse. Nos sentimos condicionados por el juicio contrario o la calificación negativa que de nosotros puedan hacer otras personas cuando nos hemos perdonado por algún error. Debemos poder perdonarnos, aunque no nos perdonen los demás. No vivir a la espera del perdón de los demás, porque entonces estaríamos renunciando a controlar nuestras vidas. Perdonarnos es un derecho al que siempre debemos aspirar (información extraída de Las 3 claves de la felicidad : perdónate bien, quiérete mejor y coge las riendas de tu vida / Mº Jesús Álava Reyes, 2014)  

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¿Cómo afecta el trastorno dismórfico corporal a la autoestima?

Los individuos con trastorno dismórfico corporal (conocido como dismorfofobia) están preocupados por uno o más defectos percibidos en su apariencia física, por lo que se ven feos, poco atractivos, anormales o deformes (Criterio A). La percepción de los defectos no es observable o solo es apreciada levemente por los demás individuos. El espectro de preocupaciones va de “poco atractivo” o “no normal” a “horrible” o “como un monstruo”. Las preocupaciones pueden centrarse en una o varias zonas del cuerpo, más comúnmente en la piel (ej. percepción de acné, cicatrices, arrugas, palidez), el pelo (ej. adelgazamiento del pelo o excesivo vello facial en el cuerpo o la nariz. Sin embargo, cualquier área del cuerpo puede ser foco de preocupación (ej. ojos, dientes, peso, estómago, pechos, piernas, forma de la cara, labios, barbilla, cejas, genitales). Algunos individuos están preocupados por la asimetría percibida de algunas partes del cuerpo. Las preocupaciones son molestas consumen mucho tiempo y por lo general son difíciles de resistir o controlar. En respuesta a la preocupación se llevan a cabo comportamientos o actos mentales (ej. comparación) excesivos y repetitivos (Criterio B). El individuo se siente impulsado a realizar estas conductas que no son placenteras y pueden aumentar su ansiedad y disforia.  Estas conductas normalmente requieren bastante tiempo y son difíciles de resistir o de controlar. Los comportamientos comunes son: comparar la apariencia de uno mismo con la de otros individuos, comprobación repetitiva de los defectos percibidos usando superficies reflectantes o bajo examen directo, una excesiva preparación (ej. peinado, estilo, afeitado, depilación, arranque de pelo), el disimulo del aspecto (ej. aplicando maquillaje o cubriendo áreas que no les gustan con objetos tales como un sombrero, ropa, maquillaje o pelo), la comprobación de cómo se aprecian los defectos percibidos, tocando las partes que no les gustan para la comprobación, levantamiento de pesas o el ejercicio excesivo y la búsqueda de tratamientos cosméticos. Algunos individuos se broncean excesivamente para oscurecer la piel pálida o disminuir la percepción del acné, se cambian varias veces de ropa (para esconder los defectos percibidos) o realizar compras compulsivas (productos de belleza). Es frecuente rascarse la piel compulsivamente con el fin de mejorar la apariencia de los defectos percibidos, lo que puede causar daños en la piel, infecciones o ruptura de vasos sanguíneos. La preocupación debe causar un malestar clínicamente significativo o un deterioro en el ámbito social, laboral o de otras áreas importantes del individuo (Criterio C); generalmente se presentan ambas cosas. El trastorno dismórfico corporal se debería diferenciar de los trastornos de conducta alimentaria. La dismorfia muscular es una forma de trastorno dismórfico corporal que ocurre casi exclusivamente en los varones y consiste en la preocupación por la idea de que el cuerpo es demasiado pequeño o insuficientemente magro o musculado. Las personas con esta forma del trastorno en realidad tienen un cuerpo normal o incluso muy musculoso. También pueden estar preocupados por áreas del cuerpo tales como la piel o el cabello. Una mayoría (pero no todos) realiza levantamiento de pesas, dieta o ejercicio de forma excesiva, a veces causándose daños corporales. Otros utilizan esteroides anabolizantes, androgénicos y otras sustancias potencialmente peligrosas para tratar de hacer que su cuerpo sea más grande y musculoso. El trastorno dismórfico corporal por poderes es una forma de trastorno dismórfico corporal en que los individuos se preocupan por defectos que perciben en la apariencia de otras personas. La conciencia de enfermedad en relación con las creencias del trastorno dismórfico corporal puede variar de buena a ausente (ej. creencias son delirantes si consisten en la plena convicción de que el aspecto percibido es exacto y no está distorsionado). De promedio, la conciencia de enfermedad es escasa y un tercio o más de los individuos tiene realmente un trastorno dismórfico corporal con consecuencias delirantes. Los individuos con trastorno dismórfico corporal con creencias delirantes tienden a tener una mayor morbilidad en algunas áreas (ej. en las tendencias suicidas) pero esto puede explicarse por la mayor gravedad de los síntomas del trastorno dismórfico corporal cuando se acompaña de creencias delirantes Consecuencias asociadas  Muchas personas con trastorno dismórfico corporal tienen ideas delirantes de referencia y la creencia de que otras personas se fijan especialmente o se burlan de ellas debido a su aspecto. El trastorno dismórfico corporal está asociado con altos niveles de ansiedad, ansiedad social, evitación social, depresión, neuroticismo y perfeccionismo, así como con baja extroversión y autoestima. Muchas personas sienten vergüenza de su apariencia, dan excesiva importancia a su aspecto y son reticentes a desvelar sus preocupaciones a los demás. La mayoría de las personas recibe tratamiento cosmético para mejorar sus defectos percibidos. Los tratamientos más comunes son los dermatológicos y la cirugía, pero pueden recibir cualquier tipo de tratamiento (ej. dental, electrolisis). En ocasiones, las personas pueden llegarse a operar. El trastorno dismórfico corporal parece responder mal a estos tratamientos estéticos y a veces empeora. Algunas personas emprenden acciones legales o se muestran violentas contra el clínico porque no están satisfechas con el resultado estético. El trastorno dismórfico corporal se ha asociado con una disfunción ejecutiva y el procedimiento visual que genera un sesgo en el análisis y la codificación de los detalles en lugar de los aspectos integrales u holísticos de los estímulos visuales. Los individuos con este trastorno tienden a tener un sesgo de interpretación negativa y amenazante de las expresiones faciales y de las situaciones ambiguas. (Información extraída de DSM-5 manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales / American Psychiatric Association, 2014)

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¿Cómo esta tu estado de ánimo hoy?

Si quiere saber en qué grado se encuentra su talante, su ánimo, responda rápidamente, sin reflexionar y simplemente a las preguntas. Si está de acuerdo con cada una, responda SI, de lo contrario responda NO. Anótese un punto un punto cada vez que haya dicho SI a las preguntas comprendidas entre el 1 y el 29. Desde el 30 y hasta el 72 anóteselo cuando haya respondido NO. Sume el total de puntos. Después haga un cálculo, anote el total de puntos obtenidos ante cuestiones precedidas de un asterisco y si el total sobrepasa los 5 puntos, sus respuestas no han sido muy sinceras. Su deseo es presentarse mayor de lo que es  “arreglando” un poco la realidad. Tiende a auto engañarse, desconfiando de su espontaneidad y de sus tendencias secretas. Si ha obtenido menos de 6 puntos, pase a sumar el total de sus puntos y compare con su perfil psicológico según los resultados. Nunca me he sentido tan bien como ahora Me gustaría ser periodista Olvido las cosas que me dicen Nunca hablo a los desconocidos, a no ser que ellos se dirijan a mí Bebo mucha agua diariamente Me encolerizo con facilidad y lo olvido fácilmente Hay animales que me ponen nervioso Las personas necesitan muchas explicaciones para convencerse de la verdad Me gustaría no ser tímido Es mejor no confiar en nadie Cada semana, siempre hay algún día que me siento muy excitado En mi opinión, la mayoría de las personas son capaces de mentir para conseguir alguna ventaja Me gusta la sección de sucesos en los periódicos Bastante a menudo fracaso por no decidirme a tiempo Hay personas tan autoritarias, que siento la necesidad de llevarles la contraria aun en el caso de que me parezca que tienen razón en lo que dicen Me da miedo pensar en los temblores de la tierra Soy una persona importante Reconozco que a veces me he preocupado por cosas que realmente no valían la pena El ruido me despierta fácilmente Me gusta flirtear Suele ver el lado negativo de las cosas Dicen que me pongo nervioso con facilidad No me gusta tener que esperar Me convencen fácilmente las explicaciones A veces tengo la sensación de ser inútil Me da la impresión, a veces, de tener muy sensible la parte superior de la cabeza Estoy muy preocupado por las cuestiones sexuales Creo ser más sensible que los demás y que las cosas me afectan más No me gusta aportar ninguna cantidad de dinero a ningún juego. No me gusta nadar en el mar No suele dolerme la cabeza Mi salud ha sido buena estos últimos años Nunca me he desmayado Me gusta visitar sitios nuevos Las arañas no me dan miedo Mi vida familiar es tan agradable como la de la mayoría de las personas que conozco No siempre digo la verdad * No me dan miedo las culebras Ni engordo ni adelgazo A veces tengo ganas de emplear palabras malsonantes * Tengo casi siempre un buen despertar La justicia me inspira desprecio cuando alguien criminal sale bien parado gracias a los argumentos inteligentes del abogado Me gustan las novelas de detectives y de misterio No soporto perder en el juego Creo que, para mí, lo mejor es callarme cuando me encuentro en situación desairada No me preocupan mucho las enfermedades que puedan venirme Hay muchas cosas que me interesan en mi vida normal No tengo miedo al agua A veces me encuentro con personas que pasan por expertas en una materia y que no sabían mucho más que yo acerca de ella No me da miedo el vérmelas con grandes sumas de dinero Suelo mantenerme en guardia respecto a personas que adoptan hacia mí una actitud mejor de la que esperaba Me siento a veces muy decidido a acometer cosas Soy muy sociable Creo que hay personas que exageran sus problemas con objeto de lograr la simpatía y hasta la ayuda de los demás Me gustan muchos los juegos y los pasatiempos Nunca me duele la nuca A veces me río ante una broma grosera No creo ser más nervioso que la generalidad de las personas Suelo dejar para más adelante cosas que podría hacer en el momento * Me encanta bailar Suelo dormirme sin estar atormentado por pensamientos o ideas Creo que mi memoria es buena No siempre mis costumbres en la mesa son tan buenas en casa como fuera de ella * Normalmente tengo calientes los pies y las manos Algunas veces me pongo a pensar en cosas desagradables para poder hablar luego de ellas * Enjuicio las cosas mejor que nunca A veces me da por murmurar * Si pudiera entrar en un cine sin pagar, con la certeza de que nadie se enteraría, lo haría * Estoy satisfecho en mi vida sexual A veces tengo mal humor si no me siento bien * No todas las personas que conozco me caen bien * Algunas veces me encolerizo Resultados De 50 a 72 puntos. No se encuentra en su mejor momento. Está ansioso, inhibido y se niega a sí mismo el disfrutar de muchos placeres de la vida. Está preocupado por su salud: debe, por ello consultar y comprobar el posible fundamento de sus preocupaciones. Después debe intentar poner su atención en las cosas externas a sí mismo. Se siente a veces deprimido y sin gusto por la vida. Intente descubrir de una vez para siempre las causas de esta situación y ábrase hacia el porvenir. De 20 a 50 puntos. La preocupación por sí mismo no es excesiva, sabiendo aceptar riesgos calculados. Hay veces que se muestra más angustiado de lo que está, extrañando por ello a las personas que lo rodean. Sus inquietudes desparecen fácilmente y su sentido de la adaptación social le permite encontrar el equilibrio perdido momentáneamente. En resumen: su personalidad presenta esa pequeña dosis de incertidumbre necesaria para dar prestancia a su personalidad viva y simpática. De 10 a 20 puntos. La preocupación por su propia persona es equilibrada.

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